miércoles, septiembre 24, 2014

El aborto de la ley

Hola a todo el mundo.
Supongo que ya sabéis que la contrarreforma de la Ley del Aborto que quería aprobar Gallardón al final se ha paralizado y que él decidió dimitir de manera inmediata. Y, para todos los que creemos en que no se puede hacer política con cosas tan graves, todo eso es una buena noticia.
Sin embargo, también vimos ayer como los mismos antiabortistas en los que se había apoyado Rajoy para criticar la ley en vigor cuando fue aprobada en tiempos de Zapatero y que lo habían apoyado ahora, pues se manifestaron para protestar contra esa marcha atrás. Lo cual, por cierto, era de esperar.
Porque, como creo que ya dije en su momento, el riesgo de apoyarse en quienes quieren acabar con el aborto en su totalidad (a pesar de que, como dice la OMS, la restricción del aborto lleva a más mortalidad femenina) está en que, si solo se reforma la ley que lo permite pero no se prohíbe el aborto, se van a quejar. Así Rajoy consiguió tener en su contra a antiabortistas y a “proabortistas” (las comillas las pongo porque, en realidad, nadie está a favor del aborto, solo hay quien lo considera un mal para evitar otros males todavía mayores).
Pero todo este debate sobre el aborto nos ha servido para ver dos cosas.
En primer lugar, que Rajoy no tiene ningún tipo de decencia, porque es capaz de cambiar sus principios (o lo que tenga alguien como él) por votos. Si antes contentó a los antiabortistas para ganar su voto, ahora no duda en cabrearlos para no perder los votos de otras personas.
Y en segundo lugar que hay mucha gente que banaliza mucho el debate sobre este tema, porque, a pesar de lo que nos quieran hacer creer muchos antiabortistas, el aborto no es, ni mucho menos, un medio anticonceptivo más.
Desde mi punto de vista, este debate tan complejo, en el que los temas éticos se mezclan con los temas más políticos, debería abordarse desde una visión mucho más sosegada, y sobre todo teniendo en cuenta que, probablemente, quien decide abortar no lo hará como si estuviera decidiendo si beber whisky o vodka. Probablemente la decisión de abortar será algo muy doloroso para quien la toma, y por eso esas personas no se merecen que se banalice con este tema.

lunes, septiembre 22, 2014

Ahí está la diferencia

Hola a todo el mundo:
Como todos sabemos, la semana pasada en Escocia se llevó a cabo un referéndum para votar si se querían independizar o no del Reino Unido. Como es bien sabido, los ciudadanos decidieron que no querían independizarse, además por una diferencia mayor de lo esperado.
Gordon Brown, el Primer Ministro británico anunció que, pese al resultado, va a conceder más atribuciones a Escocia, para evitar que crezcan esos intereses independentistas, y por su parte, el Primer Ministro escocés, Salmond, adalid del “Sí” a la independencia, ha decidido dimitir.
Como vemos, todo se hizo demostrando un talante democrático muy claro, y también una responsabilidad enorme para actuar en consonancia con el resultado.

Pero ahora, pensemos en lo que está pasando en nuestro país con la posible celebración de un referéndum para decidir sobre la independencia de Cataluña y veamos la diferencia. Aquí no se permite llevar a cabo ese referéndum, lo que está haciendo que las posturas se enconen cada vez más. Como ya dije en otra ocasión, si el referéndum se llevase a cabo, por lo menos sabríamos cuánta gente se quiere independizar (y cuánta no quiere), y así sabríamos como actuar. Exactamente igual que se hizo en el caso escocés.
Nos dicen que aquí el referéndum sería ilegal, porque la Constitución no lo contempla. Sin embargo, yo creo que si la Constitución no lo contempla, el problema no es de los que quieren votar, sino de que la Constitución no recoge todos los posibles escenarios de la evolución política.
Aunque no me gustaría que Cataluña se independizara de España, sí creo que sería buena idea permitir ese referéndum.
Para saber.

domingo, septiembre 14, 2014

¿Qué hacen con la cultura?

El otro día leí una noticia que me preocupó mucho: Los problemas de financiación que tiene el Museo Reina Sofía. En un contexto de crisis tal vez sea normal ver recortes en muchas instituciones. Pero llegar al nivel de tener que decir que una institución ha tocado fondo es demasiado.
No sé vosotr@s, pero yo creo que, si se quiere sacar este país de la crisis, habrá que invertir en actividades que realmente creen riqueza, y la cultura es una de ellas. Los museos, como el mismo Reina Sofía, o el Prado, atraen turistas, y esos turistas consumen. Sí, los museos pueden dar dinero.
Y además, los museos pueden servir para trabajar en la creación de esa "Marca España" de la que tanto habla el (des)Gobierno.
Pero no parece que haya una verdadera voluntad de servirse de esos recursos culturales que tenemos para promover la imagen del país y atraer dinero, de forma que se pierde una oportunidad de oro para incentivar actividades que pueden ayudar a salir de la crisis.
Aunque claro, desde el momento en el que Rajoy decidió poner de Ministro de Cultura a Wert, ya estaba claro que su interés por la cultura era escaso o nulo, y ese interés quedó claro cuando el mismo Wert no protestó por la subida del IVA cultural al 21%.
Está claro. Con este (des)Gobierno, nuestro país terminará siendo un yermo cultural.
Ya lo veréis. 

jueves, septiembre 11, 2014

El Estado terrorista

Desde hace algunas semanas, en los medios de comunicación escuchamos hablar de ISIS, el llamado Estado Islámico de Irak y Siria, que, en realidad, es un grupo terrorista yihadista, escindido de una al-Qaeda que lo considera demasiado radical (¡!), que en estos tiempos está siendo conocido por sus ejecuciones de periodistas occidentales, pero también por sus ataques a otros musulmanes, y que, por supuesto, no es, ni mucho menos, representativo de lo que es el Islam o de la forma de pensar de las personas de religión musulmana. Sin ir más lejos, ayer mismo escuchamos que en nuestro país se ha subido el nivel de alerta antiterrorista y que Obama quiere dirigir una coalición internacional para enfrentarse a esos terroristas.
Y cada vez hay más noticias sobre ese grupo terrorista, por sus intereses por extenderse no solo por Oriente Próximo, sino, con el tiempo, por el norte de África e incluso por la Península Ibérica.
Pero creo que lo verdaderamente peligroso de este grupo terrorista no es eso, sino el hecho de que nos demuestra que, usando de forma muy inteligente los nuevos medios de comunicación, se está llevando a cabo una labor de proselitismo que hace que jóvenes occidentales, de origen musulmán, sí, pero, por ejemplo, británicos, hijos de inmigrantes de religión musulmana pero no especialmente religiosos que hicieron un enorme esfuerzo de integración, se radicalicen y quieran iniciar la Yihad.
Yo creo que esa radicalización de los jóvenes puede tener que ver con esa búsqueda de referentes que hace que en ciertos lugares de los suburbios de Estados Unidos o América Latina otros jóvenes se unan a bandas, para encontrar unos referentes que les hagan sentirse parte de algo, llegando a radicalizarse y volcarse en la violencia
Para los países de cultura árabe, la eclosión de ISIS es la demostración de que en ciertos casos, la Primavera Árabe no tuvo los efectos deseados. Pero para Occidente el peligro viene no solo de que los radicales puedan atacar a periodistas, cooperantes o, en general, trabajadores occidentales que estén allí, sino de que esos jóvenes occidentales radicalizados, que se formaron en la violencia y el odio en lugares de Irak, pueden volver a sus países de origen a atentar.
 Pero como comentaba estos últimos días con algunas personas, por mucho que ISIS quiera presentarse como un "Estado" no lo es, y por lo tanto no es posible que pueda controlar amplios territorios de manera efectiva y permanente, ni mucho menos que llegue a conquistar territorios como la Península Ibérica. Su peligro para nosotros viene de la posibilidad de que personas formadas en él (o inspiradas por él) puedan atentar, no de que nos puedan conquistar. 

lunes, septiembre 08, 2014

El placer de leer

Este fin de semana fui al cine. Y de la misma forma que a veces veo pelis que me gustan mucho, como El Niño, esa noche vi una que me pareció muy mala, Lucy. Una pérdida total de tiempo, una historia muy mal aprovechada.
Y sin embargo, al día siguiente, me topé con un debate muy interesante en la radio, también sobre historias, pero no sobre historias cinematográficas, sino sobre historias literarias. Un debate sobre el placer de leer. Entonces me puse a reflexionar.
Siempre he leído mucho, desde muy pequeño. Empecé con tebeos de Mortadelo y Filemón y Zipi y Zape, y, poco después, también de Asterix. Nunca me llamaron los tebeos de Tintín, aunque sí vi sus versiones animadas, ni los de superhéroes, aunque me gustan las películas basadas en ellos. Después, cayeron en mis manos libros infantiles, con historias en las que niños como el que yo mismo era vivían las aventuras que yo hubiese querido vivir. Y luego, esos libros que se escribieron para adultos pero que considero que fueron el mejor alimento de la imaginación de aquel niño que era yo, como los de Julio Verne.
Pero, por más que pienso, no recuerdo el momento en el que esos libros se me quedaron pequeños y me lancé a leer otros más densos. Sí que recuerdo que mi chulería hizo que El Quijote cayera en mis manos a una edad muy poco apropiada, y por eso, de las tres veces que me lo he leído hasta el momento, la primera fue la que menos aproveché y la que menos disfruté. Pero no sé cuándo o por qué decidí que quería leer otros libros “adultos”.
Solo sé que desde entonces, encima de mi mesa siempre ha habido algún libro que estaba leyendo. A veces de narrativa, claro, pero otras veces son cosas más técnicas. De Historia, evidentemente, pero también de Arte, Música, Política, Geografía, incluso de Economía. O cosas más específicas y menos “esperables” en alguien como yo, como la tecnología. A veces me pregunto si lo mío con leer no será una compulsión casi malsana, o incluso un acto de rebeldía.
Pero del debate de esa mañana me surgió una duda que, tal vez, sea la más importante. Si algún día seré capaz de transmitir mi pasión por la lectura a otras personas, a alumn@s o, quién sabe, a hij@s.
Y esa duda es la que me parece más trascendental.

sábado, septiembre 06, 2014

Qué gente más lista…

Hola a todo el mundo.
Supongo que el otro día escucharíais al presidente de la CEOE decir que en España los sueldos no han bajado. Vamos, que cuando alguien nos dice que los sueldos están bajando nos engaña. Y que si tenéis la sensación de que cobráis poco y que vuestro poder adquisitivo es cada vez menor, es todo producto de vuestra imaginación, locuel@s.
Sobre esas palabras no voy a hacer ningún comentario, porque sería muy fácil y porque, además, sabéis de sobra mi postura al respecto.
Sin embargo, sí que me gustaría comentar otra cosa: esas declaraciones de los “expertos” de la OCDE que ahora por fin dicen que los bajos salarios no van a ayudar a que salgamos de la crisis. Sí, esa obviedad la dijeron unos supuestos expertos que, seguramente, cobran bien por hacer su trabajo. Los mismos que hasta hace nada nos decían que teníamos que cobrar menos.
Pues ahora, yo mismo, que no soy ni de lejos un “experto” en economía os voy a decir, de la forma más sencilla y didáctica de que sea capaz, por qué creo que los sueldos no deberían bajar. Pero no es una teoría novedosa, es algo que cualquiera con dos dedos de frente, sentido común y un mínimo de vergüenza ya habrá dicho antes (puede que hasta yo mismo lo dijera en algún momento, pero desde luego lo dijo gente que sabe mucho más que yo del tema):
En primer lugar, si la gente cobra poco (o nada), consume poco. Si se consume poco, la demanda baja. Si la demanda es baja, hace falta producir menos. Si se produce menos, hacen falta menos trabajadores, lo que supone dos consecuencias: por un lado, si hay menos trabajadores, sube el paro; por otro, el trabajador que pierde su empleo, al tener menos dinero, consumirá poco. Esa disminución del consumo llevará a la disminución de la demanda… Y vuelta a empezar.
Sin embargo, si la gente tiene salarios razonablemente buenos, podrá consumir, lo que hará aumentar la demanda y con ella, la necesidad de producción. Ese aumento de la producción estimulará la contratación de trabajadores que tendrán dinero para gastar, consumiendo más, aumentando la demanda… Y, en definitiva, estimulando la economía.
¿A que es fácil?
Y para decir esto no hace falta ser ningún experto de la OCDE.
Basta con tener sentido común.

lunes, septiembre 01, 2014

En serio y en broma

Hola a todo el mundo:
Se terminan las vacaciones, y con ellas, mis ganas de hablar de temas ligeros, así que a partir de las próximas semanas volveré a hablar de temas serios, que alternaré, como siempre, con otros más livianos. Sin embargo, antes me gustaría compartir con vosotros unas reflexiones que se me ocurrieron viendo películas.
Como sabéis, una de las cosas que más me gustan es el cine, así que las vacaciones las dediqué, entre otras muchas cosas, a ver películas. Y la semana pasada vi dos que me llevaron a hacer algunas reflexiones: Suker Punch y DOA: Dead or Alive.
Las dos películas son meros divertimentos casi descerebrados que consisten en chicas guapas dando patadas voladoras, sin más argumento ni motivación. Pero que, a pesar de su mera intrascendencia, me llevaron a pensar algunas cosas.
Evidentemente, cuando nos ponemos a ver películas así sabemos a lo que vamos, y si esperamos encontrarnos con obras maestras de la talla de El Padrino, el problema no es de las películas sino nuestro. No obstante, hay una clara diferencia entre ambas.
Dead or alive, basada en un videojuego, es un mero divertimento, una peli sin más pretensiones que hacernos pasar un rato entretenido y que, sobre todo, se hizo sin tomársela demasiado en serio, lo que hace que tenga algunos golpes de humor muy logrados. No pasará a los anales del cine, pero al menos, nos asegura que durante la hora y media (muy) escasa que dura, nos pasemos un rato entretenido. Eso sí, en cuanto acabe, la olvidaremos rápidamente.


Sin embargo, Sucker Punch es toda una fantasía psicotrópica solo explicable por el hecho de que su director (y también guionista) haya pasado una temporada alimentándose prioritariamente a base de estupefacientes de legalidad dudosa. Pero su mayor problema es que, al hacerla, se quiso crear una obra maestra sin tener el talento suficiente para ello.
Partiendo de la forma de trabajar de directores como Quentin Tarantino, en esta peli se cogen ideas de otras películas y se intenta integrarlas para dar forma a algo unitario. Sin embargo, lo que hace Tarantino lo hace alguien que sabe mucho de cine y que es capaz de convertir esas inflluencias en películas. Pero en este caso, lo que sale es un pastiche que, como mucho, podemos considerar un videoclip mal hecho.
Además, la idea de crear una historia en tres niveles, que si hubiera estado bien hecha, hubiera sido la leche, en este caso solo sirve para desconcertar al espectador y dar la imagen de que, a falta de una trama coherente, se ha optado por mezclar varias historias diferentes con los mismos personajes para alargar el metraje de la película.

Total, otra película que, precisamente por habérsela tomado demasiado en serio a la hora de hacerla, resulta fallida, y que olvidaremos cinco minutos después de que termine.

Por cierto, quede claro que estas dos películas las vi en la tele, si las hubiera visto en el cine y pagando por ellas, me habría cabreado muchísimo más y lo que diría sería mucho más duro. 

miércoles, agosto 20, 2014

Reflexionemos un poco

Hola a tod@s:
Comos dije en mi texto anterior, voy a poneros aquí un par de fragmentos de 1984, de Orwell (traducción de Rafael Vázquez Zamora para la edición de Planeta de 2001), para después plantearos algunas reflexiones al respecto:

“(…) Desde entonces, la guerra había sido continua, aunque hablando con exactitud, no se trataba siempre de la misma guerra (…). Por ejemplo, en este momento, en 1984 (si es que efectivamente era 1984), Oceanía estaba en guerra con Eurasia y era aliada de Asia Oriental. En ningún discurso público ni conversación privada se admitía que estas tres potencias se hubieran hallado alguna vez en distinta posición cada una respecto a las otras. Winston sabía muy bien que, hacía sólo cuatro años, Oceanía había estado en guerra contra Asia Oriental y aliada con Eurasia. Pero aquello era sólo un conocimiento furtivo que él tenía porque su memoria “fallaba” mucho, es decir, no estaba lo suficientemente controlada. Oficialmente, nunca se había producido un cambio en las alianzas. Oceanía estaba en guerra con Eurasia; por tanto, Oceanía siempre había luchado contra Eurasia (…).

El Partido dijo que Oceanía nunca había sido aliada de Eurasia. Él, Winston Smith, sabía que Oceanía había estado aliada con Eurasia cuatro años antes. Pero, ¿dónde constaba ese conocimiento? Sólo en su propia conciencia, la cual, en todo caso, iba a ser aniquilada muy pronto. Y si todos los demás aceptaban la mentira que impuso el Partido, si todos los testimonios decían lo mismo, entonces la mentira pasaba a la Historia (…).”

“(…) - ¡Camaradas! – exclamó una voz juvenil y resonante –. ¡Atención, camaradas! ¡Tenemos gloriosas noticias que comunicaros! Hemos ganado la batalla de la producción. Tenemos ya todos los datos completos y el nivel de vida se ha elevado en un veinte por ciento sobre el del año pasado. Esta mañana ha habido en toda Oceanía incontables manifestaciones espontáneas; los trabajadores salieron de las fábricas y de las oficinas y desfilaron, con banderas desplegadas, por las calles de cada ciudad proclamando su gratitud al Gran Hermano por la nueva y feliz vida que su sabia dirección nos permite disfrutar (…).

(…) Por lo visto, había habido hasta manifestaciones para agradecerle al Gran Hermano el aumento de la ración de chocolate a veinte gramos cada semana. Ayer mismo, pensó [Winston], se había anunciado que la ración se reduciría a veinte gramos semanales. ¿Cómo era posible que pudieran tragarse aquello, si no habían pasado más que veinticuatro horas? Sin embargo, se lo tragaron. Parsons lo digería con toda facilidad, con la estupidez de un animal. El individuo de las gafas con reflejos, en la otra mesa, lo aceptaba fanática y apasionadamente con un furioso deseo de descubrir, denunciar y vaporizar a todo aquel que insinuase que la semana pasada la ración fue de treinta gramos. Syme también se lo había tragado (…). ¿Es que sólo él, Winston, seguía poseyendo memoria? (…)”.

Interesante, ¿verdad? Ahora, pensemos un momento, aunque nos duela. ¿En algún momento hemos asistido a ejemplos de cinismo y propaganda como estos? Claro que sí.
Podemos pensar en varios ejemplos, pero vamos a centrarnos en uno. Porque los escuchamos cuando nuestro actual Presidente, entonces en la oposición, criticaba al Gobierno anterior por subir el IVA al 18% y, sin embargo, ahora nos vende como un éxito tener el IVA al 21%. Todo eso con el beneplácito de sus medios de comunicación afines, dignos trasuntos reales de los que escribían al dictado del Ministerio de la Verdad orwelliano.
Si es que, con sentido crítico, todas las lecturas pueden relacionarse con nuestra situación actual.

martes, agosto 19, 2014

Abajo el Gran Hermano

Hola a todo el mundo:
Como ya os dije hace un par de semanas, el verano es un buen momento para releer esos libros que nos gustaron y que tenemos ganas de volver a leer. Y precisamente, esa es una de las cosas a las que me estoy dedicando, y si hace algunas semanas me volví a leer Cien años de soledad, estos últimos días me volví a leer 1984, de George Orwell, un libro que conviene releer de vez en cuando y que, además, es muy apropiado para estos tiempos.
Como supongo que ya sabéis, George Orwell, pseudónimo de Eric Arthur Blair (1903-1950) es uno de los autores más interesantes del siglo XX en lengua inglesa, y además es un ejemplo de compromiso con la realidad, como se vio por luchar como voluntario en las Brigadas Internacionales durante la Guerra Civil española. Pero también es un autor muy interesante porque la suya fue una militancia crítica, de forma que, si bien había sido comunista, con el tiempo sus posiciones se fueron mostrando cada vez más contrarias a la evolución del llamado socialismo real, y, precisamente, sus obras más conocidas, 1984 y Rebelión en la granja, son aceradas críticas al totalitarismo stalinista.
Sin embargo, el interés de estas obras va mucho más allá de la mera crítica a un sistema político, y nos pueden hacer reflexionar sobre nuestra realidad actual, como intentaré demostraros con un texto que escribiré partiendo de un par de fragmentos.
Pero, de momento, vamos a limitarnos a hablar de 1984. Por si alguien no sabe de qué va, es una obra distópica en la que el autor nos habla de un lugar, Oceanía, en el que se sufre la dictadura del IngSoc (socialismo inglés), bajo la continua y omnipresente vigilancia del Gran Hermano. En este contexto, Winston Smith, un funcionario del Ministerio de la Verdad, inicia una pequeña acción de rebeldía al empezar a escribir un diario en el que expresa sus dudas sobre el sistema. La descripción del sistema y de las dudas de Winston abarcan toda la primera parte de la novela.
En la segunda parte nos cuentan la relación que Winston inicia con Julia, una joven rebelde, y también como poco a poco los dos se empiezan a considerar una “resistencia de dos” frente al Gran Hermano. Poco a poco, se van acercando a La Hermandad, la supuesta resistencia organizada contra el Gran Hermano. En esta parte es muy interesante el capítulo IX, en el que ellos van leyendo el Libro, supuestamente escrito por Goldstein, Némesis del Gran Hermano, y de esta lectura ellos extraen la conclusión de que todo el sistema está corrupto. Esta parte termina cuando son sorprendidos por las autoridades.
La tercera y última parte nos narra la tortura que Winston sufre para “reeducarlo”, y finaliza con su total conversión en alguien “aceptable”.
Este libro es todo un texto que nos debe mover a la reflexión, porque, como dije antes, va mucho más allá de la crítica al stalinismo, y lo que podemos leer en él lo podemos aplicar a muchos otros regímenes, incluso democráticos.
Leedlo si todavía no lo habéis hecho.

Por cierto, aquí os dejo el programa de radio de un colega, hablando de la versión cinematográfica de este libro:

domingo, agosto 17, 2014

Cuaderno de viaje: Portonovo (Sanxenxo, Pontevedra). 9-14 de agosto

Hola a todo el mundo:
Pues resulta que ya se me acabaron las vacaciones. Resulta que este año decidí irme a pasar unos días a Portonovo, en el concejo de Sanxenxo, en Pontevedra con mi otra mitad, y acabamos de llegar después de unos días muy intensos que os voy a contar brevemente en este texto: 

PREPARATIVOS: 
 La idea de ir a Galicia la teníamos desde el primer momento. Primero, durante unos pocos días, pensamos en Santiago. Poco después decidimos que sería mejor La Coruña. Y al final, decidimos un lugar más pequeño, que fue el concejo de Sanxenxo. En principio pensamos en la propia localidad de Sanxenxo, y luego en la localidad de Portonovo, que está al lado y pertenece al concejo.
Así, en pocos días preparamos todo y el viernes día ocho nos acostamos sabiendo que el despertador iba a sonar temprano al día siguiente. 

DÍA 1:
El viaje de ida fue un sábado, en autobús. Yo lo cogí a las ocho y media en Gijón y la otra mitad de la expedición en Oviedo media hora más tarde. Y ojo, aunque era un autobús de los buenos, las seis horas hasta Pontevedra las notamos.
Llegamos a la estación de autobuses, grande pero bastante vieja. Y, sobre todo, vacía, porque su enorme cafetería (así como todos sus locales) no están abiertos, de forma que para nuestra primera (y muy decepcionante) comida en tierras gallegas nos fuimos a una cafetería que estaba enfrente, en la que más nos hubiera valido no haber entrado.
Poco después, cogimos otro autobús hasta Portonovo, que tardó más de lo que pensamos y nos dejó cerca del hotel, pero en un lugar desde el que nos costó mucho orientarnos. Por fin, a eso de las cuatro de la tarde, cansados, desorientados y con ganas de darnos una ducha, llegamos al hotel, donde nos tenían preparada una habitación acogedora y, sobre todo, mucho más grande de lo que esperábamos.
Esto nos animó mucho, así que, después de descansar un rato y ducharnos, salimos a callejear por el paseo marítimo y a buscar un sitio en el que cenar. Que fue fácil, eh, porque, lógicamente, estando como estábamos a tiro de piedra de la playa, el puerto y la lonja, si algo hay son sitios en los que comer, así que caminamos casi hasta que se nos acabó el pueblo y nos decidimos por un restaurante de aspecto poco prometedor pero en el que cenamos unos pimientos de Padrón que no picaron y unos chipirones muy
buenos, pero en el que también comimos unas gambas al ajillo estupendas que quedaron entre lo mejor de las vacaciones, todo ello regado con un vino de la tierra. Después, fuimos a otro sitio a tomar un helado, buscamos un bar cerca del hotel para tomar la primera copa del viaje y nos fuimos a dormir.

DÍA 2:
El segundo día amaneció gris y lluvioso, así que después de desayunar nos hicimos fuertes en la cafetería del hotel con el ordenador para mirar nuestros correos y redes sociales. Cuando vimos que la lluvia amainaba, nos lanzamos a pasear de nuevo por el paseo marítimo, y tanto paseamos, y tan cerca está Sanxenxo, que, cuando nos dimos cuenta, habíamos llegado allí y nos pusimos a patearnos su paseo.
Comimos en un restaurante del paseo un pulpo no tan bueno como nos hubiera gustado, unos mejillones al vapor muy logrados y unas croquetas de centollo muy buenas, todo ello con el vino correspondiente. Después, fotos y más pateo por el paseo de Sanxenxo hasta que decidimos desandar lo andado en dirección al hotel.
Pero cuando ya estábamos a punto de llegar, la mala suerte quiso que C. se hiciera daño en una rodilla, lo que, a corto plazo, nos llevó a buscar una farmacia en la que comprar antiinflamatorios, y, a largo, trastocar alguno de nuestros planes para las vacaciones, pero sin mayor importancia.
Ese día, decidimos cenar en otro restaurante del paseo marítimo unas almejas y unas sardinas con pimientos de Padrón que sí picaron (y mucho). Una mousse de chocolate, un paseo y al hotel.

DÍA 3:
El lunes fue totalmente distinto al domingo, porque el día amaneció con sol, así que después del desayuno, cogimos nuestros bártulos y nos fuimos a la playa de As Caneliñas, una pequeña cala a escasos cien metros del hotel, con arena fina y aguas tranquilas, en las que nos tiramos hasta que a medio día yo crucé la calle hasta una taberna que había justo enfrente en busca de unos bocatas con los que matar la gusa hasta que volvimos al hotel a eso de las cuatro.
Una ducha y un paseo hasta que nos decidimos por otro restaurante del paseo marítimo, en el que tomamos la comida menos destacable del viaje, unas navajas y una ración de zorza, que es una especialidad gallega. Un helado, otra copa en el bar del sábado, del que nos fuimos porque, después de que pincharan a Bruce Springsteen, a Guns n’ Roses, a los Dire Straits y a los Rolling Stones estaba claro que la cosa iba a seguir por tan buen camino que no íbamos a querer irnos, y al hotel otra vez. 

DÍA 4:
Otro día lluvioso. Después del desayuno y en vista de que poco íbamos a poder hacer, nos fuimos a patear por el pueblo hasta que la lluvia nos hizo comprender que C. no llevaba calzado adecuado ni tampoco lo tenía en el hotel. Así que ella decidió, para salir del paso, comprarse unos zapatos con los que resistir del embate de la lluvia, y fue en la zapatería donde me ocurrió una de las cosas más curiosas del viaje.
Como a mí me aburre mucho lo de comprar ropa y calzado, mientras C. se probaba zapatos yo me asomé a detrás del mostrador al ver que allí había lo que parecía un amplificador de guitarra. Entonces vi que no era un ampli, sino que realmente eran dos, uno grande y uno más pequeño encima, y junto a ellos una Fender Telecaster. Empecé a hablar con el zapatero, le comenté que yo toco una Stratocaster, y al final, va y me pone la guitarra en la mano y me dice que toque algo. Y entonces, mientras C. se probaba unos zapatos, yo tocaba el “Nothing else matters” de Metallica. La pena fue que empezó a entrar gente a comprar zapatos y la imagen de un tío tocando la guitarra no era la más apropiada en la zapatería, así que dejé de tocar, C. pagó los zapatos que se había comprado y nos fuimos de allí.
Después, callejeamos un poco por el casco viejo y nos lanzamos a comer en una taberna muy tradicional en la que nos decidimos por queso de tetilla con anchoas, zamburiñas y una abundante ración de raxo. Luego, nos acercamos hasta una terraza del paseo marítimo para tomar un café, y vimos que en la mesa de al lado, sentados, había una pareja bastante peripuesta, con sus gafas de sol, pero sin mirarse, sin hablar y sin interactuar de ninguna manera. Las explicaciones que se nos ocurrieron a su actitud fueron desde las más lógicas (que estaban de resaca y no estaban para nadie, que estaban enfadados y al borde de la ruptura…) hasta las más disparatadas (que realmente eran extraterrestres investigando a nuestra especie).
Por la tarde, seguimos callejeando por el barrio viejo, tomamos algo en una taberna que, al salir, vimos que estaba justo enfrente de la otra en la que habíamos comido. Nos compramos una botella muy pequeña de crema de chocolate para nosotros, y, por la noche, nos fuimos a otra taberna en la que ya habíamos querido comer el día anterior pero no había sitio. Esta vez fuimos temprano, y menos mal, porque si no, nos hubiéramos perdido unos berberechos muy buenos y, sobre todo, unos de los mejores
calamares que he comido en mi vida, todo ello regado con un Ribeiro tinto. Una tarta de tres chocolates, un largo paseo casi hasta Sanxenxo y luego una carrera inesperada hasta el hotel por causas de fuerza mayor. Eso sí, antes de dormir, dimos buena cuenta de la botella. 


DÍA 5:
El miércoles fue un día luminoso, así que decidimos coger un autobús e ir a conocer O Grove. Según nos bajamos, vimos un cartel en el que se anunciaban viajes en catamarán para conocer las bateas de mejillones, con degustación incluida, así que, sobre la marcha, nos subimos en el barco. Más de una hora de viaje por la ría de Arosa, viendo las bateas, unos delfines que se acercaron un poco a nosotros, para luego ver a través de visores de cristal el fondo marino, y por último una degustación de mejillones y vino Albariño. Que nosotros pensábamos que iba a ser poca cosa, y al final salimos de allí después de haber comido más mejillones que en toda nuestra vida junta.
Al bajar del barco, decidimos que poco íbamos a comer ya, así que optamos por tomar una vieira cada uno, regadas con Albariño, y de postre una ración de leche frita. Una vuelta por el paseo marítimo, unas compras de regalos para la familia y otra vez a Portonovo, donde seguimos comprando cosas y nos fuimos al hotel a empezar a preparar el equipaje.
Por la noche, después de hacer nuestras cuentas, decidimos darnos el último homenaje, así que en una marisquería que tenía pinta de muy antigua nos tomamos una mariscada que nos sirvió de despedida del pueblo. Una tarta de Santiago y después el último paseo con el mar a nuestro lado. Por cierto, que en todos estos paseos junto a la playa, un chaval que vendía pipas garrapiñadas nos ofrecía probarlas, y siempre le decíamos que no. Pues bien, esta última vez por fin las probamos, nos gustaron, y acabamos comprando un paquete que guardamos para el viaje. Si lo hubiéramos aceptado antes… 


DÍA 6:
Sin duda, el día más soleado de las vacaciones, justo cuando empezaban las fiestas en el pueblo. Sin embargo, también era el día en el que teníamos que volver.
Madrugamos un poco más que los días anteriores, y después de desayunar y de hacer el equipaje, fuimos a una panadería cercana a ver si comprábamos unos trozos de empanada para el viaje. Pero no las tenían hechas todavía, así que compramos pan y en el supermercado de al lado algo de fiambre, que preparamos en unos bocatas para el viaje. Después de dejar las maletas en la consigna del hotel, un último paseo por el pueblo y a eso de la una, un taxi nos llevó hasta la estación de Sanxenxo, allí un autobús nos llevó hasta Pontevedra, donde comimos los bocadillos y cogimos otro bus que nos dejó en casa después de seis horas de viaje y un paquete de pipas garrapiñadas. 

EN DEFINITIVA
Ya hemos vuelto a la normalidad, pero eso de salir a la calle, ver la costa y que la brisa marina nos despeine se echa mucho de menos… 

Nota: La mayor parte de las fotos las hizo la propia C.

jueves, agosto 07, 2014

O sea, que eran así...

Hola a todo el mundo:
Antes de irme para unas breves y (no sé si) merecidas vacaciones, voy a hablaros de otro libro que acabo de terminar de leer, esta vez un libro sobre la política de nuestro país. Se titula Spanish Neocon: La revuelta neoconservadora en la derecha española, escrito por Pablo Carmona, Beatriz García y Almudena Sánchez, y publicado por Traficantes de Sueños.

En este libro, publicado justo después de la arrolladora victoria electoral de Mariano Rajoy en 2011, los autores nos hablan de esa corriente dentro del Partido Popular tan cercana al Tea Party estadounidense y también a las posturas de los conservadores británicos herederos de Thatcher, esa corriente más conservadora que liberal que apela a la parte más emotiva de los electores sirviéndose de un discurso a la vez agresivo y victimista.
De esta forma, nos guían a través de la movilización de la derecha durante las dos legislaturas de Zapatero (especialmente la primera), y también de la importancia que en esa labor de movilización tuvieron (y siguen teniendo) los medios de comunicación afines a esa ala más radical del PP, los laboratorios de ideas como FAES, la Iglesia, y también las redes sociales, que sirvieron para dar lugar a un movimiento aparentemente más cercano a la ciudadanía.
Así, nos van explicando cuáles fueron los temas que sirvieron para aglutinar a esos “Ñeocons”, como las teorías de la conspiración del 11-M, la oposición al matrimonio homosexual o al aborto, su oposición al Estado del Bienestar e incluso un renovado nacionalismo español. Pero también se nos cuenta como Madrid fue, con Esperanza Aguirre a la cabeza, el lugar en el que se ensayaron todas las políticas de estos “Ñeocons”, especialmente en los ámbitos referidos a la educación, la sanidad y la inmigración.
En las conclusiones del libro, se realiza una comparación con el movimiento social de mayor relevancia en el momento de su publicación, el 15-M, planteando las similitudes pero, sobre todo, las muchas diferencias que se ven entre ambos movimientos, a la vez que se hace una predicción de cuales creían que iban a ser las políticas de Rajoy después de ganar las elecciones, predicciones que resultaron bastante acertadas. Sin embargo, no se mojaron lo suficiente a la hora de vaticinar la relevancia de esa corriente “Ñeocon” en el Gobierno, de forma que no supieron ver el peso que está teniendo en la actualidad.
Con un estilo sencillo, aunque con una alineación política muy clara, los autores nos explican claramente cuales son las características de esos neoconservadores españoles, en qué basan sus líneas de pensamiento principales, a la vez que nos instan a reflexionar sobre el peso de este movimiento en la política de nuestro Gobierno.
Un libro muy recomendable para entender qué es lo que se cuece en la cabeza de muchos políticos actuales.
Felices vacaciones.

miércoles, agosto 06, 2014

Cien años… de diversión

Hola a todo el mundo:
Como tod@s sabéis, el verano me sirve para olvidarme de las cosas serias y de la realidad. Y, por eso, una de las cosas que más me gustan del verano es la posibilidad de hacer cosas que durante el resto del año vamos postergando por falta de tiempo, como releer esos libros que tantas ganas tenemos de volver a tener en las manos.
Este año uno de los libros que decidí releer fue Cien años de soledad, del gran Gabriel García Márquez, por un lado, porque es uno de mis libros favoritos, y por otro, por rendir un homenaje a su autor, que hace poco nos dejó.
Así que la semana pasada me puse a leer otra vez la saga de los Buendía, con el miedo de tardar en leérmela, igual que la otra vez había tardado varias semanas. Sin embargo, esta vez, gracias a que ya lo conocía, la lectura fue mucho más fluida, y así tardé menos de una semana en recorrer los vericuetos de la historia de los Aurelianos y José Arcadios.
Tradicionalmente se dice que García Márquez es un autor en cuya obra se observa un estilo de corte muy popular, cercano a nuestra experiencia cotidiana y con una espontaneidad muy grande. Sin embargo, no estoy de acuerdo. Una obra como Cien años de soledad implica un trabajo muy grande, de forma que lo que podemos leer ahí no apareció sobre el papel de manera espontánea, sino después de un arduo trabajo. Y de ese trabajo viene el carácter de joya que tiene esta novela.
Además, la segunda lectura de este texto me sirvió para fijarme en una serie de detalles que, la primera vez me habían pasado desapercibidos, de manera que pude ver el carácter casi visionario de esta obra, todavía más claro si tenemos en cuenta que la primera edición de esta novela es de 1967. Más en concreto, la edición que me leí las dos veces es una que estaba en casa, anterior a mi nacimiento (concretamente de 1979), en cuya contraportada podemos leer todavía su precio: 190 pesetas.
O sea, que por menos de dos euros de los de ahora tengo un libro que me asegura que disfrutaré durante cien años… o más.

lunes, agosto 04, 2014

¿Por qué lo hacen?

Hola a tod@s:
El otro día volví a ver la peli Radio encubierta, esta vez en inglés. Es una peli muy entretenida, y va de unos tíos que, en los años sesenta, pinchan Rock en una emisora pirata que emite desde un barco anclado en el Mar del Norte. Es una película divertida que, además, me recuerda por qué me gusta tanto la música y también me recuerda lo bien que me lo pasaba cuando, hace ya muchos años, yo también tenía mi propio programa de radio.
Pero, en realidad, no quería hablaros de la peli, sino de una cosa que se me ocurrió al verla. En un momento dado, en una conversación entre el personaje que interpreta Keneth Branagh, que es un político del Gobierno que quiere acabar con las emisoras pirata y, sobre todo, con esa en concreto, y uno de sus subordinados, se dice algo así como que si algo no nos gusta, solo hay que aprobar una ley que lo haga ilegal.
Y entonces me di cuenta de que, muchas veces, los políticos actúan así. No buscando lo mejor para los ciudadanos, sino gobernando en función de lo que les gusta y lo que no. En función de que algo esté de acuerdo o no con sus ideales. Sean estos ideales los que sean.
Así, nos encontramos casos como el de Alberto Ruiz Gallardón, que, como no le gusta el aborto, lo que hace es legislar para que su práctica sea lo más complicada y traumática posible.
Y con esa forma de actuar, los políticos, en lugar de dar soluciones, lo que hacen es crear más problemas.
Y así nos va.

viernes, agosto 01, 2014

Cuánta corrupción

Hola a todo el mundo:
Estos días no hacemos más que escuchar como nos hablan de corrupción. Que si Jaume Matas, que si Jordi Pujol, que si Carlos Fabra… Y lo más curioso es que, en todos los casos, escuchamos a sus correligionarios quitar hierro a la cosa.
Martínez Pujalte, en un claro caso de apología del delito, dice que a Jaume Matas lo han condenado por algo “liviano”.
En CiU dicen que hay que tener amplitud de miras y no dejar que el caso Pujol haga que los catalanes olviden que lo importante es la consulta soberanista.
Una gente del PP recoge firmas para que se indulte a Fabra (“Free Fabra”, dicen l@s tí@s).
Cuando veo estas cosas, me sorprendo de la enorme tolerancia a la corrupción que hay en este país. O al menos, entre ciertas capas de la población de este país. Pero no me sorprendo tanto de que cada vez haya más desafección hacia la clase política.
Porque si lo que vemos es a corruptos que se lo llevan crudo, muchas veces no van a la cárcel, y cuando van (o se les juzga), escuchamos estas cosas que os comento, pues es normal que la gente que no concibe la corrupción como algo normal se indigne y piense que los políticos son unos chorizos aupados al poder por ignorantes a los que engañaron o (lo que tal vez sea peor) por gente que aspira a ser igual.
Mientras la corrupción siga siendo algo tolerado o incluso bien visto (siempre que sea la de nuestro partido, claro), no podremos hablar verdaderamente de regeneración democrática porque estaremos perpetuando los mismos malos usos que nos han traído hasta esta situación en la que estamos.
No podemos decir que la corrupción del contrario es mala, peligrosa y perseguible mientras que decimos que la de los nuestros es poco importante. Toda la corrupción política es mala, y "mancha" no solo al partido al que afecta, sino a toda la clase política. Y, como ya dije antes, los ciudadanos, en tanto que votantes, también somos parte de esa clase política. Y si en mi partido (sea el que sea) alguien es corrupto, yo debería ser el primero que pidiera que esa persona terminara en la cárcel, para que nadie pensara que yo apoyo esa forma de actuar.
¿O no?

miércoles, julio 30, 2014

¿Tierra prometida?

Hola a todo el mundo:
Hoy, con gran dolor de mi corazón, me vuelve a tocar hablar de un tema de actualidad. Y no es que sea un tema nuevo, eh, sino que es un tema que se ha puesto (una vez más) de moda: el conflicto palestino-israelí.
Digo que no es un tema nuevo porque, como sabemos, se trata desde hace ya varias décadas de una de las zonas más convulsas del planeta. Con dos pueblos que se disputan las mismas tierras con argumentos que, al final, retrotraen hasta hace muchos siglos. Y con la comunidad internacional adoptando una postura que a veces es ineficaz y que, casi siempre, es interesada. O que por ser interesada resulta ser ineficaz.
Pero este año la cosa se ha enconado mucho más de lo que habíamos visto en los últimos tiempos. La llamada Operación Margen Protector del ejército israelí está consistiendo en bombardeos masivos sobre la población de la franja de Gaza, con una cantidad de víctimas civiles enorme.
No voy a adoptar la postura simplista de decir que los únicos malos son los israelíes, porque en el bando palestino también se recurre y se ha recurrido al terrorismo. Sin embargo, creo que en este caso, la estrategia del ejército israelí va mucho más allá de la mera defensa ante un ataque terrorista. Se está llevando a cabo una sistemática labor de exterminio del enemigo, un exterminio masivo en el que no se diferencia a terroristas de civiles ni a niños de adultos.
Tampoco voy a caer en la estupidez de decir que todos los judíos son malos, porque está claro que no todos los israelíes estarán de acuerdo con lo que está haciendo su Gobierno. Un Gobierno que, por otro lado, necesita que Hamás siga siendo su interlocutor palestino, porque en el momento en el que desaparezca Hamás, puede que los territorios palestinos terminen controlados por islamistas radicales todavía más peligrosos.
Sin embargo, en este tema creo que la solución es muy compleja. Haría falta una voluntad por ambas partes de dialogar y de buscar una solución al conflicto. De reconocer el sufrimiento causado a unos y a otros.
Pero, si todos creen ser los únicos depositarios de la razón, eso parece muy difícil.

lunes, julio 28, 2014

Estupideces informáticas

Que no hay manera, colegas. Yo intentando no escribir sobre actualidad en verano, pero la realidad se empeña en obligarme. Así que esta semana vamos a tener que escribir un par de textos hablando de esa realidad tan puñetera.
Empezamos con la aprobación del canon AEDE. La última tontería de un Gobierno que, por otro lado, cada vez nos tiene más acostumbrados a ver como hace tonterías. Para quien no lo sepa, ese canon consiste en penalizar económicamente a quienes, en internet, enlacemos en nuestros textos contenidos de determinados medios de comunicación, o también penalizar que esos contenidos se compartan en las redes sociales. Para que nos entendamos: sería como si, al escribir un artículo académico, nos penalizaran por poner notas a pie de página. Una estupidez, como podéis ver, solo explicable por la ignorancia y por la voluntad de plegarse a los requerimientos de un lobby que ve como se le está acabando el chollo.
Pero esta aprobación supone también que quienes han votado a favor no tienen ni idea de como funciona la red (como se ve en uno de los enlaces de antes), y no son conscientes de que esa penalización, en realidad, a quienes va a perjudicar es a esos medios de comunicación que se sienten robados por nosotros, los malvados internautas.
Les perjudicará porque si ahora mismo, en este mismo texto, yo enlazo una noticia de El País, o de El Mundo o de cualquier medio importante, yo no estoy quitándoles nada, al contrario, estoy permitiendo que vosotr@s leáis esa noticia al hacer clic en el enlace, cosa que tal vez no harías si ese enlace no estuviera ahí.
Y con las redes pasa igual. Si veo una noticia que me interesa y la comparto en Facebook o en Twitter, vosotros que me seguís en esas redes, podréis ver leer una noticia que igual no hubierais leído. Que esa es otra: ¿cuánto hace que no entráis directamente en la web de un periódico, escribiendo su url en la barra de direcciones? ¿A que cuando leéis una noticia de un periódico suele ser porque la habéis visto en las redes sociales? Pues eso.
Estos medios no se dan cuenta de que con esto están perdiendo tráfico, no ganándolo, y a la larga les va a perjudicar. Menos gente entrará en sus webs, menos gente los leerá y, también, menos gente verá la publicidad que tienen en sus webs, que es, en definitiva, lo que les importa de verdad. Lo gracioso es que es muy posible que llegue el momento en el que estos mismos medios de comunicación acaben pagando a los agregadores de noticias, como Google News (el más importante), para que vuelva a incluir sus noticias y así no pierdan tráfico. Entonces nos reiremos y mucho.
Por cierto, que, si entráis en cualquier noticia de cualquier medio, veréis que siguen teniendo los botones (los widgets) para compartir esa noticia en las redes y en agregadores de noticias como Menéame. Qué hipocresía, ¿verdad?

Por cierto, os dejo un par de enlaces interesantes por cortesía de mi compañero Juan:

martes, julio 08, 2014

Sangre, fuego, pero muy poca música

Muy buenas, colegas:
Como sabéis, me gusta mucho leer, y también me gusta mucho la música, así que leer sobre música es uno de mis pasatiempos favoritos. Por eso, siempre que puedo, me calzo algún libro sobre mis estilos predilectos. Y esta temporada me he leído tres seguidos de los que os iré hablando, poco a poco, en diferentes lugares.
Uno de los libros que más ganas tenía de leer era Señores del Caos. El sangriento auge del Metal satánico, un libro sobre el Black Metal noruego escrito por Michael Moynihan y Didrik Søderlind. Sin embargo, me decepcionó mucho.


¿Por qué? Pues porque yo tenía interés por conocer el origen de esta música, sus principales bandas y sus discos más representativos, y me encontré con que en este libro se habla de muchas cosas, pero que la música es la que menos peso tiene.
Sí, porque resulta que estos tipos se centraron en la parte más macabra y más sensacionalista de este estilo, como el hecho de que algunos de sus músicos cometieran asesinatos, alentaran a sus fans para quemar iglesias o estuvieran vinculados a grupos neonazis o satánicos.
Con todo esto, la imagen que se presenta del Black Metal es la de una música escuchada por fanáticos peligrosos. Pero, en realidad, de esa música se habla muy poco.
Así que si queréis leer algo sobre Metal Extremo para saber qué grupos hay que conocer y qué discos hay que escuchar, os recomiendo que le echéis un vistazo a Metal Extremo: 30 años de oscuridad (1981-2011), de Salva Rubio, que también cayó en mis manos estos últimos tiempos, que os resultará más interesante.

domingo, julio 06, 2014

Pasión y rivalidades

Hola a todo el mundo.
La verdad es que llevaba tiempo sin acercarme por este rinconcito de la blogosfera. Tanto, que tengo el blog lleno de polvo y telarañas. Voy a tener que limpiar y ventilar un poco, jajaja.
Pero sobre todo, lo que tengo que hacer es escribir, que así, a lo tonto, llevo casi un mes sin escribiros nada. Y la verdad, se me han quedado antiguos algunos temas, como el de la abdicación de un rey y la proclamación de otro, la censura a dibujantes y otras cosas así. Luego, otros temas, como las declaraciones de Joan Rossell del otro día, no los quiero tratar porque, en los meses de julio y agosto, no me gusta escribir sobre temas serios.
Así que voy a hablaros de una peli que tenía muchas ganas de ver y que, por fin, pude ver esta semana: Cisne negro.

Desde hace algún tiempo, más o menos desde que se había estrenado, tenía ganas de echarle un vistazo a esta película, porque había escuchado muchas opiniones sobre ella, y la mayoría favorables. Además, el que algunos que saben más que yo la calificaran de película de “terror psicológico”, hizo que me interesara todavía más.
Y es que se trata de una película muy compleja, en la que nos cuentan la historia de Nina (Natalie Portman), una bailarina de una compañía de Nueva York que desea interpretar el papel principal en El lago de los cisnes, de Chaicovski. Como sabréis (reconozco que yo no lo sabía, jajaja), el papel de Reina Cisne supone una dualidad entre el Cisne Blanco, puro e inocente, y el Cisne Negro, más sensual y oscuro. Y ahí está el problema de Nina: ella borda las partes del Cisne Blanco, pero para interpretar las partes del Negro necesita buscar su lado más oscuro.
A todo esto se une la difícil relación con su madre, una bailarina retirada o, más bien frustrada (relación en la que podemos ver una influencia de la peli Carrie), y también la relación con el director de la compañía (¿a nadie más le parece un guiño a Fama que este personaje se llame Leroy?), o la rivalidad con la chica que la debería sustituir en caso de lesión (Mila Kunis), que sí hacía bien las partes del Cisne Negro.
Así, en la película vemos como Nina está cada vez más absorbida por el baile y, sobre todo, por esa búsqueda de su lado oscuro, hasta el punto de que hay momentos en los que no sabemos qué es real y qué es producto de su imaginación cada vez más desquiciada.
Por este papel, Natalie Portman se llevó el Óscar, el Globo de Oro y algún que otro premio más, muy merecidos, desde mi punto de vista, porque hace un papel complejísimo y lleno de matices, que nos deja a todos con la boca abierta por la fuerza que desprende en pantalla.
Una película que vale la pena ver, hacedme caso.

lunes, junio 02, 2014

¿Se puede o no se puede?

Durante toda la semana pasada estuvimos escuchando reacciones al resultado de las Elecciones Europeas, y en todas ellas pudimos escuchar (o leer) referencias al inesperado ascenso de Podemos. Y claro, también hemos podido escuchar todo tipo de críticas a ese partido. Que si son unos antisistema. Que si son bolivarianos, pro-etarras, desaseados e incluso frikis. Hasta leí un tuit de un tipo que los criticaba por ser profesores e investigadores del CSIC y, por tanto, no haber creado riqueza (¡!).
Pero yo creo que quienes hacen esas críticas no han entendido lo que el resultado de las elecciones significa. Porque ese resultado quiere decir que la ciudadanía ya está cansada de políticos profesionales que, en lugar de buscar soluciones, se convierten en parte del problema. Y ese cansancio se ha traducido en el voto a otros partidos.
Y los dos grandes partidos deberían hacer autocrítica y comprender que no pueden vivir de lo que hicieron hace años, que tienen que ser una alternativa real ahora y buscar la forma de volver a conectar con el electorado. De lo contrario, de seguir enrocándose en la crítica a Podemos (y a los demás nuevos partidos), lo único que van a conseguir es que el apoyo a esos partidos crezca.
Si es que están consiguiendo que los defendamos incluso los que no les votamos.

Y venga momentos históricos…

Hoy nos levantamos con una noticia histórica. Que no sé vosotr@s, pero yo ya empiezo a cansarme de tanto momento histórico seguido. Y es que resulta que hoy, día 2 de junio de 2014, el rey ha abdicado.
Como bien sabéis, yo sería más partidario de un referéndum que nos permitiera escoger la forma de Gobierno que queremos, pero como eso no parece que vaya a ser posible, tendremos que aguantarnos. Y, por cierto. Si al final saliese que la gente quiere que el país siga siendo una monarquía, eso daría legitimidad al nuevo rey.
Así que ahora se inicia el proceso para coronar a Felipe como Felipe VI, y va a estar regulado por una Ley Orgánica que hay que hacer ahora, porque parece ser que en los últimos casi cuarenta años no hubo tiempo de hacerla. Si luego, con las prisas, queda a medias, que nadie se queje.
A ver qué pasa ahora. Seguiremos informando.

lunes, mayo 26, 2014

Comentemos las elecciones

Hola a todo el mundo:
Como ya sabréis, ayer fueron las elecciones al Parlamento Europeo. El resultado lo conocemos tod@s, pero creo que lo que deberíamos hacer es reflexionar sobre él con un poco de detenimiento.
En primer lugar, el Partido Popular ganó estas elecciones, de eso no hay duda. Sin embargo, creo que su pérdida de votos es lo bastante importante como para que se planteen la necesidad de llevar a cabo algún tipo de autocrítica que les permita darse cuenta de cuánto están perdiendo por su política.
El Partido Socialista se mantiene como segunda fuerza, pero en este caso su pérdida de votos es tan enorme que podemos considerarla una verdadera debacle, lo que debería llevarles a plantearse una renovación completa, o incluso una total refundación del partido.
Me parece muy interesante el crecimiento de Izquierda Unida y, sobre todo, de Podemos, dos formaciones de izquierdas que pueden dar una respuesta al desencanto de los votantes de ese “lado” del espectro político. En el caso de Podemos, aunque yo no les di mi voto, creo que puede ser una buena alternativa en torno a la que iniciar una verdadera renovación de la política de nuestro país.
Por supuesto, ya hay gente diciendo que el crecimiento de IU y Podemos es el crecimiento de partidos extremistas, cuando, como sabe cualquiera que haya leído sus propuestas, es más bien poco probable que les podamos aplicar el adjetivo de “radicales” o el de “extremistas”.

Pero claro, resulta que estas elecciones eran al Parlamento Europeo, así que habrá que pensar un poco en lo que significa su resultado en Europa.
Y lo más preocupante que yo encuentro del resultado de estas elecciones es el ascenso de la ultraderecha en muchos países importantes de la Unión. En Francia, el Frente Nacional de Marine Le Pen se ha convertido en la primera fuerza política, y lo mismo sucedió en el Reino Unido con el partido UKIP. Pero también entran en el Parlamento Europeo los griegos de Amanecer Dorado, o los ultraderechistas holandeses, alemanes, húngaros y daneses.
En este caso, habría que preguntarse como es posible haya sido este el resultado. Y, sobre todo, como es posible que los partidos socialdemócratas o incluso comunistas hayan perdido el apoyo de la clase trabajadora que en algunos países ha empezado a votar masivamente a la opción populista de una extrema derecha xenófoba y euroescéptica. Encontrar la respuesta a esa pregunta debería ser la principal preocupación de los partidos de izquierda de buena parte del continente (Owen Jones lo explicó muy bien para el caso del Reino Unido en su libro Chavs: La demonización de la clase obrera).
Y es esa entrada de la extrema derecha la que me parece verdaderamente peligrosa, porque se trata de partidos anti-europeístas, así que van a intentar socavar las instituciones de la Unión desde dentro, además de que corremos el riesgo de que busquen la promulgación de leyes xenófobas o incluso contrarias a la libre circulación de ciudadanos por la Unión.
Por todo esto creo que mucho más peligroso el crecimiento de la ultraderecha que el hecho de que vaya al Europarlamento un tío de pelo largo que da clase en la Complutense.

sábado, mayo 24, 2014

Marketing cinematográfico

Ya está, ya lo hice, por fin vi Ocho apellidos vascos. Después de no-sé-cuántas semanas siendo la película más vista, después de ser la película más taquillera de la Historia del cine español, por fin la vi.

Y, la verdad, es una peli divertida, pero no me pareció nada del otro mundo. Sí que lo pasamos bien durante el rato que dura, nos reímos y todo eso. Pero nada más. Es una película entretenida, pero que no se va a estudiar en las Escuelas de Cine. Entonces, ¿por qué ha tenido tanto éxito?
Una posible explicación puede ser que, con tantos problemas que tenemos, de vez en cuando nos hace falta desconectar, y hacerlo con una película divertida puede ser una buena opción.
Pero yo creo que, más bien, es cosa de que la peli en cuestión tuvo una campaña de marketing brutal detrás, orientada a convencernos de que era la película que había que ver este año, y así consiguieron que una peli que no era objetivamente mejor que las demás de la cartelera, fuera la más vista.
Eso sí, durante la hora y media que dura, las risas están aseguradas.
Que no es poco.

miércoles, mayo 21, 2014

Somos políticos

Sí. Aunque a algunos les moleste, los ciudadanos somos políticos. No somos políticos profesionales, claro. Somos profesionales de lo nuestro, y, además, políticos.
Y precisamente por eso, tenemos derecho a participar en el proceso democrático, y no solo con nuestro voto. Porque podemos opinar y criticar. Aunque hay personas a las que les molesta, podemos tener opiniones, y podemos expresarlas, siempre dentro de los marcos de la educación (y, tal como está la cosa últimamente, también de la legislación). Tenemos derecho incluso a manifestarnos cuando nos parece que las decisiones de los políticos no son las más convenientes.
Por eso este domingo tenemos que tomar parte en las elecciones europeas, pero recordando que nuestra actuación no debe limitarse solo a echar un voto en la urna, sino que después, tendremos que ser conscientes de la importancia que tienen las decisiones que se toman en el Parlamento Europeo, y de la responsabilidad que vamos a tener en que unos u otros tengan más o menos peso en ese Parlamento.
Entonces, ejerzamos nuestro derecho al voto de manera consciente y responsable, opinando y ejerciendo una crítica lo más constructiva posible al proceso democrático.
Porque nosotros también tenemos que participar en el sistema, y si no lo hacemos, entonces estaremos dejando que las decisiones las tomen aquellos a los que no hemos elegido.

lunes, mayo 19, 2014

Reflexiones para el Día de Internet… con retraso

Hola a todo el mundo:
Puff… con tantas cosas en la cabeza, se me olvidó que el sábado fue el día de internet. Y claro, una persona como yo, que dedica tanto tiempo a crear contenidos para la red (y, a veces, también a reflexionar sobre el papel mismo de internet en la sociedad), igual debería haber dicho algo. Pero como se me olvidó, pues lo voy a hacer ahora.
Y lo que quiero hacer es contaros qué es internet para mí. En su momento, para un pequeño trabajo académico que tuve que hacer, dije que, desde mi punto de vista, internet es el invento más importante del siglo XX, o por lo menos uno de los más importantes. Y además creo que, por su evolución, será uno de los elementos más relevantes de este siglo XXI en el que estamos inmersos.
Porque internet es hoy mucho más que aquel proyecto militar que era en sus orígenes, e incluso mucho más que la fuente de información más grande que haya conocido la Humanidad. Es un ámbito de expresión, a través de blogs como este mismo, de relación, a través de unas redes sociales que cada vez tienen más peso en nuestra vida, de formación, a través de unas plataformas cada vez más perfeccionadas, de participación… Todo lo que podamos imaginar está en internet.
Y precisamente por eso, debemos ser cada vez más conscientes de que internet puede ser una extensión de nuestra vida, y también que cada vez es más necesario un conocimiento más o menos profundo de las herramientas que nos brinda, para saber utilizarlas de manera efectiva.
O eso creo yo, vaya.

jueves, mayo 15, 2014

Noticias de un asesinato

Hola a todo el mundo:
Supongo que os habréis enterado de que el lunes fue asesinada la presidenta de la Diputación de León, que era del Partido Popular. Pero de lo que a lo mejor no os habéis enterado es de que fue asesinada por motivos personales por otras dos militantes de su propio partido. Porque resulta que esta semana parece que hay mucha gente interesada en que pensemos que esto se debe al “clima político” o a la “animadversión hacia los políticos”.
Pero nada más lejos de la realidad. Este trágico suceso no fue algo político, sino algo personal. No tiene nada que ver con asesinatos como el de Olof Palme y sí con casos como el de Puerto Hurraco.
Pero a pesar de eso, estos días estamos escuchando que esto es solo un paso más en la situación actual, y que se empieza criticando a los políticos y se termina descerrajándoles tres tiros por la espalda. Y es que hay gente muy exagerada.
Y encima, a nuestro Gobierno y a sus palmeros la realidad poco les importa. En una deriva dictatorial con la que parecen querer meternos de lleno en una novela de Orwell, ahora quieren controlar lo que se dice en las redes sociales porque algunos descerebrados dijeron barbaridades sobre la asesinada. Como si la culpa fuera de Twitter y no de las propias asesinas.
Por cierto, una pregunta: Si siendo las asesinas del mismo partido que la asesinada estamos escuchando las tonterías que estamos escuchando, ¿os imagináis lo que tendríamos que escuchar si las asesinas hubieran tenido algo, por poco que fuera, que ver con partidos de izquierdas, sindicatos o movimientos sociales?


P. D.: Por si acaso a alguien no le ha quedado claro, condeno enérgicamente este asesinato y toda clase de violencia. Sé que mis lectores son lo bastante inteligentes como para darse cuenta de ello, pero, tal como está el patio, mejor decirlo. Por si acaso…

sábado, mayo 10, 2014

Que nadie se olvide de votar

Muy buenas a todo el mundo.
Como todos sabemos, estamos en plena campaña electoral. "¿Otra vez?", preguntará alguien. Sí, otra vez. Esta vez para las elecciones al Parlamento Europeo. Y el problema que veo en estas elecciones es que mucha gente no tiene interés por ellas, porque no considera que tengan valor. Pero se equivocan.


Podría volver a recordar ese dato según el cual el setenta por ciento de las leyes que se promulgan vienen marcadas o inspiradas desde Europa. Pero prefiero recordar que los españoles debemos la mayor parte de las infraestructuras que se construyeron durante los años ochenta y noventa se deben a los fondos de cohesión de la Unión Europea. Por lo que, creo yo, deberíamos ser los más europeístas de Europa
Precisamente por eso creo que no podemos dejar que las decisiones de la Unión, que tanto nos afectan, las tomen personas elegidas por solo una pequeña parte del censo electoral. Porque nos jugamos demasiado. 
Por eso no hay que pasar. Hay que informarse, reflexionar y, después, votar en conciencia. Pero votar. 
Y es que, desde mi punto de vista, si no votamos, luego no tendremos autoridad moral para quejarnos de las decisiones que se tomen.
Pues eso.
Que no se os olvide votar.