viernes, noviembre 25, 2016

Guerreros



Hace poco, un compañero me dejó los dvd con los diez episodios de la serie The Pacific. Se trata de una serie producida entre otros por Tom Hanks y Steven Spielberg que cuenta la historia real de varios marines norteamericanos enviados al frente oriental durante la Segunda Guerra Mundial.
Esta serie, hermana de la serie Hermanos de Sangre y directa heredera de la colaboración de Hanks y Spielberg en Salvar al soldado Ryan, está hecha con un enorme lujo de detalles y, a pesar de tratarse de un elemento de ficción, nos puede resultar muy interesante porque presenta la guerra sin restarle nada de su crueldad.

En los diferentes capítulos, vemos el miedo de los novatos antes de entrar en combate y también los problemas de conciencia cuando tienen que matar por vez primera. Pero también vemos la deshumanización del enemigo que se crea en ocasiones, y que llevó a que en algunos momentos se utilizasen incluso lanzallamas.
Es una serie muy interesante, no sólo desde el punto de vista del entreteniento, sino también como elemento que nos puede ayudar a entender algo tan crudo y tan real como la guerra a través del ejemplo de la Segunda Guerra Mundial.

jueves, noviembre 24, 2016

Algo nuevo



El otro día me vi la nueva peli de Woody Allen, Café Society. Como todos sabéis, Woody es uno de mis directores favoritos, y siempre intento ver sus películas tan pronto como salen, aunque cada vez con unas expectativas más bajas. Y de hecho, al ver esta película, me encontré con una trama un tanto tópica, que tenía la sensación de haber visto antes. Sin embargo, al pasar los días, me di cuenta de que la peli había dejado algo más de “poso” en mí, y por eso me decidí a escribir sobre ella.
Con esta película, Woody hace un análisis muy interesante sobre la vida en Los Ángeles en los años treinta, todo ello a través de la historia de un chaval (que, si la peli se hubiera rodado en los años setenta, hubiera interpretado el mismo Woody) que se enamora de la amante de su tío. Mientras vemos evolucionar su historia, vemos pasar ante nuestros ojos el mundo del cine de aquel momento, o escuchamos reflexiones más o menos soterradas sobre el paso del tiempo y lo que nos cambia, todo ello aderezado con el Jazz que tanto ama el director.
Seguramente no sea su mejor película, pero para pasar un buen rato vale.
Que no es poco.

miércoles, noviembre 23, 2016

METALLICA: HARDWIRE… TO SELF-DESTRUCT


Hola a todo el mundo:
Como sabéis, hace ya algún tiempo que escribo para MetalCry, lo que significa que tengo un medio en el que puedo escribir sobre música y, además, obtener más visibilidad de la que obtengo a través de este blog. Sin embargo, de vez en cuando me apetece escribir sobre algún tema musical fuera de esa página, a veces porque no tiene que ver con el Metal, y otras, como en este caso, porque el tema es muy personal. Y es que hoy me apetece escribir sobre el nuevo disco de Metallica, Hardwire… to self-destruct.

Los que me conocéis, sabéis que mi relación con Metallica es bastante complicada. Como comentaba en cierta ocasión con uno de vosotros, es la típica relación de los que descubrimos la música y el Metal en los ochenta y noventa: nos enganchamos a ese estilo gracias a Metallica (si yo no los hubiese escuchado con diecisiete años, no sé qué escucharía ahora), pero después nos decepcionaron varias veces.
A mí fue, primero por la cancelación de su concierto de Gijón de 1999, pero después por discos como St. Anger. Pero, no sé por qué, siempre volvía a darles una nueva oportunidad.
Y con este nuevo disco no fue una excepción, así que lo tengo y lo he escuchado con atención, y por eso voy a escribiros sobre él.
Para empezar, debo decir dos cosas. Por un lado, que es un disco que, a la primera escucha, me entró por un oído y me salió por el otro. No me creó ninguna emoción y terminó de sonar sin que nada llamara especialmente mi atención. Pero, por otro lado, también debo decir que, a diferencia de otros discos anteriores, como St. Anger, sí fui capaz de escucharlo de una vez.
Y esto es lo primero que quiero destacar: es importante que pudiera escucharlo de un tirón sin tomarme un descanso porque es un disco largo. Son doce canciones, sí, pero agrupadas en dos discos y completando alrededor de ochenta minutos de música. Es mucho para lo que se hace en la actualidad, y eso lo hace difícil de escuchar.
Lógicamente, en un disco tan largo, es evidente que hay muchas canciones de relleno. Los temas que ya habían dado a conocer con anterioridad, como “Hardwire” sí que me gustan mucho y me parecen verdaderas bombas. Sin embargo, otras canciones me parecen más prescindibles. Seguramente si quitásemos algunas canciones, el disco sería mucho más fácil de escuchar.
En lo que se refiere al sonido, la producción está bastante bien y nos permite apreciar los matices de las canciones. Desde el punto de vista de cada uno de los músicos, James Heatfield canta mucho mejor que en discos anteriores y con un punto de agresividad y mala leche que sienta muy bien al álbum. Robert Trujillo está más integrado en el grupo, y su bajo suena en ocasiones bastante bien. La batería de Lars Ulrich suena demasiado para mi gusto. Sin embargo, desde mi punto de vista (y desde mis limitados conocimientos de guitarra), creo que Kirk Hammet es el que menos destaca de los cuatro músicos: sus solos no parecen especialmente inspirados y abusa demasiado (como ya lleva haciendo desde hace tiempo) del wah-wah.
En definitiva, este nuevo trabajo de Metallica no tiene nada que ver con sus cuatro primeros álbumes, pero suena actual y honesto. Por lo menos da la sensación de que es lo que querían hacer, que tocaron lo que les pedía el cuerpo y que no se preocuparon de otra cosa. Si se tratará de un punto de inflexión en su carrera o si tan sólo será un disco más, tan olvidable como Reload, St. Anger o Death Magnetic, sólo el tiempo lo dirá.

lunes, noviembre 21, 2016

Loterías que no nos tocan

Hola a todo el mundo:
¿Habéis visto el nuevo anuncio de la lotería de Navidad, el que se rodó en Asturias? Pues, por si no lo habéis visto, aquí os lo dejo:


¿Qué? ¿Qué os parece? Lacrimógeno a más no poder, ¿verdad? Se busca la emoción, la lágrima fácil, para que nos entren más ganas de comprar boletos de una lotería que, por cierto, nunca nos toca (al menos a mí). O sea, que ese uso de la lágrima fácil se orienta solamente a que compremos más. Que para eso es un anuncio.
Sin embargo, creo que el anuncio tiene bastante miga, aunque no como sus creadores esperaban. 
En primer lugar, resulta sorprendente que se ponga de protagonista de la historia a una anciana con evidentes signos de senilidad, cuando nuestro Gobierno no ha hecho más que recortar en pensiones. La señora, a la que tienen totalmente ninguneada, con sus mejores intenciones, le prepara el desayuno a un nieto que pasa de ella. Que manda narices.
Después, la pobre señora se equivoca y piensa que le ha tocado el Gordo de Navidad, y entonces, su familia, sus amigos y todo el pueblo, en lugar de sacarla de su error, la engañan y siguen montando una fiesta que, por cierto, nadie nos dice quién paga.
Qué queréis que os diga. A mí me parece que es un anuncio muy chungo. No me gusta la manera en la que se engaña a la señora, ni el uso de lo más lacrimógeno para convencernos de que tenemos que comprar la lotería de las narices. Y, no es por nada, pero si alguien tiene una abuela con demencia senil, no creo que le haga maldita gracia.
En resumen. No me gusta. Leñe, ya.

Por cierto, os dejo algunas opiniones sobre el anuncio de marras:
Y ahora viene mi pregunta: ¿Quién paga toda la celebración? ¿La familia? ¿La señora? ¿El pueblo, que es muy solidario? Y, sobre todo, ¿qué pasa al día siguiente?

miércoles, noviembre 09, 2016

Trump presidente



Pues sí, colegas. Resulta que Donald Trump es el Presidente electo de los Estados Unidos (sí, ya sé que eso ya lo habían vaticinado Los Simpsons hace ya varios años). Y este hecho, la verdad, me asusta mucho.
Sin embargo, la cosa no es tan extraña como podría parecer. Hace poco ya vimos resultados igual de sorprendentes, como la victoria del Brexit en el Reino Unido o la del “no” en las negociaciones de paz con la guerrilla colombiana. Y esos resultados no se deben a que la gente sea idiota, ni necesariamente manipulable (al menos, no toda la gente).
Como dijo hace algunos meses Michael Moore, puede deberse a que algunas personas confíen en él por algún motivo, como el hecho de que sea blanco, o por desconfianza hacia Clinton, o por mandar un mensaje. Pero también puede ser, como se decía en un artículo que me pasaron esta mañana, porque haya personas desencantadas con la política que le ven como alguien que puede cambiar las formas de hacer política.
Sea como sea, este multimillonario, a pesar de todas las perlas que ha ido soltando, y a pesar de su racismo y su misoginia, ha ganado, y además con un enorme apoyo de la clase trabajadora.
No obstante, no es algo nuevo. Ya lo vimos anteriormente. En momentos de crisis aparecen líderes carismáticos que dicen lo que muchos no se atreven y hacen lo que a muchos les gustaría, y así la Historia nos deja ejemplos como el de Thatcher u otros más graves, como el de la Alemania nazi. Y es que el fanatismo ya sabemos que surge en momentos como este, y hay determinadas personas que son más permeables a él.
No sé, ahora mismo se abre una etapa de incertidumbre y yo no sé lo que puede pasar.
Pero tengo miedo…