sábado, septiembre 28, 2013

Juzgando el pasado

Hola a todo el mundo:
Puff… cuánto tiempo, ¿verdad? Es que últimamente no paro, y hay días que me faltan horas para todo lo que quiero hacer. Pero hay una serie de cuestiones que me parecen lo bastante importantes como para que deja otras cosas de lado por ellas.
Y entre ellas, hoy me apetece comentar la noticia que ya escuchamos hace un par de semanas, de que una jueza argentina ha solicitado la extradición devarios torturadores de la dictadura franquista para que sean juzgados allí. Que todos sabemos que al final no se les va a extraditar, pero ya es un paso.
Y, pese a la polémica (o precisamente, por ella), yo creo que el que sean juzgados por sus delitos es algo bueno.
Porque puede parecer que en España hay cierto reparo a que se sepa la verdad, o, mejor dicho, a que se actúe en consecuencia con esa verdad. Parece como si tuviéramos miedo de que juzgar a los criminales fuera a hacer que la dictadura volviera.
Pero no es así. Un juicio demostraría que somos un país democráticamente maduro, capaz de hacer frente a su pasado, para poder mirar al futuro sin miedo.
Algunos dicen que esto es reabrir viejas heridas. Como decía un represaliado ayer en la tele, no es reabrir heridas. Es cerrarlas. Y, de todas formas, ¿quién nos dice que las heridas de los represaliados están verdaderamente cerradas?
Lo deseable sería que el juicio se celebrara aquí. O que ya se hubiera celebrado hace mucho. Pero solo el hecho de que desde Argentina (un país que, en materia de juzgar su pasado, nos lleva años de ventaja) se haya intentado llevar a cabo, ya es un primer paso.
Esperemos que esos pasos den lugar a otros.

viernes, septiembre 13, 2013

Un par de cuestiones

Hola a todo el mundo:
La verdad, esta semana quería escribir algo sobre Siria. Pero por un lado, la cuestión es demasiado compleja como para abordarla en una entrada de blog, sobre todo con el poco tiempo que tengo ahora para estas cosas, y por otro lado, las cuestiones propias de la política interior ya son bastante interesantes por sí mismas. Así que voy a escribir sobre eso.
En primer lugar, como ya sabéis el pasado día 11 apenas se habló de las Torres Gemelas ni mucho menos del cuarenta aniversario del golpe de Estado de Chile, porque en España el tema del día era la cadena humana que, con motivo de la Díada de Cataluña, hicieron los grupos independentistas para pedir una consulta en la que puedan expresar su postura al respecto. Y al final, la cosa se lió del todo cuando por un lado, desde Cataluña se dijo que había sido multitudinaria y que antes de final de año sabremos la fecha de la consulta y lo que se va a preguntar en ella, y por otro lado, cuando desde el Gobierno central se dijo que había sido muchísimo menos. Del ataque perpetrado por militantes neofascistas contra los actos que se llevaban a cabo en Madrid prefiero no opinar, que me cabreo más de la cuenta.
Y sobre la consulta, pues qué queréis que os diga. A mí la consulta en sí misma no me parece mal. Porque ahora mismo no tenemos más que opiniones de unos y de otros sobre si hay independentismo o no lo hay, si hay mucho o si hay poco. Pero con la consulta ya sabremos con seguridad cuántas personas (con derecho al voto) quieren realmente la independencia de Cataluña y cuántas no. Y entonces, teniendo unas cifras exactas, pues ya sabríamos cómo actuar para responder a la situación. O, al menos, sabríamos si hace falta actuar.

Y otro tema interesante es la noticia de que ETA ha declarado que quiere entregar sus armas. Y eso es una buena noticia, o lo será si realmente hay voluntad por parte de la banda terrorista de hacerlo. Y también si, por el otro lado, el Gobierno está a la altura de las circunstancias y no mete la pata (que no estoy tan seguro de que sea capaz, visto lo visto).
A ver si, a pesar de todo el mal que está haciendo, Rajoy va a acabar pasando a la Historia como el Presidente en cuyo Gobierno se terminó el terrorismo.

martes, septiembre 10, 2013

Tradición y rebeldía

Hola a todos:
El domingo pasado fue el Día de Asturias, y este año, los eventos se centralizaron en la villa costera de Villaviciosa. Y, como yo me encontraba allí de fin de semana, aproveché para acercarme a los conciertos que hubo, aunque, como no estaba “de servicio”, no llevaba la cámara de fotos y por eso no tengo fotos buenas. Y es por eso que lo que voy a contar ahora sale en mi blog en lugar de salir en MetalCry.


Porque voy a hablaros de la brevísima actuación en el parque del Pelambre de Taranus, un grupo de Folk Metal cuyos miembros proceden de Gijón y Villaviciosa, que se acercaron por allí para presentar su estupendo primer y homónimo disco, que editaron el año pasado (y que, ahora mismo, suena en mi casa).
Desde el momento en el que se programaron las actuaciones ya quedaba claro que, seguramente Taranus serían los más perjudicados, porque les tocaba actuar después de Anabel Santiago y justo antes de la mucho más comercial Paula Rojo, que, en realidad, era la que atraía más público. Por eso, se encontraron con un tiempo muy limitado, que se vio más limitado todavía por una prueba que no parecía estar saliendo bien.
No obstante, el grupo hizo todo lo que estuvo en sus manos para que nos lo pasáramos bien, demostrando que con ganas y buen hacer se puede conseguir un público que, en principio, no parecía muy interesado por su música disfrutara y participara.
Así, fueron desarrollando temas de su disco, como “Requiem”, “Taranus” o “Siñor de la guerra”, pero también otros temas tradicionales, como “Montesinos”, o una nana que quedó muy chula, solo con voz y guitarra acústica. Terminaron con “Ensín ti”, y de la que en breve presentarán el videoclip.
El hecho de que alternen la voz femenina de Susana Mortem con las voces más guturales de sus compañeros hace que la suya sea una música muy variada. Además, que combinen las bases contundentes propias del Metal con las melodías más festivas que aportan los instrumentos como la gaita, también sirve para hacer que la suya sea una música que resulta fácil de escuchar.
Ah, por cierto. En unas pocas semanas, colgaré la reseña de su disco en MetalCry.

Lo mejor que podía pasar

Hola a todo el mundo:
Supongo que a estas alturas no digo nada nuevo si os comento que, al final, Madrid se quedó sin los Juegos Olímpicos de 2020. Y, al margen de cuestiones emotivas, creo que es lo mejor que pudo pasar.
No voy a hablar del ridículo que hicieron nuestros representantes al hacer como que hablaban inglés, porque eso ya se ha comentado hasta el hastío (pero una cosa… ¿eso no daña eso que han llamado “marca España”?). Pero sí quiero referirme a, si en la situación en la que estamos, es procedente liarse a organizar unas Olimpiadas. Y, como ya dije anteriormente, creo que no lo sería.

En primer lugar, porque como hizo notar un periodista de los que estaban en Buenos Aires, con un paro de (bastante más de un) 25% y con una obligada austeridad que se traduce en unos recortes salvajes, igual es mejor dejarse de gastos inútiles.
Pero es que resulta que si Madrid hubiera sido la ciudad elegida, las cosas no hubieran mejorado tanto como nos querían hacer creer.
Por un lado, porque si, en general, la organización de unos Juegos Olímpicos suele terminar con unos gastos del doble de lo presupuestado, ¿de cuánto sería el sobrecoste aquí, con la costumbre que tienen los promotores de hinchar las facturas? ¿De un tiple? ¿De un cuádruple? De lo que fuera, sería inasumible. Y el empleo que se creara para terminar estas obras, sería un empleo con fecha de caducidad, serían trabajos sin continuidad después de terminar esas obras. Y además, con todo eso, lo que estaríamos haciendo sería reactivar la burbuja inmobiliaria que nos ha traído hasta esta situación.
Por otro lado, se crearían trabajos en la hostelería, claro. Pero que durarían solo lo que duraran las Olimpiadas. Después, otra vez al paro.
Y falta que alguien nos explique qué se pensaba hacer con esos estadios tan chulos después de los Juegos.

¿Este “fracaso” (lo entrecomillo, porque ya os dije que me parece que, en realidad, esto es algo bueno) puede tener también una lectura política? Pues sí, porque, al margen de que probablemente deje a Ana Botella fuera de la candidatura por la alcaldía de Madrid en las próximas elecciones municipales, el no haber retirado la candidatura es un ejemplo de la falta de sentido común de unos políticos interesados únicamente por logros inmediatos y electoralistas, sin importar que esos “logros” hipotequen el futuro de todo un país.

Vamos a ver. Si en estos tiempos a todos nos parece normal que quien se queda en paro deje de renovar el abono para ver a su equipo de fútbol todas las semanas, no porque quiera dejar de ir a verlo, sino porque no le queda otro remedio, ¿no nos parece normal también que, con el país en crisis, dejemos de gastar en tonterías (en “mamandurrias”, como dijo aquélla)?

Y, como ya dije al principio, creo que esto es bueno. Ahora tenemos la oportunidad de replantearnos qué futuro queremos para este país. Si tan solo nos interesa un crecimiento rápido, basado en el ladrillo y el turismo, pero sin crear una economía articulada y diversificada, podemos seguir aceptando que se gaste en tonterías de este tipo.
Pero si lo que nos interesa es crear un país verdaderamente moderno, igual hay que pensar que es mejor invertir en educación, sanidad o investigación que en aventuras olímpicas.

Y digo yo. ¿Se les ocurrirá a nuestros políticos invertir el dinero que iban a destinar a las Olimpiadas en algo que redunde en el beneficio de todos?
No lo creo.