martes, diciembre 30, 2014

El libro del año 2014

Hola a todo el mundo:
Hoy vuelvo a una de mis sanas costumbres navideñas, concretamente a la de escoger, de entre todos los libros que me leí en el año, el mejor y más recomendable. Y este año no ha sido nada fácil.
En primer lugar, porque leí muchísimo. No solo narrativa o Historia, sino también sobre Geografía, Economía, música, cine, política e incluso periodismo. Y de muchos de esos libros os hablé en este blog o en alguno de los medios para los que escribo.

Al principio del año pensé que el libro del año iba a ser El francotirador paciente, de Pérez-Reverte, pero a partir de la mitad del año empecé a leer (y también a releer), otros todavía mejores. Este verano volví a leer Cien años de soledad, de García Márquez, y 1984, de Orwell, que bien podía, cualquiera de los dos, ser nombrado mi libro del año. Pero, si puedo evitarlo, prefiero que mi libro del año sea uno que leo por primera vez. También me gustó mucho Los renglones torcidos de Dios, aunque en este caso, se trata de una literatura un poco anacrónica.

Y luego hubo un libro que, siendo bueno y muy recomendable, no quedó entre mis favoritos. Se trata de En el nombre del cerdo, de Pablo Tusset. Lo leí porque hace algunos años me había leído su primera novela, Lo mejor que le puede pasar a un cruasán, y me gustó tanto que la escogí como mi libro de aquel año. Sin embargo, aunque En el nombre del cerdo es una novela objetivamente mejor, más madura, con una trama más compleja y unos personajes con muchos más matices, me gustó menos, por un lado porque me esperaba otra cosa, algo más parecido a Lo mejor que le puede pasar a un cruasán, y por otro, porque ya no estaba la sorpresa de descubrir a un nuevo escritor como entonces. Sin embargo, estoy seguro de que, si es lo primero que leéis de este autor, os va a gustar mucho.

Y llegamos por fin a hablar de mis libros favoritos. Y este año la cosa estuvo muy reñida, tanto que hasta ahora mismo no sabía cuál de los dos quedaría como libro del año y cuál se tendría que “conformar con el segundo puesto”.

Como segundo clasificado del año dejo a La hoguera de las vanidades, de Tom Wolfe, una novela sobre un broker de Wall Street que una noche, cuando acaba de recoger a su amante en el aeropuerto, se equivoca de salida con el coche, se mete en el Bronx y termina por verse involucrado en el atropello de un joven del barrio. A partir de ese momento, se inicia una historia en la que la verdad importa muy poco y solo importan las apariencias y las ganas de salvarse. Por cierto, también hay peli.

Pero, sin embargo, el libro que más me gustó de todos los que me leí este año, mi libro del año, es Ha vuelto, de Timur Vermes, una divertidísima novela en la que Adolf Hitler se despierta en pleno verano de 2011 en Berlín. Se trata de una novela en la que, a través del humor, nos presentan no solo una sátira del nazismo y de sus ideas, sino también una reflexión sobre el papel de los medios de comunicación y su capacidad para crear ídolos. También plantea una reflexión interesante sobre qué pensaría Hitler de los que hoy se dicen neo-nazis, y qué pensarían ellos de Hitler si lo tuvieran delante. Es un libro delirante que se lee de un tirón y que os recomiendo sin ningún paliativo. Lo tenéis que leer sí o sí.

Y para acabar, voy a conceder un accesit a un libro que sin duda tendría que estar en la lucha final para ser mi libro del año, pero lo dejo fuera porque no lo voy a terminar antes de que acabe el año. Se trata de la mastodóntica edición de los Cuentos completos de Mario Benedetti que, como os imaginaréis, recopila todos y cada uno de sus cuentos. Textos de extensiones que van desde la página hasta las veinte, en los que se nos presenta como uno de los autores más interesantes de la literatura latinoamericana y mundial. En ellos, el autor se muestra como el responsable de cuentos muy logrados y originales, en muchos de los cuales el recuerdo de las dictaduras (no solo la de su país, Uruguay, sino también la argentina o la española) está muy presente, e incluso se atreve a escribir un relato, verdaderamente aterrador, en el que da voz a la historia de uno de los torturadores.
Espero que toméis nota de mi recomendación.
Feliz año.

lunes, diciembre 29, 2014

Reflexiones sobre la cultura (de masas)

Hola a todo el mundo.
No sé si os habéis parado a pensarlo, pero hasta hace relativamente poco tiempo, la cultura era algo que estaba limitado solo a las élites sociales, a las clases altas. No todo el mundo sabía leer, y el acceso a actividades culturales, como el teatro, estaba orientado a personas muy concretas, las que podían pagar por asistir a esos espectáculos. La mayor parte de la población era totalmente ajena a la cultura.
Sin embargo, con el paso del tiempo, el acceso a la cultura se ha ido democratizando. Ahora lo raro es que alguien no sepa leer (que entienda o no lo que lee ya es otra historia), y cualquiera puede ir al cine, al teatro o a cualquier espectáculo musical. O a un museo. Y además, con el desarrollo de medios de comunicación, como la televisión primero o internet ahora, podemos acceder a esa cultura a través de esos medios. A eso se le aplica el controvertido concepto de "cultura de masas".
Sin embargo, al convertirse la cultura en algo que está al acceso de todo el mundo, esa misma cultura ha tenido, necesariamente, que banalizarse y volverse más accesible, lo que ha dado lugar a que los mensajes sean cada vez menos profundos y las obras menos interesantes (por eso cada vez hay menos obras maestras).
Pero además, como resulta que esas obras culturales están al alcance de cualquier persona, nos encontramos con que el cine, la literatura o una canción pueden ser también herramientas para transmitir unos valores y una ideología, que siempre serán los valores y la ideología que interesa a determinadas personas que sean transmitidos a un número mayor de otras personas. La cultura se convierte así en un medio de propaganda.
Pero también puede ser al revés, porque nos encontramos con el hecho de que determinados productos culturales tienen éxito debido a una propaganda que no llega a través de ellos mismos, sino a través de los medios de comunicación. Solo así se entiende que películas o libros que no son objetivamente mejores que el resto de los que aparecen cada año tengan un éxito mayor que el resto, como Ocho apellidos vascos o 50 sombras de Grey. Porque nos convencen de que es lo que hay que ver (o leer) este año.
Y por lo mismo se agotan en cuestión de horas las entradas de conciertos como los de AC/DC: porque se nos convence de que es el concierto que toca ver este año. Una vez vendidas esas entradas, los mismos que nos convencieron nos dirán que el concierto que hay que ver es el siguiente concierto multitudinario que se anuncie, sea de Pitbull, de Miley Cyrus o de Metallica, tanto da.
Ninguno de nosotros somos inmunes a esta propaganda, todos respondemos a ella, yo el primero. Sin embargo, sí tenemos que ser conscientes de ella, para que, cuando nos encontremos viendo esa película que, en otras circunstancias, ni se nos hubiera pasado por la imaginación ver, nos preguntemos cuando hay de elección deliberada y cuanto de sugestión en el hecho de verla.

Para saber más:
CHOMSKY, Noam y RAMONET, Ignacio: Cómo nos venden la moto, Barcelona, Icaria, 2001 (11ª edición).
PARRA, Gregorio: La Gran Conspiración. El cine como imagen de nuestro tiempo, Madrid, Celeste, 1991.

sábado, diciembre 27, 2014

El fin del camino

Hola a todo el mundo. Y felices fiestas.
Como mucha gente de mi entorno más directo, y como much@s de vosotr@s, en mi adolescencia me leí El hobbit y El señor de los anillos, de Tolkien, y muy pronto se convirtieron, sobre todo El señor de los anillos, en dos de mis libros favoritos. De hecho, de la lectura de esas obras me vinieron las ideas para escribir, con más ganas que talento, dos relatos que juntos suman algo más de cien páginas, y que, pese a no haberlos impreso nunca, a lo largo de los años han sobrevivido en mis sucesivos ordenadores, hasta estar abiertos en este mientras escribo. 

Pero voy a dejarme de tonterías y a ceñirme a contaros que anoche, por fin, pude ver la última película de la saga de El hobbit, que a su vez es la “precuela” de la saga de El señor de los anillos. Y debo decir que me encantó. Seguramente, Peter Jackson se ciñó mucho menos al relato original que en el caso de El señor de los anillos, pero da igual. En las seis películas que ha rodado ha sabido recrear el universo de Tolkien hasta el punto de dar forma a lo que, hasta entonces, solo había existido en la imaginación de los lectores de esas obras. Y estoy seguro de que Jackson fue uno de esos lectores.
Puede que los efectos especiales a veces tengan más peso que la propia historia, pero eso no resta calidad a las películas, porque con ellas se hace justicia a la obra escrita. La labor de convertir esas novelas en películas tuvo que ser titánica, y por ello Peter Jackson merece el reconocimiento no solo de aquellos a los que nos gusta el cine de fantasía, sino de todos los amantes del cine.
Y ahora voy a decir algo que no es más que una mera opinión personal, pero de lo que estoy seguro: las dos trilogías que Peter Jackson ha realizado a partir de la obra de Tolkien son, sin duda, la obra cinematográfica más completa e influyente de las últimas dos o tres décadas, al nivel de lo que, a finales de los setenta y principios de los ochenta supuso la primera trilogía de La guerra de las Galaxias.
No puedo sino agradecerle a Peter Jackson que supiera convertir en imágenes las novelas de Tolkien, permitiéndonos volver a disfrutar, durante estos trece años, de lo que ya habíamos disfrutado al leerlas.

domingo, diciembre 21, 2014

La fiesta del granero


El viernes pasado, día 19, me fui con mi colega Pedro a un espectáculo que, aunque ya va convirtiéndose poco a poco en un clásico de estas fechas, se sale bastante de lo habitual. Resulta que la banda de blues Blues & Decker suele hacer por estas fechas lo que ellos llaman sus Extravanzzas, espectáculos en los que ellos tocan junto con otros músicos invitados en medio de una puesta en escena de carácter temático. Y este año decidieron ambientarla en el viejo Oeste. Para que os hagáis a la idea, aquí os dejo el vídeo promocional que hicieron para anunciarlo: 








En una sala Albéniz llena de gente se había montado un decorado con montones de paja y una zona con juegos clásicos (para demostrar, por ejemplo, que en nuestro condado somos más fuertes que los de Winsconsin), por el que no solo nos movíamos los asistentes, sino también unos cuantos personajes clásicos, como el sheriff, que se aseguraba de que no hubiera por allí más armas que su Pacificador Colt 45, el viejo Stinky, que buscaba a su amada Mary Ann, el tipo que vendía el mejor aceite de serpiente del condado, o el viejo Walter “Calzones”, que, escopeta en mano, intentaba evitar que sus hijas, las Mountain Sisters, acabaran con algún músico de mala vida.
Sobre el escenario, unos Blues & Decker convertidos por esta noche en la Dirty Feelin’ Drillin’ Band, contaban con la colaboración de Angel “Cletus” Ruiz al banjo, Héctor “Jethro” Braga a la mandolina, Aníbal “Rufus” Menchaca al piano, y las mismas “Mountain Sisters” (Gema “Billy Jo” Fernández, Puri “Mary Beth” Penín y Sil “Cindy Lynn” Fernández) a los coros, y desarrollaban un repertorio de corte Country con temas muy conocidos, como “Sixteen tons”, “Ring of fire” o “Man of constant sorrow”, con el que un público entregado se lo pasaba pero que muy bien.
En un momento dado, se realizó un sorteo entre los que habíamos participado en los juegos, para elegir a los tres que participarían en el juego final. Entre esos tres, por cierto, estuvo Pedro, y el juego final consistió en ver quién se comía más perritos calientes en dos minutos. El premio de este juego fue un cerdo… pero de juguete, eh, que nadie se piense que se iba a regalar un cerdo de verdad (que parece que hay que avisarlo…).
Lo dicho, que tuvimos la oportunidad de asistir a un espectáculo muy diferente a los conciertos habituales, pero que, precisamente por eso, fue de lo más divertido que podemos ver en estos tiempos. Los que os lo perdisteis, todavía estáis a tiempo de verlo en Oviedo y en Avilés.

jueves, diciembre 18, 2014

Cuba cada vez más libre


Hola a todo el mundo:
Como ya sabréis, estos días hemos conocido la que, sin duda, es la noticia más importante no solo de 2014, sino de los últimos años: el final del bloqueo estadounidense a Cuba. Como bien decía Obama (al que ahora seguramente pondrán a caer de un burro por “rendirse ante los comunistas”), no se puede mantener durante más de cincuenta años esa política de bloqueo y esperar que el resultado sea diferente al que ha sido hasta ahora.
Todavía tenemos que esperar para ver qué cambios reales va a haber para los que viven en la isla, pero, de momento, creo que todo esto es esperanzador, porque el final del bloqueo significará, entre otras cosas, que puedan entrar más dinero e inversiones a Cuba, sobre todo desde Estados Unidos, con todo lo que eso supone para el pueblo cubano.

Por cierto, aquí os dejo una canción de Iron Maiden sobre la Crisis de los Misiles, uno de los acontecimientos de la Guerra Fría que tuvo a Cuba como escenario principal (que también hay que divertirse algo, jajaja):

viernes, diciembre 12, 2014

A vueltas con Google

Hola a todo el mundo:
Como ya sabéis, el próximo día 16 el servicio de Google News va a echar el cierre en España, en protesta por la aprobación del llamado Canon AEDE, que el Gobierno ya ha dicho que va a implementar igualmente. Es decir, que el Gobierno ha vuelto a plegarse a las exigencias de unos medios que no saben o no quieren adaptarse a los cambios tecnológicos. 
Lo que estos medios no parecen querer entender es que, en realidad, esta medida les va a perjudicar, porque les va a hacer perder tráfico, y puede que terminen como los medios alemanes, dándose cuenta tarde de que cuanta menos gente lea sus artículos, menos gente verá los anuncios de sus anunciantes, y menos potenciales clientes tendrán las empresas que se anuncian en esos medios, lo que les hará perder dinero. Porque, claro, lo que no creo es que ahora, de golpe, la gente empiece a comprar periódicos. 
A nosotros, como lectores de prensa (más en internet que en papel, al menos en mi caso), nos afectará cuando queramos usar el propio servicio desde el extranjero, que no nos permitirá leer noticias de aquí, pero también porque nos dificultará el acceso a las noticias en general.
Pero, como me decía una de vosotros en los comentarios de un texto sobre este tema que escribí hace algún tiempo, puede que la cosa sea más compleja, y responda a una deliberada voluntad de dificultar nuestra posibilidad de contrastar las noticias y, por ello, de dificultar nuestro acceso a la información y a la cultura.
Aunque también puede responder, simple y llanamente, a la ignorancia y la incompetencia de quienes nos gobiernan.

Por cierto, aquí os dejo la lista de los medios no afiliados a AEDE

martes, diciembre 09, 2014

¿Educación para la pornografía?

Hola a todo el mundo:
Hace ya unos días, la semana pasada, leí un artículo en El Diario que me remitió a un estudio sobre el consumo de pornografía y su incidencia en la vida sexual de los jóvenes. Y desde entonces llevo pensando sobre esa cuestión, que creo que es mucho más importante de lo que puede parecer a simple vista.
Cuando yo mismo era adolescente, igual que pasó con la mayoría de vosotr@s, el acceso a la pornografía no era tan fácil como ahora. No todo el mundo tenía internet, y las tecnologías de la propia red no estaban lo suficientemente desarrolladas como para ver vídeos en ella. Sin embargo, ahora es muy fácil acceder a contenidos pornográficos a través de internet, lo que significa que, nos guste o no, cada vez más gente podrá acceder a ellos y a edades más tempranas.
Y por eso llevo varios días dándole vueltas a esa cuestión. Porque intentar prohibir que los menores accedan a esos contenidos probablemente solo servirá para que les apetezca todavía más, por esa atracción que todos tenemos hacia lo prohibido. Entonces, lo más interesante sería ser conscientes de que esos contenidos están ahí y los jóvenes van a querer verlos, y, entonces, educar en consecuencia.
Supongo que será muy complicado encontrar la manera en la que podamos explicar estas cosas en una clase de instituto, o a un hijo (o hija) que podamos tener. Pero no por eso hay que dejar de hacerlo. Hay que intentar que, si se deciden a ver ese tipo de contenidos, lo hagan siendo críticos con lo que ven y responsables con el hecho de verlo.
Y, por nuestra parte, hay que buscar la manera de explicar que el porno no es más que la muestra exagerada de lo que son las fantasías que podemos tener. Y que lo que aparece en esos vídeos no tiene que ver con las relaciones sexuales más habituales. Que el preservativo, tan extraño en esos vídeos, debe formar importante en todas las relaciones que se mantengan en la vida real. Y, sobre todo, que nadie les obliga a hacer todo lo que aparece en esos vídeos, sobre todo si ellos y ellas no quieren.
O al menos, esto es lo que yo creo.

miércoles, diciembre 03, 2014

Las aventuras del pequeño Nicolás

Hola a todo el mundo:
No sé si alguna vez lo había contado a alguien, pero cuando iba al colegio, me leí, con sumo gusto por cierto, varios de los libros que forman la serie de El pequeño Nicolás, escritos por el francés René Goscinny, que fue, además, el autor de los guiones de cómics tan conocidos e influyentes como los de Asterix o Lucky Luck. 
Pues bien, hoy nos encontramos con que hablar del pequeño Nicolás no supone hablar de ese personaje ficticio, sino que supone hablar de un chaval que se cree la encarnación de James Bond y que, por lo que parece, tiene muchos contactos (aquí podríamos, jugando con el título de otro de los libros de la serie, hablar de Los amiguetes del pequeño Nicolás). Y en esta historia, por lo que parece, hay unos cuantos puntos oscuros.
Por supuesto, a la hora de hablar de este chaval, lo primero que hay que hacer es intentar dejar de lado el personaje que los medios están creando y que es eso: un personaje. Pero también hay que pasar por alto la retórica megalómana del propio chaval, que, de tanto codearse con gente importante a tan poca edad, se cree el rey del mundo. Pero esto último es normal, todos, con dieciocho o veinte años, nos creímos los reyes del mundo, y normalmente con muchos menos contactos que él.
Lo que tenemos que hacer es reflexionar sobre algunas cosas. La primera, lo raro que resulta que, en cuestión de minutos, antes de que finalizara la entrevista que le hicieron en Tele 5 hace algunas semanas, ya se habían hecho públicos desmentidos de la Vicepresidencia del Gobierno, la Casa Real y el Centro Nacional de Inteligencia. No soy muy dado a las teorías de la conspiración, pero que esperasen tan poco para contradecir a Francisco Nicolás me parece altamente extraño.
Sin embargo, lo que me parece más destacable de toda esta historia es, al margen de la veracidad que puedan tener las cosas que Nicolás cuenta, que es la plasmación más clara que podemos ver de la forma en que se llevan haciendo las cosas en este país desde hace tiempo. Una forma de actuar en la que todo se basa en los contactos que se tenga, y en la que todo negocio depende de a quién se conozca. Y por eso a este chaval le fue tan bien en los últimos años, porque supo vender la moto de que tenía los contactos necesarios para facilitar cualquier negociación.
No sé si lo que dice el pequeño Nicolás es verdad o no. Pero sí sé que nos está demostrando que, para triunfar en este país, muchas veces lo menos importante es la preparación que se tenga. Valen más los contactos.

martes, diciembre 02, 2014

Violencia en el fútbol

Hola a todo el mundo:
Hoy me apetecía escribir sobre el Pequeño Nicolás, pero hay noticias más importantes y más urgentes. Y además, creo que el tema de Francisco Nicolás va a durar lo suficiente como para que tenga tiempo más adelante de escribir sobre él.
Por eso hoy voy a hacer algunas reflexiones al hilo de la batalla campal que se montó el domingo por la mañana en Madrid entre ultras de varios equipos de fútbol y que terminó con la muerte de uno de ellos.

Estos días hemos estado escuchando muchas cosas al respecto. Desde La Coruña se dice que se había avisado de que los ultras del Deportivo iban hacia Madrid; sin embargo, desde Madrid unas veces lo niegan y otras dicen que lo sabían, pero que lo supieron demasiado tarde.
Y a mí me parece que tanto una cosa como otra es poco justificable. Si realmente sabían lo que iba a pasar, no tuvieron voluntad para evitarlo. Y lo de que no lo sabían no me lo creo, porque me parece muy difícil de creer que ultras de cinco equipos diferentes, de tres Comunidades Autónomas distintas, queden para darse palos y nadie sepa nada. 
Y sobre todo, me llama la atención el hecho de que cuando hay manifestaciones pacíficas, la policía sabe bien que tiene que ir. Y sin embargo, aquí no se molestaron en aparecer. Curioso, ¿verdad?
Pero también es destacable el hecho de que, muchas veces, son los propios equipos los que toleran a los ultras, por miedo a que les falten los fans más incondicionales. Todos hemos visto fotos de directivos, futbolistas e incluso periodistas deportivos con símbolos de esos grupos ultras.

Pero lo que más me llama la atención de todo esto es que el ultra fallecido no era un crío de diecisiete años que no era consciente de las consecuencias de sus actos: era un tío de cuarenta y tantos años, padre de familia, igual que la mayoría de los detenidos.
Y en ese caso, la cosa va mucho más allá de animar a un equipo de fútbol. Aquí estamos hablando de personas que han hecho del odio y la violencia su forma de vida. Y que están enseñando eso a sus hijos.

Y luego nos extrañamos…