Estamos
en una situación excepcional que nos ha obligado a replantear muchas cosas en
todos los ámbitos. Quien se acerca a este blog de vez en cuando sabe que muchas
veces me he tirado a la piscina hablando de cosas sobre las que, para qué voy a
mentir, tampoco sabía tanto, así que mis aportaciones eran muy superficiales e
incluso poco útiles. Sin embargo, hoy quiero hacer algunas propuestas sobre
algo de lo que tengo algún conocimiento. Hoy voy a hablar de qué se podría
hacer con la educación en el mundo poscoronavirus.
En
primer lugar, tenemos que pensar en la distancia social, tanto entre nosotros
como entre nuestro alumnado. Eso supone reducir el número de estudiantes por
clase, que, por cierto, es una reivindicación que muchos docentes llevamos
haciendo desde hace mucho tiempo.
Con
menos estudiantes por clase, aparte de respetar mejor la distancia social,
también podríamos atender a cada alumno de manera individual, atendiendo mejor
a sus necesidades y a su diversidad. También podríamos responder antes y con
mayor eficacia a las situaciones que se dieran en el aula.
Además,
menos estudiantes por clase implicaría que hubiera más grupos en el centro y,
por ello, harían falta más docentes. Es decir, con la reducción del número de
alumnos por clase, también se estimularía la contratación de profesores, y
también se podrían convertir muchas plazas de media jornada en plazas de
jornada completa.
Sin
embargo, esa reducción del número de alumnos por clase tendría otra
consecuencia: harían falta más centros educativos o más dependencias en los
centros ya existentes. Eso supondría la necesidad de hacer obras en esos centros,
estimulando el sector de la construcción.
En
lo que se refiere a la propia organización del proceso de enseñanza-aprendizaje, si algo ha demostrado esta situación es que no es fácil
convertir de un día para otro un sistema concebido para ser presencial en un
sistema de educación a distancia. Pero, aún así, con el esfuerzo de docentes,
equipos directivos, estudiantes y familias, lo hemos hecho lo mejor posible.
Pero tenemos que estar preparados. Sería necesario por ello, que desde los
centros de formación para docentes se ofrecieran cursos y seminarios sobre el
uso de herramientas digitales que nos permitan reconvertir nuestro sistema en
un sistema a distancia si, de nuevo, volvemos a necesitarlo.
Pero
necesitamos también plantear cambios en la misma educación de nuestro alumnado,
para que sepan servirse de esas herramientas y minimicemos así la brecha
digital. Necesitaríamos plantear contenidos y actividades transversales entre
las diferentes materias que sirvan para que nuestros estudiantes sepan usar
tanto todas las herramientas y posibilidades más avanzadas que nos ofrece
internet, como las plataformas de formación, como aquellas más habituales, como
el correo electrónico, los buscadores o las propias páginas web. Porque, por
mucho que nos digan, nuestro alumnado dista mucho de estar formado por “nativos digitales”.
Además,
tenemos que tener en cuenta también que muchos alumnos, aunque tengan voluntad
de usar esas herramientas, tal vez no tengan acceso a ellas. Por eso, sería
necesario que, desde las administraciones públicas, se buscaran maneras de
responder a esa brecha socioeconómica que puede lastrar el aprendizaje de
nuestro alumnado.
Finalmente,
creo que también haría falta reforzar los equipos de orientación, no solo por
las necesidades que hay habitualmente en los centros de atención a la
diversidad de nuestro alumnado, sino porque, desde mi punto de vista, es
posible que nos encontremos con que alguno de nuestros chicos o chicas, al
haberse enfrentado a una situación nueva, necesite ayuda para superarlo.
Sé
que muy probablemente no haya voluntad política de abordar las cosas que propongo,
y que, incluso si se hiciera, que todo esto sería muy complicado de llevar a
cabo. También sé que no sería posible hacerlo sin insertarlo en una estrategia
política y económica global en la que se incluyera, por ejemplo, una
reindustrialización del país. Pero creo que, al menos en lo que se refiere al
sector de la educación, pueden ser unas ideas interesantes de las que partir.
Imagen de una escuela en Escadinavia, tomada de aqui.