domingo, julio 28, 2013

Reflexiones sobre el tráfico de armas

Hola a todo el mundo:

Este fin de semana debería haberlo pasado en un festival en Luarca, pero al final, por una serie de circunstancias que no viene al caso detallar, no pudo ser. Eso sí, aproveché para acercarme hasta el concierto acústico que dieron Arenia el viernes pasado aquí en Gijón, que también mola.

Pero lo más relevante de este fin de semana fue que, por primera vez en lo que va de verano, lo dediqué a descansar. Y así, la noche del sábado, en vez de pasarla por ahí, pues la dediqué a ver en La 2 un reportaje sobre el comercio de armas. Reportaje que, por cierto, ya había visto hace algún tiempo y me había servido como punto de partida para escribir uno de mis primeros artículos en Suite 101 (esa web para la que ya no voy a escribir más), de los de aquella época en que me los curraba más y me quedaban más a mi gusto.
Y volviendo a ver ese reportaje, volví a recordar todas las reflexiones de aquella vez, derivadas del hecho de que se me revolvían las tripas cada vez más a medida que pasaban los minutos.
Sí, porque oyendo hablar a los honrados empresarios que vendían herramientas de muerte y destrucción (las armas no son otra cosa), oyéndoles dar razones supuestamente objetivas y asépticas que justifican su labor, no podía pensar más que en el cinismo que manifestaban. Cinismo que, seguramente, les sirve para dormir bien por las noches.
Volviendo a leer el artículo que había escrito la otra vez que había visto ese reportaje, volviendo a consultar las fuentes que había utilizado entonces y dándome cuenta de que muchas de esas cifras ahora estarán desfasadas y serán todavía más terroríficas, me doy cuenta de la paradoja que supone que esas personas, esos honrados empresarios que seguramente serán pilares de la sociedad en sus países del Primer Mundo, vivan de crear armas que terminan en las manos de quienes matan en el Tercer Mundo.
Lo objetivo sobre este particular comercio ya lo escribí hace dos años. Hoy sólo me apetecía soltar bilis al respecto.

martes, julio 16, 2013

Un poco de Blues

Hola a todo el mundo:
Hoy me apetece hablar de algo ligero, como corresponde al verano. Hoy quería hablaros de unas actuaciones que vi la semana pasada en la Semana Negra. Porque el miércoles, después de ver a Crudo en el escenario central, me acerqué por la carpa del Muddy’s a ver quién actuaba.

Y me encontré con que esa noche tocaba que actuaran Edu Manazas & The Whiskey Tren y Alejandra Burgos. Los primeros son un grupo de Blues afincado en Madrid, y realizaron una actuación de sonido muy clásico, en la que además contaron con la colaboración del casi legendario y sobre todo versátil guitarrista asturiano Rafa Kas, que interpretó con ellos sus últimos temas.






Pero la que más interés atraía para la gente que estaba allí era la blueswoman argentina Alejandra Burgos, que también contó con la colaboración de Rafa Kas, que tocó con ella durante toda la actuación. La suya también es una música de sonido clasicote, y así tocó temas muy míticos del Blues y el Rock, como “Proud Mary” o “Hard’s day night”. El tema “Come together” lo cantó el propio Rafa Kas, que en otro momento había llegado a tocar la guitarra con un cuchillo, lo que le obligó a cambiar de instrumento.

Casi sin haberlo planeado, esas dos actuaciones en plan mucho más intimista que lo que habíamos visto un rato antes fueron un buen colofón a la noche.
Y que viva la música, leñe.

viernes, julio 12, 2013

Conversaciones sobre la III República

Hola a todo el mundo:
Después de algún tiempo, hoy vuelvo a escribir algo para vosotros. Y tengo preparada alguna cosilla más que iré escribiendo en los próximos días, aunque de un tema que no tiene nada que ver. Y es que, si lo próximo sobre lo que voy a escribir es sobre música, hoy quiero hablaros de política. Concretamente de la presentación a la que asistí ayer. A la presentación de Conversaciones sobre la III República, el nuevo libro de Julio Anguita, que escribió junto a la periodista Carmen Reina.
La presentación, organizada por el Partido Comunista, tuvo lugar en el salón de actos del Centro Municipal Ateneo de La Calzada, o sea, en mi barrio. Y no hace falta que os diga que era uno de esos actos a los que hay que asistir sí o sí, independientemente de que estemos a favor o en contra de lo que el ponente dice.
Sí, porque Anguita, que hizo más una conferencia que una intervención al uso en una presentación, es un gran orador, de ideas claras y mucha lucidez, que, lejos de intentar convencer, lo que buscaba era mover a la reflexión.
Cuando llegó, a mí me dio la sensación de que tenía cara de cansado, de que los años ya no solo pasan, sino que también pesan. Sin embargo, cuando empezó a hablar, lo hizo con fuerza, con brillantez y con vehemencia, adoptando una postura que superaba la mera militancia y apelaba a argumentos complejos que explicaba con sencillerz.
Y de todo lo que dijo, me quedo con dos ideas. La primera, que para hablar de la Tercera República no tenemos que remontarnos a la Primera o a la Segunda, al pasado, sino que tenemos que plantear propuestas de futuro, líneas de actuación que hagan que la República pueda ser una realidad en el mundo actual.
Y la segunda, que hay que buscar propuestas que unan a todos los espectros políticos (porque, amig@s mí@s, ser republicano no equivale necesariamente a ser de izquierdas), dejando de lado los símbolos y las etiquetas, y partiendo de lo que nos une, no de lo que nos separa.
Qué bien nos iría con si en vez de tanto salvapatrias tuviéramos políticos así, lúcidos y comprometidos, tanto en lo intelectual como en lo sociopolítico.