domingo, octubre 31, 2010

Más de 13 veces

Menos mal que Nacho y el Garry me habían avisado, porque si no llegan a hacerlo, el viernes hubiera pensado que me había equivocado de concierto. Y es que el sonido clasicote, un tanto melódico y elegante que los valencianos Uzzhuaïa (blog oficial y MySpace) tienen en el estudio, se transforma en toda una sorprendente explosión de Hard Rock cuando se suben a un escenario, que es sin duda su hábitat natural y donde despliegan todo su arte con lo que mejor hacen: Rock sin concesiones, hecho como lo hay que hacer, desde el corazón y desde las tripas.
Por una serie de complicaciones de agenda, llegué un poco tarde al sitio en el que me esperaban mis colegas, así que asumo mi parte de responsabilidad en lo de que llegáramos a la Sala Acapulco del Casino con cierto retraso, cuando los teloneros, Gaia, a los que yo había visto ya hace varios años teloneando a DarkSun, finalizaban su actuación con el tema "Una mirada", incluido en su más reciente disco, Intensidades.
Finalizado su tiempo, por los altavoces de la sala se escuchaba música de Avalanch, que en enero estarán tocando también allí. Entonces, a eso de las diez menos diez de la noche, una intro interrumpió la música de ambiente y se subieron a las tablas las estrellas de la noche, siendo el último Pau, que salió con una cerveza en su mano derecha. La canción elegida para empezar su descarga fue, como no podía ser de otra manera, la que abre y da título a su plástico más reciente, "13 veces por minuto". Desde este primer momento quedaron claras dos cosas: En primer lugar, que los músicos iban a dar una caña que, al menos para mí, era totalmente inesperada. En segundo lugar, que el público iba a responder como corresponde. Continuaron dando caña con "La mala suerte", "No somos perfectos" y "Desde septiembre".
Está claro que cuando la sala tiene buen sonido y los músicos son profesionales y saben lo que tienen entre manos, un concierto irá bien. Pero eso es sólo la mitad de la noche. La otra mitad la tiene que poner el público. Y el público gijonés suele entregarse sin concesiones cuando el grupo lo hace bien; y esa noche no fue una excepción.
A partir de aquí, no estoy muy seguro de recordar todas las canciones que sonaron ni el orden en que lo hicieron, pero intentaré no olvidarme de ninguna. Tocan temas de casi todos sus discos, y así escuchamos "Enero", "Cuando ya no quede nada", "Baja California", un "La otra mitad" para el que Pau se sentó detrás del teclado, o las recientes "Ángeles malditos" y una "Durango" que, según decían, era la primera vez que la interpretaban en concierto.
Entonces, Pau, con la acústica colgada y subido al pequeño escalón que hacía a los músicos más visibles, dijo algo así como "Vamos a probar algo". Entonces, empiezan a tocar "Mr. Brownstone", de los Guns n' Roses. "No, esto no funciona", dice, "Probemos otra cosa". Empiezan entonces "Run to the hills", de Iron Maiden. "Nada, sigue sin funcionar. A ver con esto...". Y entonces, para delirio del público, atacaron uno de sus temas más míticos, la espléndida "Destino Perdición", que sonó increible y durante la cual la audiencia se desgañitó.
Se fueron, pero todos sabíamos que era una falsa despedida y que pronto volverían. Y por supuesto que lo hicieron, con la nueva "No quiero verte caer", a la que siguió una "Nuestra revolución" que yo pensé que sería la última. Pero me equivocaba, porque la última fue una "Blanco y negro" que me sorprendió y que fue el perfecto broche de oro para un concierto memorable, que nos presenta a Uzzhuaïa como las grandes esperanzas para el Rock español.
Y que nosotros lo veamos.

jueves, octubre 21, 2010

Por casualidad

Muy buenas, queridos lectores:
Estaba yo el sábado pasado cerveza en mano, cuando el Jander me dice "Oye, esta noche en la sala Otto hay una 'competición' de grupos y en uno toca el bajo un colega mío. ¿Te apetece ir?"
Y claro, como resulta que la música en directo es una de las pocas cosas a las que no sé decir que no, para allá que nos fuimos (eso sí, para la próxima avísame antes para que vaya vestido para la ocasión, jejeje). Y, como veréis en breve, valió la pena ir de concierto aunque fuera por casualidad y casi sin querer.
La "competición" consistía en que cada banda tendría una hora para tocar, y después, el público con sus votos decidiría al ganador. Pero nosotros sólo fuimos a ver al grupo de su colega, Medidas Preventivas. En la sala no había demasiada gente, pero aún así me encontré con algunos colegas, que estaban allí para ver al mismo grupo que nosotros porque conocían al batería, y también con un antiguo compañero de los tiempos en los que estudiaba guitarra, que era el cantante de otro de los grupos de la noche.
Medidas Preventivas es un power-trío de Rock con ciertos ramalazos punk-rockeros, formado por Chema Vázquez (guitarra y voz), Dani Rodríguez (bajo) y David Santamarta (batería). Con muchas ganas y buena voluntad, desgranaron un repertorio muy interesante, aunque tuvieron que enfrentarse a una serie de problemas de sonido que impidieron que las voces se escucharan con nitidez, y que por eso deslucieron un poco la actuación.
Puntualmente a las dos de la madrugada, salieron con "Venganza Hibakusha", tema que tal vez hubiera sonado mejor más adelante. Siguieron con "La duda de la omnipotencia", "Guerra en la luna" y "Septicemia". Chema intenta mostrarse comunicativo y simpático con el público, pero el sonido impide que escuchemos bien lo que nos dice.
Se marcan entonces una versión del tema de Misión Imposible, a la que siguieron "Incoherencia" y "El tiempo no se va a detener". Continuaron con otra versión, esta vez del "Love will tear us apart", de los ingleses Joy Division, después de la cual interpretaron "Cosmofobia".
Llegó entonces uno de los momentos que más me gustó de su actuación, la interpretación de un medley de los Ramones, en el que incluyeron fragmentos de "Blitzkrieg bop", "Beat on the brat" y el principio de "Do you remember rock and roll radio?". Pero la cosa ya se terminaba, y para su despedida optaron por "Renacer en tu cama".
En definitiva, una hora de buena música, con unos músicos entregados y dispuestos a hacernos disfrutar pero que, desgraciadamente, no tuvieron el sonido que se merecían.
Pero, precisamente por su entrega y por lo bien que lo hicieron pese al sonido, yo les di mi voto.
¿Y tú?

domingo, octubre 10, 2010

Un poco de Literatura

Anoche, uno de vosotros me decía que hacía tiempo que no os escribía nada. Yo me excusaba diciendo que no tenía ideas ni tiempo. Pero lo bueno de los domingos es que suelen ser días de cierto tiempo libre (y a veces hasta de lucidez, jejejeje), y lo bueno de estos días es que las cosas sobre las que escribir sobran. Así que allá vamos.
Entre toda la maraña de noticias que hemos tenido oportunidad de escuchar estos últimos días, a mí me parece que la más destacable es la de la concesión del Nobel de Literatura a Mario Vargas Llosa. Pero claro, nunca llueve a gusto de todos.
¿Por qué digo esto? Porque hay quien critica esta concesión porque Vargas Llosa es ideológicamente conservador. Igual que los del otro lado criticaron la concesión del mismo premio a Saramago, comunista convencido.
Y qué queréis que os diga. Pese a que ideológicamente yo estoy en las Antípodas del pensamiento de Vargas Llosa, me parece genial que le hayan dado el premio. Y además añado: tendrían que habérselo dado antes.
¿Sabéis por qué? Porque de lo que estamos hablando es de Literatura, no de política. Pensar de una forma o de otra no tiene que ver con la capacidad para escribir y para transmitir sentimientos (porque en el Arte de eso se trata, ¿no?). O con la capacidad para disfrutar de lo que escriben otros.
Y también porque creo que no existen intelectuales de izquierdas o de derechas. Lo que hay son intelectuales que, además, tienen sus propias ideas, ideas que sólo a veces se dejan ver en su obra.
Total, que desde este humilde blog me gustaría mandarle la enhorabuena a Mario Vargas Llosa, consciente de que nunca la va a leer. Porque aunque no sea mi escritor favorito, me gusta leer lo que escribe.
Porque además, lo hace muy bien.
Pero eso ya lo sabíais, no estoy diciendo nada nuevo.
Nos vemos.