miércoles, julio 30, 2014

¿Tierra prometida?

Hola a todo el mundo:
Hoy, con gran dolor de mi corazón, me vuelve a tocar hablar de un tema de actualidad. Y no es que sea un tema nuevo, eh, sino que es un tema que se ha puesto (una vez más) de moda: el conflicto palestino-israelí.
Digo que no es un tema nuevo porque, como sabemos, se trata desde hace ya varias décadas de una de las zonas más convulsas del planeta. Con dos pueblos que se disputan las mismas tierras con argumentos que, al final, retrotraen hasta hace muchos siglos. Y con la comunidad internacional adoptando una postura que a veces es ineficaz y que, casi siempre, es interesada. O que por ser interesada resulta ser ineficaz.
Pero este año la cosa se ha enconado mucho más de lo que habíamos visto en los últimos tiempos. La llamada Operación Margen Protector del ejército israelí está consistiendo en bombardeos masivos sobre la población de la franja de Gaza, con una cantidad de víctimas civiles enorme.
No voy a adoptar la postura simplista de decir que los únicos malos son los israelíes, porque en el bando palestino también se recurre y se ha recurrido al terrorismo. Sin embargo, creo que en este caso, la estrategia del ejército israelí va mucho más allá de la mera defensa ante un ataque terrorista. Se está llevando a cabo una sistemática labor de exterminio del enemigo, un exterminio masivo en el que no se diferencia a terroristas de civiles ni a niños de adultos.
Tampoco voy a caer en la estupidez de decir que todos los judíos son malos, porque está claro que no todos los israelíes estarán de acuerdo con lo que está haciendo su Gobierno. Un Gobierno que, por otro lado, necesita que Hamás siga siendo su interlocutor palestino, porque en el momento en el que desaparezca Hamás, puede que los territorios palestinos terminen controlados por islamistas radicales todavía más peligrosos.
Sin embargo, en este tema creo que la solución es muy compleja. Haría falta una voluntad por ambas partes de dialogar y de buscar una solución al conflicto. De reconocer el sufrimiento causado a unos y a otros.
Pero, si todos creen ser los únicos depositarios de la razón, eso parece muy difícil.

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