domingo, diciembre 30, 2007

Todos nos equivocamos menos ellos

La verdad es que hoy quería hablar de Heavy Metal. Es una buena época para los que nos gusta esa música: Que si Arturo Pérez-Reverte dice que está descubriendo cosas muy interesantes en sus canciones, que si una gótica ganó el Gran Hermano, que si Saratoga hacen unos conciertos apoteósicos (¡¡el de anoche fue la leche!!)... Pero no puede ser. Resulta que las noticias de hoy me obligan a hablar de otras cosas.
Porque supongo que sabéis que hace un rato se celebró en Madrid un "Acto en favor de la Familia Cristiana". Es decir, un evento en el que la jerarquía eclesiástica critica a todo aquél que no acepte sus ideas y, más particularmente, al Gobierno que lo permite.
A lo largo del acto se cuestionaron ciertas actuaciones del Gobierno, como la Ley de Matrimonios Homosexuales. En este caso considero que es algo particularmente grave: Al criticar esta ley no se reivindica un derecho, sino que se pide que otros ciudadanos no lo tengan (por cierto, sigo esperando que alguien me diga en qué ataca esa ley a las familias "tradicionales").
Sinceramente, todo este embrollo me parece llamativo. No comprendo por qué para reivindicar una manera de pensar es necesario insultar a los que piensan de manera diferente, que es, en definitiva, lo que se hizo esta mañana. El mensaje subyacente era claro: "Si no pensamos y actuamos como dice la Iglesia, estamos equivocados. La verdad sólo la tienen Ella".
¿Realmente la política del Gobierno perjudica a la Iglesia (sobre todo si recordamos que este Gobierno aumentó el porcentaje del IRPF que va a las arcas de la Iglesia de un 0,52 a un 0,7%, además de realizar ciertas concesiones en materia educativa)? ¿Realmente el dar derechos a un grupo de ciudadanos supone que los demás vean los suyos menoscabados? No lo creo.
Teniendo en cuenta que, a nivel europeo, la Iglesia española es la que más ayudas recibe por parte del Gobierno de su país, creo que la jerarquía debería considerar que no está bien este sistemático ataque al que somete al Ejecutivo.
¿Para cuando un Estado verdaderamente laico?

sábado, diciembre 22, 2007

España paralizada

Queridos lectores, ya me tenéis otra vez aquí. Con el invierno recién empezado, nos encontramos con un fin de semana en el que toda España se encuentra paralizada por algún motivo. Hoy, por la Lotería de Navidad (a mí tampoco me tocó nada), es decir, que hoy es el día de la salud, de "no me tocó nada, pero por lo menos tengo salud". Mañana será por el partido entre el Real Madrid y el Fútbol Club Barcelona.
Y de eso quería yo hablar. Del hecho de que mañana nadie va a pensar en nada que no sea ver a 22 millonarios corriendo por un campo. La verdad es que es llamativo. Con todas las cosas de las que hay que hablar, los problemas de los equipos de fútbol monopolizan la atención. Es más importante saber la vida de tal o cual jugador que conocer los problemas de nuestra sociedad. Se hace más caso a las palabras de cualquier futbolista analfabeto que a las de cualquier intelectual. Se dedica más tiempo en los informativos a hablar de la "actualidad de los equipos" (aunque no haya noticias reales que contar sobre ellos y sólo se hable de que fueron a entrenar) que a hablar de las demás noticias.
Y luego se arman unos debates entre los aficionados que llaman la atención. Que si tal futbolista no siente los colores, que si sólo les interesa el dinero... Y claro, así luego si un jugador se va a otro equipo se mosquean. Alguien me justificaba una vez que Figo era un vendido por irse a otro equipo... poco después, esa persona cambiaba de trabajo para cobrar más (y yo me pregunto, ¿había tanta diferencia entre uno y otro?).
La verdad, me molesta mucho ver la cobertura mediática que reciben los futbolistas, pero sobre todo me molesta su arrogancia. Su convicción de que son mejores que los demás. Como cuando Raúl exigió a un policía que llamara al alcalde de Madrid para que él pudiera subirse a la Cibeles a celebrar un título (por la tele no se le vio decir "tú no sabes quién soy yo", pero casi apostaría a que lo dijo). Evidentemente, el policía no le hizo ni puñetero caso, pero la pena es que tampoco le dijo algo así como "¿Me subo yo a la mesa de tu comedor a bailar bakalao? ¿Pues por qué tienes que subirte tú a la estatua, imbécil?".
También me resulta sorprendente la chulería con la que los futbolistas de la selección van a participar en los campeonatos. Van en plan "nos los vamos a comer sin pelar", y al final acaban cayendo en cuartos (con suerte), eso sí, sin que el seleccionador se plantee ni de lejos dimitir o algo parecido.
No me entendáis mal, no me parece mal que exista el fútbol ni nada por el estilo. De hecho, ciertos partidos me parecen una excusa perfecta para quedar con los colegas para tomar unas cervezas. Lo que me parece mal es que se le dé tanta importancia, que hubiera momentos en los que nos intentasen convencer de que era de "interés general" (¿os acordáis?), o que cuando un equipo no puede hacer frente a sus deudas, los poderes públicos los financien (que digo yo que si son sociedades anónimas, deberían serlo para todo, ¿no?).
Pero claro... cuando veo gente que celebra las victorias de los equipos (y no siempre de los equipos de su ciudad), me asalta la misma duda: ¿Cobrarán algo de la prima que cobran los futbolistas o sólo es que son unos primos?.
Espero encontrar algún día la respuesta.
Felices fiestas.

lunes, diciembre 17, 2007

Vivan las "caenas"

Dice el informe PISA que los estudiantes españoles no entienden lo que leen. Probablemente sea verdad. Pero yo creo que el problema no es sólo que no entiendan lo que leen, sino que eso repercute en que no sean capaces de hacer una valoración crítica de aquello que están leyendo. No sé, a lo mejor todavía soy lo bastante joven como para creer en ciertas cosas, pero como (proyecto de) profesor que soy, considero que, por encima de que los alumnos aprendan cuatro nombres y cuatro fechas, lo más importante que tendrían que aprender es a pensar por sí mismos y a tener cierto sentido crítico de cara a entender, no sólo lo que leen, sino todo lo que se desarrolla a su alrededor.
Esto viene porque últimamente se están viendo en la política nacional ejemplos de falta de sentido crítico. Uno de ellos es el caso del alcalde de Totana y su implicación en un caso de corrupción. Sí, porque resulta que detuvieron al fulano por andar trincando lo que no debe, y la gente en lugar de ir a la puerta de la cárcel para cagarse en la madre que lo parió por robar de las arcas públicas y por traicionar la confianza de sus votantes, se manifiestan para darle su apoyo y para insultar al Gobierno, porque claro, todo lo que no beneficia a ciertos partidos, es culpa del Gobierno. No voy a entrar ahora en qué partido tiene más casos de corrupción abiertos (todos sabemos cuál es), pero creo que es necesario, por aquello de la salud democrática, que sepamos ser críticos con nuestros gobernantes y exigirles que no nos roben, independientemente del partido al que pertenezcan. Pero no, resulta que hay gente que está dispuesta a aceptar que sus gobernantes roben y a apoyarles pese a todo, como cuando se gritaba antaño aquello de "Viva mi dueño" o de "Vivan las 'caenas' "
Otro ejemplo, pero no de falta de sentido crítico sino de deseo de que ese sentido crítico no exista, lo vemos todos los días cuando Acebes habla a la ciudadanía pensando que todos somos imbéciles. Sí, cuando habla de que este Gobierno negocia con ETA (y digo yo, ¿si se negociara con ETA, habría atentados? pensad en ello), olvidando que el suyo sí que lo hizo y sí que concedió beneficios penitenciarios a etarras (¿os suena el nombre de Juan Priede? lo mató un etarra que había salido de la cárcel con una redención de condena firmada por Mayor Oreja). Todo eso significa que Acebes piensa que todos somos gilipollas y no nos enteramos de que nos intenta vender la moto de mala manera. Y que cree que, por mucho que nos mienta, seguiremos aceptando lo que dicen él y sus acólitos.
En fin... qué falta de decencia.

Ah, otra cosa... ¿Habéis leído el último artículo de Arturo Pérez-Reverte? Pues hacedlo. Es una pasada.

miércoles, diciembre 05, 2007

Un poco de literatura.

Hace un mes o poco más estaba yo con una de vosotros en la Biblioteca Jovellanos, y entonces ella me preguntó (tú me preguntaste) qué libro le recomendaba. Me quedé cortado y salí de la situación como pude. Entonces me paré a pensar. Es relativamente fácil recomendar alguno de esos libros que, supuestamente, todos deberíamos leer antes de morir, y entonces a todos se nos llena la boca recomendando Don Quijote o la Iliada o Fausto, que son libros estupendos pero que, normalmente, se dejan para cuando haya más tiempo. Sin embargo, muchas menos veces no nos paramos a pensar en esos libros que podríamos leer aquí y ahora, que podemos leer en los ratos libres que nuestras obligaciones nos dejan. Por eso, hoy me gustaría hacer una breve lista de libros, algunos bastante recientes, que se pueden leer ahora, sin necesidad de esperar a tener más tiempo para dedicarles. Esto significa que, si a alguno de vosotros no le interesa este tema, puede perfectamente dejar de leer y esperar a mi próximo texto.

Me resulta muy fácil recomendaros cualquier libro de Gabriel García Márquez. Todos sabéis que es mi escritor favorito. Pero si os tuviera que recomendar algún libro, evidentemente, sería el mejor: Cien años de soledad. Sin embargo, tal vez sea un tanto denso, así que os recomiendo Crónica de una muerte anunciada, o el más reciente, Memoria de mis putas tristes. Los dos son muy breves, y son una buena manera de disfrutar con la prosa del maestro.

Siguiendo con mi escritores de cabecera, debería recomendaros algo de José Saramago. Muchos decís que es demasiado complicado, pero creo que si leéis El Evangelio según Jesucristo o El hombre duplicado, podéis cambiar de idea. Las intermitencias de la muerte también es muy recomendable.

Umberto Eco es otro de mis escritores preferidos. Sin duda, el libro que resulta más interesante es El nombre de la rosa, libro sobre el que, además, se hizo una película que está muy bien. Otro libro suyo que también es muy bueno es Baudolino.

Arturo Pérez-Reverte es otro autor que me gusta bastante, aunque debo reconocer que me gustaba más de lo que me gusta. No voy a recomendaros lo que está de moda, los libros de la serie del Capitán Alatriste (que, desde mi punto de vista, son sus libros más flojos), sino que voy a recomendaros las que, seguramente, sean sus mejores novelas: El club Dumas (sobre el que se hizo una película bastante prescindible, La novena puerta), La piel del tambor (cuyos personajes inspiraron a los protagonistas de la desafortunada serie de televisión Quart) y El pintor de batallas, sin duda una de sus novelas más duras (uno de vosotros me decía una vez que, seguramente, fuera la novela que escribió para no suicidarse). Algunas de sus novelas cortas también son muy interesantes, como la divertidísima La sombra del águila y la espléndida El húsar, más interesante si cabe porque es la primera novela que escribió. Ambos relatos se encuentran recopilados, junto con otro par más en Obra breve.

Debo reconocer que Mario Vargas Llosa es un tipo que me cae bastante gordo, aunque nunca tuve demasiado claro el motivo. Sin embargo, sus tres novelas más recientes son interesantísimas. Se trata de Travesuras de la niña mala (genial, gracias por recomendármela Pedro), El Paraíso en la otra esquina (muy buena) y la durísima La fiesta del Chivo. Cualquiera de ella me parece estupenda.

Un autor poco conocido pero al que vale la pena acercarse es el antropólogo Nigel Barley. Este tío, recién terminada la carrera, se largó a estudiar a un pueblo perdido en mitad de África. En su libro El antropólogo inocente, a medio camino entre la novela, el diario y el libro de viajes, nos cuenta sus desventuras por esos mundos, desventuras debidas a su falta de experiencia, a una cierta torpeza y a grandes dosis de mala suerte.

George Orwell, que luchó en la Guerra Civil española como voluntario de las Brigadas Internacionales, nos dejó un par de novelas también muy interesantes. Una se titula 1984, y es la novela en la que aparece la figura del Gran Hermano. Pero la que más me gusta no es ésa, es Rebelión en la granja, una crítica acerada y muy divertida contra el stalinismo, con más valor porque está hecha por un comunista, es decir, por alguien que, supuestamente, debería apoyar esa dictadura.

Ahora vamos a fijarnos en cosas un poco más antiguas. En mi infancia (y también después) disfruté mucho con los libros que Arthur Conan Doyle escribió sobre el detective Sherlock Holmes. La ventaja de estos textos es que la mayoría son relatos cortos, y las novelas tampoco son demasiado largas. Si tenéis oportunidad, echad mano de un mastodóntico libro de más de mil páginas titulado Todo Sherlock Holmes, editado en el 2003, y en el que se recogen todos (repito, todos) los relatos y novelas que Doyle escribió sobre Holmes y en el que, además, hay un interesante estudio preliminar. Pero si sólo queréis tener un breve contacto con el detective, leed Estudio en escarlata, que es la novela corta en la que el personaje de Holmes es "presentado en sociedad". En ese libro, Holmes conoce al que acabará siendo su mejor amigo y también su biógrafo, el doctor Watson.
Además, sobre Holmes escribieron una gran cantidad de libros otros autores diferentes de Arthur Conan Doyle, empezando por su hijo Adrian. Si os interesa conocer la visión del personaje que tienen otros escritores, os recomiendo una recopilación bastante interesante que hicieron Isaac Asimov y otros, titulada Sherlock Holmes a través del tiempo y el espacio. En ella se incluyen relatos muy entretenidos y divertidos. Cuando yo la leí, la saqué de la Biblioteca Jovellanos; sin embargo, según la base de datos que pulula por internet, ese libro ya no está allí (de vosotros depende fiaros o no).

Otro escritor del XIX bastante interesante es, sin duda, Edgar Allan Poe. Sus relatos cortos son geniales, aunque debo reconocer que conozco poco su faceta como poeta. El "problema" con Poe es que siempre sabe a poco, siempre apetece leer otro relato más.

Sin salirnos de ese siglo, tenemos ahí a Alejandro Dumas. Desde luego, su mejor novela es El conde de Montecristo, pero ése es otro libro de ésos que dejamos para cuando haya más tiempo. Si os interesa conocer lo más famoso de su obra, echadle una ojeada a Los tres mosqueteros, aunque sé que es un libro que resulta más interesante cuando somos más jóvenes.

Para terminar, os voy a recomendar uno de mis libros favoritos: El retrato de Dorian Gray, de Oscar Wilde, libro cuyo argumento se puede resumir diciendo que es la historia del chaval que vende su alma al diablo para no envejecer. Es genial, creo que es la novela que os recomiendo de manera más encarecida.

Con esto termino. Espero que los disfrutéis. Sé que faltan muchos libros por citar (¿dónde están nuestros monstruos favoritos, Drácula y Frankestein? ¿o aquel pendón, excesivamente joven, llamado Lolita?), pero el texto ya era demasiado largo. Otra vez será.
Ah, y que nadie me diga eso de que "si hay película, para qué voy a leer el libro".

Por cierto, ya que hablamos de libros. Resulta que Victor Manuel sacó un libro, titulado Vivir para cantarlo, en el que se recopilan todas las letras que escribió, incluyendo la polémica letra que dedicó en 1966 a Franco. Dijo en una entrevista que la incluía porque le resultaba muy fácil explicar a sus fans por qué la incluía, mientras que si no la hubiera incluido le habría resultado más difícil explicar el motivo a la ultraderecha. No dijo a quién se refería cuando hablaba de ultraderecha, pero todos sabemos a quiénes dirigía sus palabras. A ésos que, para que no se les note todo lo que esconden, dicen que son los demás los que tienen cosas que esconder.

domingo, diciembre 02, 2007

El mundo no está loco... Está imbécil

Uno de mis queridos lectores me decía la otra noche que vaya vago que era yo, que llevaba ya casi diez días sin escribir nada. Mi respuesta (o más bien, mi excusa, para qué nos vamos a engañar) fue que con tantos temas, no sabía por cuál decidirme. Al final te hago caso, camarada, y voy a hablar un poco de todo:
En primer lugar, quería referirme a la promesa electoral de Rajoy. Sí, ya sabéis, ésa de que va a bajar los impuestos. Esta derecha siempre es igual... Siempre beneficiando a los ricos. Porque claro, como bien sabéis, toda bajada de impuestos supone que todos los ciudadanos tengan más dinero para gastar, pero eso no significa que beneficie a todos por igual. Es decir. Con menos impuestos, los servicios públicos tienen menos financiación, así que, a la larga, la bajada de impuestos beneficia a los que hacen uso de esos servicios públicos en menor medida, es decir, los ricos, que mandan a sus hijos a colegios privados y que curan sus enfermedades en clínicas privadas. O sea, que les importa un carajo que los colegios y hospitales públicos tengan menos dinero.
En segundo lugar, me gustaría hablar de ese tal Alcaraz. Ése que cuando ETA mata, en lugar de manifestarse contra el terrorismo, se manifiesta contra el Gobierno. Ése que dice dirigir una Asociación independiente pero que ayuda al PP en su campaña de insultos al PSOE. El mismo que decía que su juicio por injurias pondría muy contentos al Gobierno y a los terroristas. Pero en eso se equivocaba. Su juicio pone contentos a todos los que creemos que los culpables del terrorismo son los terroristas y a todos los que pensamos que lanzar muertos contra los rivales políticos es de mal gusto. Además, me gustaría que Alcaraz algún día, a ser posible sin ponerse demasiado colorado o sin que se notara que se aguanta la risa, explicara por qué no convocó manifestaciones contra el PP si su Gobierno también negoció con ETA y fue el único Gobierno que concedió beneficios penitenciarios reales a etarras condenados (no voy a entrar en polémicas, leedlo aquí). Por cierto, Alcaraz estará hoy contento, porque tiene otro muerto que lanzar contra el Gobierno. Alguien que, por cumplir con su trabajo, fue asesinado por las espalda, porque los disparos de los cobardes se reciben siempre por la espalda.
El tercer tema que quería comentar hoy entronca con algo de lo que ya hablé hace algunas semanas. Quería hablar de esos científicos que fueron denunciados por investigar con células madre. Hay que fastidiarse. Si recordáis, hace un par de semanas hablaba de que todavía hay mucha gente que no acepta lo que dice la ciencia. Pues resulta que ahora ya no sólo no se acepta lo que dice la ciencia, sino que encima se intenta evitar que avance. Todos sabemos que la investigación con células madre puede ser la respuesta a ciertas enfermedades congénitas, así que no veo por qué la investigación debe verse retrasada si va a redundar en el beneficio de toda la sociedad. Pero tampoco es para quejarse: hace unos pocos siglos, esos científicos hubieran acabado en la hoguera.
Y seguro que aún hoy hay quien desearía que acabaran allí.
Nota: Hoy, día 5 de diciembre nos encontramos con dos noticias, una buena y una mala: la buena, que dos de los etarras que atentaron el sábado han sido detenidos en Francia. La mala, que, desgraciadamente, el segundo guardia civil también ha fallecido.