Hola a todo el
mundo:
Hace ya unos días,
la semana pasada, leí un artículo en El Diario que me remitió a un
estudio sobre el consumo de pornografía y su
incidencia en la vida sexual de los jóvenes. Y desde entonces llevo
pensando sobre esa cuestión, que creo que es mucho más importante
de lo que puede parecer a simple vista.
Cuando yo mismo era
adolescente, igual que pasó con la mayoría de vosotr@s, el acceso a
la pornografía no era tan fácil como ahora. No todo el mundo tenía
internet, y las tecnologías de la propia red no estaban lo
suficientemente desarrolladas como para ver vídeos en ella. Sin
embargo, ahora es muy fácil acceder a contenidos pornográficos a
través de internet, lo que significa que, nos guste o no, cada vez
más gente podrá acceder a ellos y a edades más tempranas.
Y por eso llevo
varios días dándole vueltas a esa cuestión. Porque intentar
prohibir que los menores accedan a esos contenidos probablemente solo
servirá para que les apetezca todavía más, por esa atracción que
todos tenemos hacia lo prohibido. Entonces, lo más interesante sería
ser conscientes de que esos contenidos están ahí y los jóvenes van
a querer verlos, y, entonces, educar en consecuencia.
Supongo que será
muy complicado encontrar la manera en la que podamos explicar estas
cosas en una clase de instituto, o a un hijo (o hija) que podamos
tener. Pero no por eso hay que dejar de hacerlo. Hay que intentar que, si se deciden a ver ese tipo de contenidos, lo hagan siendo críticos con lo que ven y responsables con el hecho de verlo.
Y, por nuestra parte, hay que
buscar la manera de explicar que el porno no es más que la muestra
exagerada de lo que son las fantasías que podemos tener. Y que lo
que aparece en esos vídeos no tiene que ver con las relaciones
sexuales más habituales. Que el preservativo, tan extraño en esos vídeos,
debe formar importante en todas las relaciones que se mantengan en la
vida real. Y, sobre todo, que nadie les obliga a hacer todo lo que
aparece en esos vídeos, sobre todo si ellos y ellas no quieren.
O al menos, esto es
lo que yo creo.
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