Esta semana tuvimos las sesiones
para las votaciones de investidura, y la cosa no fue diferente a lo que vimos
la primera vez, resultando fallidas. Rajoy es incapaz de conseguir apoyos para
conseguir la investidura, así que mucho me temo que nos tocará volver a votar.
Y eso que Rajoy hizo todo lo que
alguien como él es capaz de hacer: intentar convencernos de que tiene que
gobernar él porque sacó más votos (aunque la Constitución no diga
eso), intentar convencernos de que la mayoría de los votantes le votaron a él
(aunque cualquiera sepa que la mayoría de los que votamos lo hicimos a partidos
diferentes al PP), decirnos que un Gobierno que no sea el suyo sería malo para
la recuperación (recuperación de la que nos quieren convencer a pesar de los
datos del paro). Incluso llegó a amenazar con hacernos votar en Navidad si no
lo hacíamos Presidente ahora. Que era lo que nos faltaba, que después de todo
lo que nos quitó, ahora nos quiera quitar también la Navidad. Menos mal que ahora
parece que quieren cambiar la
Constitución para que votemos… el día de los Inocentes.
Lo verdaderamente enervante de todo
esto es que Rajoy no está ofreciendo nada a cambio del apoyo de otros partidos,
lo que quiere es que se le apoye porque sí. Porque él lo vale. Y los argumentos
que usa son verdaderamente ridículos. Por ejemplo, a Pedro Sánchez le decía el lunes que lo
tenía que apoyar porque el PSOE y el PP compartían la misma idea de España y
tienen el mismo compromiso de lucha contra el terrorismo, esperando, claro, que
se le olviden los tiempos de Zapatero, cuando decía que el PSOE quería “romper
España” y “rendirse a ETA”.
De momento logró convencer a
Ciudadanos, el que, de momento, es el verdadero partido del cambio, porque en
los últimos meses no ha hecho otra cosa que cambiar de opinión. Pero no es
suficiente, así que necesita más votos a favor o abstenciones, y por eso se las
exige al PSOE. No a los nacionalistas que votaron a favor de que Ana Pastor
presida el Congreso (y que permitieron hace veinte años que Aznar gobernase),
sino al PSOE, que tiene narices también. Y claro, el PSOE tiene que votar en
contra de la investidura, porque si no decepcionaría a sus votantes.
No obstante, me da igual tener que
volver a votar si esto no sale tampoco esta vez, porque tengo muy claro que da
igual las veces que tenga que votar, porque siempre lo haré para evitar que
alguien como Rajoy vuelva a la
Moncloa.
2 comentarios:
Completamente de acuerdo. Votaré las veces que haga falta porque no quiero al PP en el Gobierno de mi país.
Me alegra ver que coincidimos.
Un saludo.
Publicar un comentario