Llevo varios días preocupado por la situación socio-política de este país. Supongo que eso se relacionará con el hecho de que tengo ideas de sobra para escribir, claro. Y después de mucho comerme la cabeza y reflexionar (que no siempre es lo mismo), he llegado a la conclusión de que la corrupción, la incompetencia o la ignorancia de los políticos, o la rapacidad de éstos y de muchos empresarios, si bien son muy importantes, no son las únicas causas de que estemos como estamos. Otro motivo para esta situación es la mentalidad cada vez más arraigada de que para triunfar (o simplemente para ganarse bien la vida) no hace falta esfuerzo, sino estar en el lugar apropiado en el momento preciso, o tener buenos padrinos.
Y es que sólo así se explica que año tras año haya gente que quiere entrar en programas como Gran Hermano o Gandía Shore, o que cada vez sea más habitual ver a gente que tiene cargos muy bien remunerados en partidos políticos, pese a no tener formación ni más mérito que llevar años con un carné en la cartera.
Así, vemos a gente sin más estudios que el Bachillerato (cuando lo tienen) ganando verdaderos dinerales por ejercer de "asesores" de su amigo, el político de turno. Claro que éste es el punto en el que nos preguntamos sobre qué pueden asesorar estas personas. ¿Sobre si es mejor leer el As o el Marca? ¿Sobre cómo trepar para no tener que trabajar?
Pues gente así cada vez hay más en este país, y no hacen más que perpetuar la verdadera enfermedad, el verdadero cáncer de nuestro país: la creencia de que formarse o esforzarse no sirve de nada, que lo que vale es el enchufe.
Y al tratamiento de esa enfermedad no ayudan para nada el ejemplo de los políticos incompetentes e ignorantes que tenemos.
Y mientras la enfermedad no se cure, la situación no va a cambiar realmente.
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