sábado, septiembre 24, 2011

¿Cuántas veces van ya?

Muy buenas a tod@s:
Anoche, en plenas fiestas de San Mateo, en Oviedo, hubo una actuación de las que no me puedo perder. Tocaban Avalanch, y creo que ya es la sexta vez que los veo desde el verano de 2008, y siete, si contamos que ya los había visto allá por el año 2000. Pero mis acompañantes de anoche, Maite y el Garry, creo que los vieron siete y ocho veces cada uno desde el mismo concierto de julio del 2008. Así que, entre eso y lo cerca que estábamos del escenario, creo que Rionda y sus chicos ya nos reconocieron.
El cartel de la noche era anómalo, y ésa era una de las quejas de los artistas asturianos que participaron en las fiestas oventenses: que no les dieran promoción, que los hicieran compartir escenario con grupos de estilos muy dispares (como si Avalanch, Stormy Mondays o Dark laeMe fueran los teloneros de otros o, aún peor, actuaciones de relleno) y que se les obligara a aceptar unas condiciones de contratación draconianas. Y precisamente por eso, la mayor parte de la gente que estaba anoche en la Plaza de la Catedral no estaba allí para ver a Avalanch, sino a Carlos Jean, que se subió a las tablas después.
Pero bueno, centrémonos en lo que estábamos, que es hablar de lo que hicieron Ramón Lage, Alberto Rionda y compañía. 
Después de su concierto de enero, en el que tuvieron que lidiar con unas mezclas de sonido que no fueron las más acertadas y en el que se equivocaron con el orden de las canciones, tenía ganas de volver a verlos, para ver si me quitaba el sabor de boca de aquella vez. Y vaya si se me quitó.
Impuntualmente a las once y veinte o algo más, se subieron al escenario estos seis tíos para empezar su descarga con una potente "Aún respiro", para la que usaron pirotecnia y fuego real, y a la que siguieron "Otra vida" y "Delirios de grandeza". El sonido era bueno, los músicos estaban sonrientes y entregados y el público se sabía las canciones, y encima, por fin había dejado de llover. Esto va por buen camino.
Continúan con temas como "Hoy te vuelto a recordar" y "Ángel de la muerte". Se acuerdan por fin de su más reciente plástico y nos interpretan, seguidas, "El hombre solo", "El ladrón de sueños", y una espléndida "Mil motivos".
Pero nuestros amigos tenían muy poco tiempo para tocar, así que empezaron ya a tocar sus canciones más míticas, empezando por "Pies de barro", a la que siguió otro guiño a su pasado con "Xana" (como cada vez tengo menos lectores de fuera de Asturias, esta vez no voy a explicar lo que es una xana en la mitología asturiana, me remito a la crónica que enlacé en el primer párrafo), a la que siguieron "Alas de cristal", la genial "Lucero" y por último, como siempre, "Lágrimas negras", también con pirotecnia.
Probablemente los músicos no estaban de buen humor por el trato que habían recibido de la Sociedad de Festejos de Oviedo, pero eso no hizo que dejaran de entregarse, sino todo lo contrario: los seis fueron tan profesionales como siempre y lo dieron todo. Las canciones estaban bien elegidas y su orden también. La única pega fue que tuvieran tan poco tiempo para tocar (una hora y cuarto o por ahí), que obligó a que dejaran fuera del repertorio temas como "Papel roto", "¿Quién soy?" o algunas de su último disco que hubieran servido para que la actuación fuera redonda del todo.
Espero que la próxima vez ya tengan todo el tiempo que merecen. 
Nos vemos.

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