Muy buenas, queridos lectores. Y feliz año.
Después de varios días con la prohibición de fumar en los lugares públicos activa, he comprendido que los que no fumamos somos malos. E intolerantes. E insolidarios. Y fijo que además olemos mal.
Sí, porque gracias a las quejas de los fumadores, esas solidarias personas a las que estamos reprimiendo, me doy cuenta de que somos egoístas. ¿Cómo se nos ocurre pedir lugares sin humo para estar? ¿Es que no nos damos cuenta de que las estadísticas que dicen que los fumadores son minoría son falsas? Claro. Si en un sitio se empieza a fumar, automáticamente todos los que están allí estarán fumando, activa o pasivamente, porque además los fumadores son solidarios y comparten su placer con nosotros. Por lo tanto, los fumadores no es que sean la mayoría de la población. Son (mejor dicho, somos) toda la población. Así que eso de decir que los fumadores son minoría no es más que una mentira.
Además, ¿por qué nos quejamos del tabaco y no del humo de las fábricas? ¿Acaso no vemos que igual que podemos no encender el cigarro podemos conseguir que la fábrica ésa de las afueras no contamine? Y oye, si en México D. F. hay la contaminación que hay y nadie se queja, ¿por qué nos quejamos nosotros del humo del tabaco?
Somos unos dictadores, nos dicen, ni Stalin se atrevía con tanto, que en este país ya se puede denunciar a fumadores antes que a pederastas (por cierto, si alguien me puede pasar la noticia donde alguna ministra diga eso, que me la pase).
El alcohol no está tan mal visto, dicen. Y mira que pasan cosas con el alcohol. Claro que igual se les olvida que las cosas que pasan con el alcohol están tipificadas como delito (la conducción borracho, las peleas...), mientras que la cirrosis no lo está. Pero es que la cirrosis no se comparte. El cáncer de pulmón tampoco es un delito; lo que es molesto es que lo quieran compartir con nosotros.
Que sí. Que los que no fumamos somos malos. E insolidarios. Y mala gente. Y todo lo que los fumadores quieran. Pero ahora hablando en serio. ¿De verdad alguien piensa que los argumentos de los fumadores que yo acabo de parodiar son algo más que la pataleta de una minoría que se resiste a perder sus privilegios?
Pensad en ello.
P. D.: ¡¡¡Qué ganas tenía de empezar el año dando caña!!!
Después de varios días con la prohibición de fumar en los lugares públicos activa, he comprendido que los que no fumamos somos malos. E intolerantes. E insolidarios. Y fijo que además olemos mal.
Sí, porque gracias a las quejas de los fumadores, esas solidarias personas a las que estamos reprimiendo, me doy cuenta de que somos egoístas. ¿Cómo se nos ocurre pedir lugares sin humo para estar? ¿Es que no nos damos cuenta de que las estadísticas que dicen que los fumadores son minoría son falsas? Claro. Si en un sitio se empieza a fumar, automáticamente todos los que están allí estarán fumando, activa o pasivamente, porque además los fumadores son solidarios y comparten su placer con nosotros. Por lo tanto, los fumadores no es que sean la mayoría de la población. Son (mejor dicho, somos) toda la población. Así que eso de decir que los fumadores son minoría no es más que una mentira.
Además, ¿por qué nos quejamos del tabaco y no del humo de las fábricas? ¿Acaso no vemos que igual que podemos no encender el cigarro podemos conseguir que la fábrica ésa de las afueras no contamine? Y oye, si en México D. F. hay la contaminación que hay y nadie se queja, ¿por qué nos quejamos nosotros del humo del tabaco?
Somos unos dictadores, nos dicen, ni Stalin se atrevía con tanto, que en este país ya se puede denunciar a fumadores antes que a pederastas (por cierto, si alguien me puede pasar la noticia donde alguna ministra diga eso, que me la pase).
El alcohol no está tan mal visto, dicen. Y mira que pasan cosas con el alcohol. Claro que igual se les olvida que las cosas que pasan con el alcohol están tipificadas como delito (la conducción borracho, las peleas...), mientras que la cirrosis no lo está. Pero es que la cirrosis no se comparte. El cáncer de pulmón tampoco es un delito; lo que es molesto es que lo quieran compartir con nosotros.
Que sí. Que los que no fumamos somos malos. E insolidarios. Y mala gente. Y todo lo que los fumadores quieran. Pero ahora hablando en serio. ¿De verdad alguien piensa que los argumentos de los fumadores que yo acabo de parodiar son algo más que la pataleta de una minoría que se resiste a perder sus privilegios?
Pensad en ello.
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