miércoles, mayo 28, 2008

Entre sueño y ...

Me desperté sobresaltado. Había tenido un sueño inquietante. Pero no lo recordaba bien.
Me senté en la cama y me esforcé en recordar.
Sí, ahora me acordaba; había sido algo así:
Estaba en un enorme despacho, decorado con un gusto exquisito. A pesar de que tenía unos grandes ventanales y de que todavía era de día, las luces estaban encendidas. Cuando entré, un hombre impecablemente vestido se puso de pie para recibirme. Su elegante traje italiano contrastaba con mis vaqueros y mi cazadora de cuero. Me saludó llamándome por mi nombre y me tendió la mano. Se la estreché y sentí un apretón muy fuerte. Pero lo que más me llamó la atención fue que su mano estaba caliente. Muy caliente. Mucho.
Me dijo que me sentara y él hizo lo mismo, acodándose después en la imponente mesa de caoba que quedaba entre nosotros y sobre la que había un par de libros de Borges. Tenía una enigmática sonrisa que le daba un aspecto siniestro. Entonces, sin dejar de sonreir, comenzó a hablar.
- Sé lo que busca - me dijo -. Lo que siempre ha buscado, en realidad. Aquéllo por lo que lleva trabajando toda su vida - en ese momento clavó sus ojos en los míos con una intensidad tal que me hizo desviar la mirada - . Y yo puedo ofrecérselo - añadió -. Y a cambio sólo debería desprenderse de algo que, según usted, no existe.
Entonces me había despertado.
Sí, ése había sido mi sueño. Ahora me acordaba de todo.
Encendí la luz y me levanté de la cama. Caminé hasta mi escritorio y vi que sobre él había una daga antigua y un extraño pergamino. Cogí la daga y con ella hice un tajo en la palma de mi mano izquierda.
Quería que brotara la sangre con la que debía rubricar el contrato que el diablo me había dejado para que lo firmara.

4 comentarios:

Pilar dijo...

mmmmhhh, vaya vaya!!! será un relato micro, pero intenso... ¿Y a cambio que te concede el hombre de las manos calientes?????

:)

Diana dijo...

Hola
Caray Pablo!
Muy bueno, espero que nos confirmes las dudas razonables que nos quedan sobre el futuro.
Por favor: que lea bien el trato que va a rubricar, yo sé de uno que firmó y no supo hasta que era demasiado tarde, lo que firmó
Muy buen relato niño, muy bueno.
Desde Coruña un biquiño
Diana

Pablo Folgueira Lombardero dijo...

Je, je...
La verdad, no sé si decir que me daría a cambio el diablo... Sería contar demasiado.
Prefiero que lo imagineis.
Besos.

MARNIE dijo...

mmmmmm... esos contratos suelen tener letra pequeña...segunda parte de la primera parte, primera de la segunda y aparte de la tercera.. ejem..
ha quedado claro?
Si firmo como testito o aval solitario..me puedo enterar del trato?? je je je
besos con sal atlántica
Marnie