
Acerca de El Quijote hay un par de tópicos que a mí, personalmente, siempre me han resultado absurdos. Sobre todo porque suelen estar en boca de gente que no se lo ha leído. Por eso me gustaría empezar intentando desmentirlos.
- Es un libro aburrido. Alguien que se lo haya leído no podría nunca decir tal cosa. Es justo lo contrario, uno de los libros más divertidos que se han escrito jamás. Sólo pensemos que se trata de la historia de un tipo al que se le va la cabeza y se pone a recorrer el monte con la armadura de su bisabuelo. Es como si ahora mismo alguno de nosotros saliera a la calle con un uniforme de la guerra de Cuba. Y encima el tío se dedica a tratar de salvar a la gente, incluso cuando no lo necesitan. La gracia es que él creía que lo que había leído en las novelas de caballerías era cierto, y actuaba en consecuencia (si os dais cuenta, salvando las distancias, lo de Don Quijote viene a ser parecido a lo que se dice, aunque sea falso, sobre que jugar a ciertos juegos o escuchar determinada música provoca conductas un tanto... excéntricas).
- Es un libro difícil. Otro tópico falso. Normalmente esta afirmación se apoya en la idea de que es un libro escrito en castellano antiguo. Pero es que no es así. En castellano antiguo habla Don Quijote, porque habla como en las novelas de caballerías. Los demás personajes del libro no, hablan casi como nosotros. Sobre si es difícil, sinceramente, me parece mucho más difícil y más denso El Señor de los Anillos, que se puede tirar cinco páginas para describir la torre de un castillo. Pero lo lee mucha más gente y sin quejarse. Claro, como está de moda.
Total, que sobre este libro se dicen muchas cosas, pero no siempre se sabe lo que se dice.
Lo que sí me gustaría destacar es que al margen de si es o no un buen libro, es, sin duda, el libro que cualquiera debería leer antes de morirse. Porque muchos de los temas que trata son intemporales. Entre ellos, el de las relaciones humanas.
La relación que se establece entre Don Quijote y Sancho va mucho más allá de la típica de amo y vasallo. Al final es una relación de amistad, en la que Sancho asume muchas de las cosas que cuenta Don Quijote. Al final, Sancho ya no es la voz de la razón o del sentido común. Es la voz del que cree a quien está a su lado aunque eso suponga aceptar lo que no puede ver. Al final, Sancho es más idealista que Don Quijote. Pero sobre todo esto se han escrito ya miles de páginas, no voy a descubrir nada.
Por último, me gustaría recordar el final del libro. La muerte de Alonso Quijano. Porque el que muere es Alonso Quijano, el hombre sensato. Ya no creía que era el caballero andante, ya no pensaba que se enfrentaba a gigantes ni a hechiceros. Era el mismo tipo corriente de ese lugar de cuyo nombre no quería acordarse el autor. Por eso siempre digo que muere Alonso Quijano, pero Don Quijote no puede morir.
Porque Don Quijote es fantasía.