Se acercó a la pared para descolgar su título de Licenciado en Derecho. Durante un fugaz momento, su rostro se reflejó en el cristal, pero él no alcanzó a ver que su cara era un poco más vieja que ayer. No se dio cuenta de que su barba no podía ocultar las arrugas que le habían salido en los últimos meses.
Metió el cuadro con su título en la caja de cartón en la que se amontonaban las cosas que iba a llevarse de allí. Después, cogió de encima de la mesa el portafotos de plata en el que estaba una foto suya con su familia, miró la imagen y dejó todo en la caja. Mientras tanto pensaba “Con lo que yo he sido. El registrador de la propiedad más joven de España. Y ahora no puedo ni siquiera ser Presidente del Gobierno, cuando hasta el tío ese de las cejas puntiagudas puede serlo. ¿Qué hice mal?”. Entonces recapacitaba un segundo y continuaba con su reflexión “No, no hice nada mal. El error es de los españoles. No me extraña que el jefe hable mal de España cuando da conferencias en Georgetown”.
Salió del que ya no era su despacho, sin darse cuenta de que se olvidaba encima de la mesa la botella de champagne francés (nada de cava catalán, por supuesto) que había comprado para celebrar la victoria que nunca sucedió y que era, aunque él no lo sabía, de la misma marca con la que unos pocos de sus compañeros brindaban cada vez que había un atentado terrorista que restaba apoyos al Gobierno. Ya en el pasillo, escuchó cómo a través de un aparato de radio salían mensajes arcaicos de golpes de Estado y conspiraciones judeo-masónicas. Entonces se cruzó con Alberto.
“Lo siento mucho, Mariano”, dijo Alberto. “No esperábamos que esto acabara así”. Mariano le agradeció el detalle, aunque sabía que Alberto pensaba algo así como “Ahora yo me quedo a cargo del cotarro. A ver si consigo que esta pandilla de ultras ineptos vuelvan al buen camino, porque si no, no pillamos cacho ni de casualidad”.
Mariano siguió caminando por el pasillo, y se encontró con Esperanza.
“Tranquilo, Mariano”, dijo ella, “seguiremos trabajando para que esos rojos no tengan ni un minuto de descanso”. Mariano le agradeció las ganas, aunque sabía que ella pensaba “¡Qué chachi! Ahora soy yo la que va a mandar. Imagínate, la primera Presidenta del Gobierno. Cómo va a molar”.
Mariano la dejó hacer honor a su nombre y siguió caminando. Unos pasos más allá, se encontró con Eduardo.
“No te desanimes, ya verás como pronto ya te has olvidado de todo esto”, aunque en realidad pensaba “Alomojó ahora yo puedo mandar. Y si llegara a ser Presidente… entonces sí que me iba a forrar. Qué pasada”. Mientras Eduardo seguía haciendo una nueva versión del cuento de la lechera, Mariano se despidió y continuó caminando hacia la salida.
Entonces se encontró con Ángel.
“Tranquilo, Mariano”, dijo éste “Seguro que ha sido una conspiración anti-española planeada por ZP, ETA, el Grupo Prisa y… ¡y Espinete!”. A la vez que hablaba, a Ángel le iban saliendo espumarajos por la boca, y Mariano se fue de allí sin decir nada, porque sabía que su interlocutor no engañaba con lo que decía, que no intentaba ocultar lo que pensaba, principalmente porque Ángel no piensa.
Unos metros más adelante, se encontró con José Mari y con el fundador, Don Manuel. El primero lo miró como diciendo “¿Pero es que todavía sigues aquí?”, pero dijo “No te preocupes, no te merecen”, con un curioso acento que se debía a que estaba seguro de hablar otro idioma más. Don Manuel dijo algo que a Mariano le resultó ininteligible, pero que venía a ser algo así como “El problema es que no quieren que los gallegos mandemos. No sé qué pensaran que hizo algún gallego para no querernos”.
Mariano se despidió fingiendo un afecto que, en realidad, no sentía y salió a la calle mientras dentro empezaba a escucharse el sonido que hacían los cuchillos al ser afilados. Fuera estaba lloviendo. Algunas personas quisieron ir a despedirlo y a gritar “Mariano, presidente”, “Zapatero, maricón” y “El otro, pa’ León”, pero no pudieron hacerlo porque no sabían que el derrotado salía por la puerta de atrás.
Nota: Es más divertido si os lo imagináis con los personajes del Guiñol.
Nota 2: Este texto lo escribí en diciembre y lleva "enlatado" desde entonces (por eso no hay referencias al fallido "efecto Pizarro", ni al contrato de "españolidad", ni a la niña); el borrador lo guardé en Blogger el viernes, pero antes de saber lo del atentado. Después, estuve tentado de eliminar la referencia al terrorismo, aunque al final no lo hice. Espero no haber herido ninguna sensibilidad.
8 comentarios:
Hola Pablo:
Siento el tiempo sin escribir, estuve muy liado. Escribo estas líneas antes de escribir mi propia versión de la noche electoral, que creo que será un poquito más justa y pegada a la realidad que la tuya. Creo que sí le ha llegado el momento de la retirada política a don Mariano, pero no por la puerta de atrás. No ha sido otro Almunia, sino que ha devuelto al PP el medio millón de votos del año 2000. Echa un vistazo a los resultados electorales fuera de Cataluña, y luego saca la calculadora para ver el regalito que la terrible abstención de ERC le hizo al PSOE: ni más ni menos que media docena de escaños que no responden a un crecimiento socialista, sino a que quedaron vacantes en Cataluña y se los llevó el partido mayoritario.
LO dicho, creo que debe abrirse un proceso político en el PP que de paso a una directiva más joven y dinámica; pero no creais, infelices, que será más blanda, sino todo lo contrario: hay que absorber a UPD fuera de Madrid, seguir avanzando en la Mancha y Andalucía y, sobre todo, comenzar la ofensiva en Cataluña, con ayuda de CiU, que le tiene unas ganas enormes y maravillosas a los sociatas.
Bueno, no adelanto más de loq ue escribiré en mi blog. Lo dicho, que don Mariano no se va por la puerta de atrás, y que creo que su sucesor no sale en tu texto.
Un abrazo. Pedro.
Muy buenas.
Echaba de menos tus réplicas, para qué voy a mentir. Las cosas como son, este texto no está pegado a la realidad, como tú dices, pero es que lo escribí en un momento de rabia en el mes de diciembre, y me gustó tanto cómo quedó que decidí que lo colgaría independientemente del resultado de las elecciones (si el PSOE hubiera perdido, se habría titulado "¿Qué hubiera pasado si...?").
Por todo eso, no creo que debas juzgar este texto como un mini-ensayo político, sino como un mero divertimento. Para hablar en serio de política, están los textos anteriores.
Un abrazo.
Hola Pablo:
Yo también echaba de menos escribir en ambos blogs. Espero que no te hubieran parecido demasiado duras mis palabras, pero es que me dejó algo "emocionado" la escena del balcón de Génova, en el centro-derecha se empieza a hablar sincera y respetuosamente de una posible sucesión de Rajoy, y como la izquierda lleva 4 años hablando de mandar a Rajoy a casa, noches de cuchillos largos, Gallardón, y compañía, pues que estamos todos un poquito quemados y a veces nos puede salir un poquito de bilis.
Pero es cierto que ya me habías comentado hace tiempo que tenías preparado un artículo sobre las elecciones. Queda sabersi don Mariano se va o no.
Un abrazo. Pedro.
Por cierto, tus artículos anteriores son muy sólidos, aunque no me diera tiempo a escribirlo en cada uno de ellos.
Qué tal?
por fin localizo la eterna promesa...
reconozco que al principio el post apunta algo triste pero al final tiene su chispa.
me quedo con ella.
y dicho esto, déjame reconocer que debo ser la única persona que cree que el 9M el PP no perdió las elecciones. me explico:
es cierto que no consiguió más escaños que el PSOE y, en consecuencia, es cierto que no se alzó con la mayoría en la cámara baja pero no olvidemos que fue el partido más votado y, lo que es más importante, que fue y es el partido que cuenta con un electorado más fiel. basta con echar un ojo a la pérdida de escaños en los partidos nacionalistas y sobre todo al descalabro de IU para darse cuenta de que la diferencia de votos que explican el resultado final no es casual.
y ¿cómo se explica esto? si realmente marianín estuvo tan poco apoyado como dicen creo que este es motivo suficiente para reconsiderar su valía... no te parece?
Hola
Pablo, eres sencillamente genial.
Joder, está de P.M.
No creo que hayas herido a naie, está exquisitamente contado.
Es " La Crónica de una traición Anunciada"
Tú lo has escrito hace tiempo, lo has publicado hace tiempo, yo lo acabo de leer y es casi como si fuera totalmente actual.
Tal vez le falten personajes, pero no lo sobra ningún extra.
Sigo pensando que tienes un blog muy interesante y ameno.
Desde Coruña, un biquiño.
Diana.
Hola.
De nuevo quiero decir algo.
Esto me pasa por escribir el comentario sin leer los de los demás.
A Pedro.
Como no creo que lea tu post, me quedo sin saber qué más piropos le dedicas a los pp.
Bueno, otra vez será.
A Anónimo.
Quién es La Eterna Promesa?. Supongo que no es el autor de este blog.
El autor de este blog está demostrando con sus posts ser una realidad.
Anónimo, sientes pena por los miles de millones que son leales al pp pero que para bien de la humanidad no les ha permitido goberpisar a los españoles?
Si es así, pues ya sabes, a esperar.
Por cierto, tan poco defiendes tus palabras que ni siquiera las firmas?.
Un biquiño a los dos desde Coruña.
Diana
Increíble.
Con este texto está pasando lo que siempre quise cuando empecé a escribir. Que haya comentarios no sólo del texto, sino de los demás comentarios.
A ver si al final esto va a acabar siendo un foro de opinión...
Gracias a todos.
Besos.
qué tal, diana?
como veo que no ha quedado claro el apunte del post, me explico.
la eterna promesa no es otra cosa que el texto en sí mismo y por supuesto no su autor. simplemente había oído hablar del texto y tardé en descubrirlo.
...estaría de más apuntar que estoy muy de acuerdo en que el blog está genial y esto no sería posible sin la agudeza de quien lo escribe...
por otra parte, cuando me refiero a lo que sucedió el pasado 9M: mayor número de votos y, pese a todo, menor representación parlamentaria para el pp (este reparto proporcional de la fórmula D'Hondt es lo que tiene...)simplemente pretendía poner de manifiesto una realidad: la mayor lealtad del electorado popular. Nada más.
Como bien dices, el tiempo pondrá las cosas en su sitio.
un saludo,
sandra.
Publicar un comentario