La gente que se agolpaba en el pabellón estaba excitada. Sabían que iban a ver un espectáculo poco habitual. Hace tiempo que las veladas de boxeo no son corrientes. Y mucho menos una como ésta. Esta noche se va a saber quién será el nuevo Campeón de España de los Pesos (muy) Pesados. El público gritaba jaleando a los dos contrincantes. Un actor conocido, recientemente galardonado, decía a quien quería escucharlo que el actual campeón iba a revalidar el título sin problemas. No muy lejos, un grupo de jovencitas gritaban al aspirante que querían ser sus niñas. Él replicaba que daba gusto verlas, que con niñas así sí que se subía la moral.
Entonces, los comentaristas, Segismundo Mamporro y Rudy Ostiázovich presentaron a los dos contrincantes:
- En el rincón de la izquierda - decía Segismundo - , con tropecientos kilos de peso, el vigente campeón, el que concede derechos sociales, el que no negocia con terroristas, el que promueve la Alianza de Civilizaciones; el León de Ferraz... ZPeitor.
El público que le apoyaba aplaudía a rabiar, mientras sus detractores lo insultaban. Entonces, Rudy, con su peculiar acento, presentó al aspirante:
- En el rincón de (cada vez más a) la derecha, con tropecientos y pico kilos de peso, el eterno aspirante, el que cuenta sus combates por derrotas, el que, con ayuda de los obispos, va a proteger a la Niña que nace en España (no a las demás, aunque vivan aquí) de los homosexuales, de los inmigrantes, de los artistas y de las asignaturas en las que se habla de Ciudadanía y Derechos Humanos; el Oso de Génova... Mariano Ultramontano.
El resultado de este apasionante combate, el domingo a última hora o el lunes a primera de la mañana.
Entonces, los comentaristas, Segismundo Mamporro y Rudy Ostiázovich presentaron a los dos contrincantes:
- En el rincón de la izquierda - decía Segismundo - , con tropecientos kilos de peso, el vigente campeón, el que concede derechos sociales, el que no negocia con terroristas, el que promueve la Alianza de Civilizaciones; el León de Ferraz... ZPeitor.
El público que le apoyaba aplaudía a rabiar, mientras sus detractores lo insultaban. Entonces, Rudy, con su peculiar acento, presentó al aspirante:
- En el rincón de (cada vez más a) la derecha, con tropecientos y pico kilos de peso, el eterno aspirante, el que cuenta sus combates por derrotas, el que, con ayuda de los obispos, va a proteger a la Niña que nace en España (no a las demás, aunque vivan aquí) de los homosexuales, de los inmigrantes, de los artistas y de las asignaturas en las que se habla de Ciudadanía y Derechos Humanos; el Oso de Génova... Mariano Ultramontano.
El resultado de este apasionante combate, el domingo a última hora o el lunes a primera de la mañana.
No hay comentarios:
Publicar un comentario