Aún recuerdo los anuncios televisivos que, hace unos diez o doce años, pusieron de moda la frase aquella que decía "J. A. S. P.: Jóvenes, aunque sobradamente preparados", y que presentaban a una chica decidiendo lo que iba a hacer ahora que ya era adulta, y a un chico discutiendo con su jefe porque éste no le daba una oportunidad, aún a pesar de que el chaval en cuestión estaba no sólo cualificado, sino sobrecualificado. Estos anuncios, al margen de querer vendernos un coche, reivindicaban la característica de esa generación (y de la siguiente, que es la mía) de ser la "generación más preparada de la Historia de España". Ahora que nos lo hemos creído, la P tiene una nueva lectura: ahora somos "Jóvenes, aunque sobradamente puteados".
Ya podemos tener una carrera universitaria, un master, cursos de perfeccionamiento y de especialización, idiomas, postgrados, doctorados y toda una retahíla de títulos y diplomas que embellezcan nuestro currículum, que, tal como está el patio, nos encontraremos con un número creciente de problemas.
En primer lugar, el trabajo. Cuanto antes nos demos cuenta de lo difícil que es encontrar un curro que se relacione algo con lo que hemos estudiado y encima en nuestra ciudad, menos desilusiones nos llevaremos. Y si lo encontramos, tendremos que enfrentarnos a sueldos bajos (que cobramos mil euros al mes y ya nos parece que estamos cobrando una burrada), precariedad laboral, jornadas interminables... Y claro, tragamos porque no tenemos otra opción, porque sabemos que el trabajo que no hagamos nosotros lo harán otros, puede que hasta por menos dinero, porque tenemos la mala costumbre de comer a diario y de dormir bajo un techo.
Que ésa es otra: La vivienda. El pegadizo eslogan de "¿Qué pasa, qué pasa? Que no tenemos casa" que se cantaba en las recientes manifestaciones tiene cada vez más sentido. Cada vez se construye más, cada vez hay más viviendas vacías... pero cada vez son más caras. Si los sueldos son cada vez más precarios y la mayoría de los españoles están endeudados, ¿cómo puede ser posible esto? Por la especulación urbanística que supone que, debido a las comisiones ilegales, los políticos se enriquezcan (pero los políticos de todos los partidos, aunque algunos, curiosamente del partido al que más casos de corrupción le han descubierto, insistan en que "no todos son iguales"). En este país el poder económico está en manos de los constructores y así nos va. Encima, cuando parece que la subida en los precios de los pisos es algo menor, nos dicen que eso es malo para la economía del país (¿y qué hay de la economía de los que viven en el país?).
Por eso, cuando mis padres insinúan que a ver cuándo me voy de casa, pienso, "¡Qué más quisiera! Pero es que no me dejan".
Ya podemos tener una carrera universitaria, un master, cursos de perfeccionamiento y de especialización, idiomas, postgrados, doctorados y toda una retahíla de títulos y diplomas que embellezcan nuestro currículum, que, tal como está el patio, nos encontraremos con un número creciente de problemas.
En primer lugar, el trabajo. Cuanto antes nos demos cuenta de lo difícil que es encontrar un curro que se relacione algo con lo que hemos estudiado y encima en nuestra ciudad, menos desilusiones nos llevaremos. Y si lo encontramos, tendremos que enfrentarnos a sueldos bajos (que cobramos mil euros al mes y ya nos parece que estamos cobrando una burrada), precariedad laboral, jornadas interminables... Y claro, tragamos porque no tenemos otra opción, porque sabemos que el trabajo que no hagamos nosotros lo harán otros, puede que hasta por menos dinero, porque tenemos la mala costumbre de comer a diario y de dormir bajo un techo.
Que ésa es otra: La vivienda. El pegadizo eslogan de "¿Qué pasa, qué pasa? Que no tenemos casa" que se cantaba en las recientes manifestaciones tiene cada vez más sentido. Cada vez se construye más, cada vez hay más viviendas vacías... pero cada vez son más caras. Si los sueldos son cada vez más precarios y la mayoría de los españoles están endeudados, ¿cómo puede ser posible esto? Por la especulación urbanística que supone que, debido a las comisiones ilegales, los políticos se enriquezcan (pero los políticos de todos los partidos, aunque algunos, curiosamente del partido al que más casos de corrupción le han descubierto, insistan en que "no todos son iguales"). En este país el poder económico está en manos de los constructores y así nos va. Encima, cuando parece que la subida en los precios de los pisos es algo menor, nos dicen que eso es malo para la economía del país (¿y qué hay de la economía de los que viven en el país?).
Por eso, cuando mis padres insinúan que a ver cuándo me voy de casa, pienso, "¡Qué más quisiera! Pero es que no me dejan".
1 comentario:
Hay una corrupción acojonante, y la gente está idiotizada con sus televisores de plasma.
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