viernes, septiembre 14, 2018

En mis tiempos…


No siempre es fácil dar clase. A veces cuesta mucho mantener el orden en el aula. Los chavales no siempre tienen ganas de estar allí, no siempre han recibido la educación necesaria para saber cómo comportarse, a veces los docentes no sabemos manejarlos, todo el mundo puede tener un mal día… Pero lo que me toca las narices es que llegue alguien y me diga que ahora somos unos blandos, que en sus tiempos eran cuarenta en clase y no había problemas.
Y me toca las narices porque en realidad, eso es una verdadera tontería, porque con el paso del tiempo las cosas han cambiado mucho, y ahora la juventud está sometida a una gran cantidad de estímulos, que no teníamos cuando éramos niños y adolescentes, que hacen que las clases se les puedan hacer tediosas. No obstante, tenemos que tener en cuenta que hay una serie de diferencias entre lo que pasa hoy y lo que pasaba en “nuestros tiempos”.
Cuando yo estaba en segundo de BUP éramos cuarenta en clase, es verdad. Todavía recuerdo la cara que se le quedó a mi tutora cuando se enteró de que era la tutora del único grupo de cuarenta estudiantes que había en ese nivel en el instituto. Casi le da un ataque a la pobre porque consideraba que cuarenta estudiantes éramos demasiados.
Sin embargo, ahora las clases son de veinte o veintitantas personas, así que deberían ser más fáciles de controlar, ¿verdad? Pues no, y no solo por la cantidad de estímulos a que están sometidos los estudiantes que les impiden concentrarse, sino también por el hecho de que ahora la educación es obligatoria hasta los dieciséis años y antes lo era solo hasta los catorce.
Eso significa que cuando yo estaba en segundo de BUP, a mis quince o dieciséis años, estaba en clase con otras 39 personas que estaban estudiando un curso que no era obligatorio, así que se suponía que estábamos allí porque nosotros queríamos estudiar o nuestras familias consideraban que debíamos hacerlo. Pero en esa clase no había ni gente que había dejado de estudiar después de los catorce ni nadie que estuviera haciendo estudios de Formación Profesional, que, por cierto, entonces eran los estudios que se creía que eran para la gente que no quería estudiar.
Hoy los chavales de quince o dieciséis años están en cuarto de la ESO, una etapa obligatoria, lo que significa que están todos los chavales de esa edad. Y no todos quieren estar allí. Hay gente que no quiere estar porque se aburre, que no se plantea estudiar más allá de los dieciséis, que prefiere seguir con el negocio de su familia o que tiene otros intereses. Cuando la educación es obligatoria es normal que pase eso y tenemos que ser conscientes de ello.
Precisamente por eso no podemos comparar lo que pasa ahora con lo que pasaba “en nuestros tiempos”, porque muchas de las personas que están hoy en clase “en nuestros tiempos” no lo estarían, y por eso la situación es diferente.
Educación obligatoria en el mundo. Mapa tomado de aquí.

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