Hola a todo el mundo:
Llevo varios días dándole vueltas a una cosa que me pasó con los comentarios de uno de mis últimos textos. La verdad, rara vez he eliminado comentarios en este blog, salvo que fueran spam descarado, porque precisamente son los comentarios los que dan vida a las entradas del blog. (desde mi punto de vista, una entrada sin comentarios es un fracaso porque quiere decir que no ha llegado a suficientes personas). La única vez que había borrado un comentario fue en una antigua crónica de un concierto en la que alguien me ponía a parir porque no estaba de acuerdo con mi opinión sobre los teloneros.
Ahora bien. Que no borre los comentarios no significa que valga todo. Porque resulta que escribir entradas en un blog supone tiempo. A lo mejor no mucho, pero siempre es un tiempo valioso. Y supone un esfuerzo para reflexionar, desarrollar una idea y decidir cómo vamos a plasmarla por escrito. Que, igualmente, puede ser un esfuerzo mayor o menor, pero real. Y precisamente por eso, hay que mantener un mínimo de educación a la hora de criticar o mostrar desacuerdo con lo que se dice en la entrada de blog, para demostrar respeto al autor y, sobre todo, al tiempo y esfuerzo que ha invertido.
Por eso hay que elegir las palabras con mucho cuidado, porque lo que a nosotros nos puede parecer un comentario inocente, a otras personas les puede parecer una ofensa intolerable. Y si resulta que a quien modera los comentarios le parece que una palabra, dicha además desde el anonimato, no debería aparecer y opta por no publicar el comentario (que, por cierto, me parece mucho más honrado que editarlo, opción que también existe), pues creo que no es necesario hacer críticas en las que se incluyan conceptos como "falta de ética (periodística)" o "censura", que también lo leí. Por cierto, que por respeto a los periodistas que conozco y a quienes aprecio, yo jamás me atrevería a aplicarme a mí mismo el concepto de "periodista", ni en este blog, ni en ninguna de mis otras actividades en internet.
Y de todas formas, éste es mi blog, y precisamente lo tengo para decir lo que me apetece, como me apetece, y soltando las barbaridades que me apetece. Y lo que escribo son opiniones, no verdades absolutas, y si no son correctas hay muchas formas de decirlo manteniendo las formas.
Nos vemos.
2 comentarios:
Pablo, totalmente de acuerdo contigo en esta entrada... Hoy día prima, en muchas ocasiones y en muchos lugares y contextos, la falta de educación en las maneras. Y me refiero a "las formas", a esa falta de tacto al decirlas. Mas no sólo eso, sino el no aceptar la opinión de otras personas, personas que tienen otros puntos de vista de las cosas. Creo que se está perdiendo esa cierta "humanidad"... No sé si es por todo lo que nos rodea. Donde lo importante es el "boom", "el pelotazo", y no el esfuerzo; el "listo" ahora no es el honrado, sino el "trapa"... Y con ésto no quiero decir que seamos o pensemos todos así. Un saludo, compañero. Ángeles Martín (y yo me pongo como anónimo porque no sé hacerlo de otra forma, pero siempre dejo constancia de mi nombre cuando hago algún comentario).
Gracias por pasarte por aquí, Ángelees.
Me alegra ver que estamos de acuerdo.
Un saludo.
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