Hola a
todo el mundo:
Al
hilo de lo que escribí ayer, hoy me gustaría hablaros del que yo
creo que es el mayor riesgo que tenemos en vista de cómo está la
situación: de que se desarrolle algún tipo de movimiento populista
que pueda canalizar el descontento de la sociedad, y que pueda llegar
a ser peor que lo que ya tenemos. Que ya sería decir.
Como
bien sabemos, en momentos de crisis se tiende a buscar culpables y a
aceptar soluciones fáciles. Eso ya lo vimos en el ascenso de los
fascismos después del crack de 1929.
Y algo
parecido, salvando las distancias, claro, se vio en las pasadas
elecciones generales, cuando Rajoy ganó con un discurso sencillo,
basado en la idea de que con sólo quitar a Zapatero y ponerlo a él,
la cosa mejoraría. Pero ahora, año y pico después, cuando se está
viendo que la realidad es bastante más complicada de lo que Rajoy
contaba, los recortes y la corrupción están empezando a hacer que
la gente se cabree cada vez más. Y ese cabreo, a su vez, está
derivando en un progresivo desinterés de la sociedad por la cuestión
política, cuando no directamente en un rechazo abierto.
De
forma que estamos en el punto en el que pueden empezar a calar los
discursos populistas verdaderamente peligrosos. Los que se relacionan
con el ascenso de figuras como la de Berlusconi, o con el de partidos
de ideologías tan poco recomendables como el partido Jobbik en
Hungría o Amanecer Dorado en Grecia. Y entonces sí que tendríamos
un problema.
Porque
el riesgo de que pueda aparecer un líder carismático y populista
siempre está presente, sobre todo ahora que internet pone a nuestra
disposición un sinfín de medios de transmitir los mensajes que ese
líder quiera lanzar a la audiencia. Y si ese líder no canaliza a
sus seguidores hacia la solución de los problemas, sino que se
limita a transmitirles ideas sencillas que les convenzan de que la
culpa es un grupo concreto, la situación puede derivar, como ya
hemos visto en Grecia o Hungría, en violencia.
Y no
creo que nadie vea este escenario como una opción agradable.
Estemos
atentos.
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