viernes, octubre 26, 2012

Resultados contradictorios

Hola a todo el mundo.
Como todos sabemos, el domingo fueron las elecciones autonómicas en Galicia y en el País Vasco, que tuvieron unos resultados que no por esperados, son menos dignos de mención.
Resulta que en Galicia, el Partido Popular obtuvo una mayoría absoluta, que pronto interpretaron como la muestra del apoyo a las políticas de recorte y destrucción del Estado del Bienestar que se están llevando a cabo desde el Gobierno central. Pero igual la cosa no fue tan simple.
Porque, a pesar de lo que (no) nos dicen, el Partido Popular perdió más de cien mil votos, que en una Comunidad Autónoma es mucho. La suerte que tuvo Núñez Feijoo fue que el Partido Socialista perdió muchísimos votos, que se repartieron entre la abstención y el resto de partidos de izquierda, permitiendo ese resultado tan abultado del Partido Popular.
Claro, que podríamos aplicar la lógica de Rajoy y apelar a la “mayoría silenciosa”. En este caso, deberíamos recordar que, en realidad, más del setenta por ciento del electorado NO votó al Partido Popular, así que igual el apoyo a las políticas de recorte no es tan evidente.

En el País Vasco pasó algo ciertamente distinto. Los partidos que estaban gobernando, el PSOE y el PP bajaron mucho, quedando el PNV como la fuerza más votada, con Urkullu como lehendakari, y con Bildu como segunda fuerza, lo que da medida de la importancia del voto nacionalista en el País Vasco. Y sin embargo, en este caso el PP no cree que la pérdida de votos se deba a que no se apoya sus políticas nacionales. Curioso, ¿verdad?

Ahora deberíamos reflexionar. Abrir un período en el que intentar asimilar el panorama político en el que nos encontramos, y darnos cuenta de los desafíos a los que nos enfrentamos. Y eso debemos hacerlo los ciudadanos, porque parece que los partidos mayoritarios no van a hacerlo.
Al PP se le pide que sea permeable a las quejas de la calle, y responde con más dureza. Al PSOE que inicie un proceso de refundación, o de transición hacia un nuevo modelo, o de vuelta a la izquierda, y no se da por aludido. Ninguno parece tener una voluntad real de solucionar la situación en la que nos encontramos.
Y mientras ellos se miran el ombligo, el número de parados llega hasta los cinco millones ochocientas mil personas (que en realidad sabemos que son muchas más, porque las que están realizando cursos de formación no se contabilizan como parados), hay quinientos desahucios diarios (algunos con trágicas consecuencias) y las personas cada vez tenemos más miedo al futuro.
Y eso sí que no es aceptable.

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