Muy buenas, colegas:
Como últimamente parece que hay cierto desconocimiento con este tema y quien lo debería explicar no lo hace, voy a intentar explicaros qué es eso de un interino, concretamente uno de los cuerpos de Maestros o Profesores. No en vano, aparte de que estoy metido en el ajo, yo, a diferencia de los que teorizan sobre los interinos en los medios, sé leer.
Nos dicen por ahí que un interino es alguien que no quiso estudiar las oposiciones y que está puesto a dedo. ¡Nada más lejos de la realidad! Más bien todo lo contrario, al menos si hablamos de la enseñanza pública (los que no quisieron estudiar y están a dedo no están precisamente en la pública y por eso nunca serán llamados "interinos").
Un interino (o una interina) sí se presentó a oposiciones, y de hecho, ésa es la primera condición para estar en una lista de interinos. Y lo de la nota, pues sí que puede variar. Puede haberlos que no aprobaron esas oposiciones, por supuesto, pero en ese caso lo compensan con experiencia o formación. Sin embargo, lo más habitual es que hayan aprobado. Fijaos cómo será la cosa, que conozco el caso de una chica que sacó la nota más alta de una oposición pero no sacó la plaza, sino que se quedó de interina (dos años más tarde, en la siguiente convocatoria, sí sacó la plaza). También os podría hablar de un chaval que sacó una nota muy alta y no sólo no sacó la plaza sino que, pese a tener el baremo lleno (incluyendo en dicho baremo una suficiencia investigadora y varias publicaciones científicas) y a ser bilingüe, ni siquiera llegó a trabajar. Es lo que tiene la Educación.
De hecho, tal como está las cosas, cada vez se exige más a los interinos y a los opositores, que deben no sólo estudiar, sino hacer cursos y aprender idiomas, a veces porque están en Comunidades con lengua cooficial, y otras veces (y cada vez más), porque se están implementando programas de educación bilingüe.
Pero lo que nadie cuenta es que, cuando el interino tiene la suerte de trabajar, a ese trabajo debe sumarle las horas de estudio que tiene que seguir dedicando, porque el interino, si quiere seguir siéndolo, debe volver a presentarse a las oposiciones. O sea, que trabaja como un funcionario de carrera, y a la vez estudia como los demás opositores.
Y una última cosa. La situación de la Educación y la manera en la que se realizan las oposiciones y se forman las listas de interinos dependen de decisiones políticas. Sí, sí, decisiones de los mismos políticos que nos critican (criticando al mismo tiempo su propia gestión; si es que los políticos de este país son todo un espectáculo).
Así que, colegas, que no os vendan la moto. Aquí los únicos puestos a dedo y que no quisieron estudiar son los cargos de confianza de los políticos.
Y ésos cobran más que los profesores.
Un abrazo.
Como últimamente parece que hay cierto desconocimiento con este tema y quien lo debería explicar no lo hace, voy a intentar explicaros qué es eso de un interino, concretamente uno de los cuerpos de Maestros o Profesores. No en vano, aparte de que estoy metido en el ajo, yo, a diferencia de los que teorizan sobre los interinos en los medios, sé leer.
Nos dicen por ahí que un interino es alguien que no quiso estudiar las oposiciones y que está puesto a dedo. ¡Nada más lejos de la realidad! Más bien todo lo contrario, al menos si hablamos de la enseñanza pública (los que no quisieron estudiar y están a dedo no están precisamente en la pública y por eso nunca serán llamados "interinos").
Un interino (o una interina) sí se presentó a oposiciones, y de hecho, ésa es la primera condición para estar en una lista de interinos. Y lo de la nota, pues sí que puede variar. Puede haberlos que no aprobaron esas oposiciones, por supuesto, pero en ese caso lo compensan con experiencia o formación. Sin embargo, lo más habitual es que hayan aprobado. Fijaos cómo será la cosa, que conozco el caso de una chica que sacó la nota más alta de una oposición pero no sacó la plaza, sino que se quedó de interina (dos años más tarde, en la siguiente convocatoria, sí sacó la plaza). También os podría hablar de un chaval que sacó una nota muy alta y no sólo no sacó la plaza sino que, pese a tener el baremo lleno (incluyendo en dicho baremo una suficiencia investigadora y varias publicaciones científicas) y a ser bilingüe, ni siquiera llegó a trabajar. Es lo que tiene la Educación.
De hecho, tal como está las cosas, cada vez se exige más a los interinos y a los opositores, que deben no sólo estudiar, sino hacer cursos y aprender idiomas, a veces porque están en Comunidades con lengua cooficial, y otras veces (y cada vez más), porque se están implementando programas de educación bilingüe.
Pero lo que nadie cuenta es que, cuando el interino tiene la suerte de trabajar, a ese trabajo debe sumarle las horas de estudio que tiene que seguir dedicando, porque el interino, si quiere seguir siéndolo, debe volver a presentarse a las oposiciones. O sea, que trabaja como un funcionario de carrera, y a la vez estudia como los demás opositores.
Y una última cosa. La situación de la Educación y la manera en la que se realizan las oposiciones y se forman las listas de interinos dependen de decisiones políticas. Sí, sí, decisiones de los mismos políticos que nos critican (criticando al mismo tiempo su propia gestión; si es que los políticos de este país son todo un espectáculo).
Así que, colegas, que no os vendan la moto. Aquí los únicos puestos a dedo y que no quisieron estudiar son los cargos de confianza de los políticos.
Y ésos cobran más que los profesores.
Un abrazo.
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