viernes, septiembre 02, 2011

¿Quién trabaja menos?

Muy buenas, colegas:
Resulta que ayer me puse de muy mal humor. Una Presidenta de Comunidad Autónoma, ante la posibilidad de que los docentes de su autonomía se puedan poner en huelga para protestar por el aumento de dos horas de carga lectiva, dijo que la mayoría de los habitantes de la Comunidad trabajan más de veinte horas a la semana. Toma demagogia.
Sí, porque, aunque para la gente que no está metida en esto el trabajo de los profesores y maestros se limita única y exclusivamente a dar clase (las "horas lectivas"), en su trabajo hay muchas más labores. Podríamos pensar en las horas de tutoría con los grupos, o de atención a los padres. O podríamos hablar de las horas que se dedican a reuniones de Departamento, claustros, Juntas de Evaluación, reuniones con los orientadores, reuniones de tutores, guardias,... Todas estas actividades suponen bastantes horas más a la semana.
O esas horas de formación obligatoria, que se desarrollan por las tardes, cuando no los sábados.
Y luego, claro, queda comentar esas horas que, robadas al tiempo de ocio, hay que dedicar a corregir exámenes, trabajos y cuadernos, o a preparar las clases del día siguiente.
O sea, que pensar que el trabajo de un profesor se reduce sólo a dar clase es tan estúpido como pensar que el trabajo de un presentador de telediario se desarrolla sólo durante la media hora que duran los informativos. O que el de un político sólo consiste en estar delante de las cámaras.
Fijo que la mayor parte de los trabajadores de esa comunidad trabajan más de veinte horas a la semana, y entre ellos, los docentes. Luego podemos hablar de las horas semanales que trabajan ciertos políticos (¿seguro que todos trabajan cuarenta horas a la semana?).
Si a todo este despropósito le sumamos la reducción de interinos en esa Comunidad, nos encontramos con que va a haber menos trabajadores que tendrán que trabajar más horas. Luego nos dicen que van a crear empleo...
Lo que yo creo es que, en este momento de crisis, en lugar de buscar soluciones, hay quien ha decidido buscar culpables, o mejor dicho, unos chivos expiatorios que carguen con la culpa. Y unos trabajadores que tienen el puesto "asegurado" en tiempos de inestabilidad (y en el caso de los interinos, esto es, como hemos visto, más que discutible), son las perfectas víctimas propiciatorias a las que cargar con las culpas de la crisis.
El mensaje que subyace en las palabras de dicha Presidenta está más que claro: La culpa no es de los políticos o de su gestión, la culpa no es del sistema, ni de nada de eso. La culpa es de los docentes (y ya puestos, de todos los funcionarios, qué carajo), que son malos, vagos, maleantes e insolidarios. Y cuando se tiene un supuesto culpable, los ciudadanos dejan de cuestionar la gestión de los gobernantes y sólo critican a esos supuestos culpables. O sea, que la idea es manipular a los ciudadanos para ponerlos en contra de un colectivo concreto y que no piensen en nada más.
Y así se enfrenta a los ciudadanos contra unos funcionarios a los que ya se rebajó el sueldo.
A mí sólo se me ocurre decir una cosa: ¡¡Qué necesitada está la política de este país de gente con cabeza!!
Nos vemos.

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