lunes, abril 25, 2011

El fin del mundo se acerca

Hola otra vez:
Por fin, después de mucho lío, puedo sentarme a escribir el texto ligerito que pensaba haber escrito durante las vacaciones. A ver qué tal.
Supongo que muchos de vosotros habréis escuchado eso de que el mundo se acaba el año que viene. Sí, concretamente, el día 21 de diciembre de 2012. Espero que nadie haya hecho planes para ese día. Yo, por mi parte (y como yo, varios de vosotros), creo que tengo un "evento" más o menos por esas fechas (con lo que va a costar montarlo, como luego se acabe el mundo ya veréis qué cabreo).
¿Y de dónde sale la peregrina idea de que el mundo va a decir "hasta aquí llegamos"? Pues, según los "expertos", de una profecía maya. ¿De una profecía maya? Pues sí, colegas, eso es lo que dicen, de una profecía maya.
Ahora bien. En realidad, lo de la profecía maya queda muy bonito y muy aparente a la hora de vender paranoias, pero resulta que no existe tal profecía. Lo que sí hicieron los mayas es un calendario que, id vosotros a saber por qué, llega sólo hasta un día que se interpreta que es el 21 de diciembre de 2012.
Podríamos pensar explicaciones más o menos razonables de por qué el calendario termina en esa fecha. O resumirlo simplemente diciendo que el tío que lo estaba haciendo se cansó y lo dejó. Pero, ya que estamos y ya que tengo que ver si os compenso por esas dos semanas que estuve sin escribir, voy inventarme una explicación.
Como bien sabéis, los mayas no es que se extinguieran de un día para otro. Simplemente fue que, de un día para otro y sin que sepamos muy bien por qué, dejaron sus ciudades y se piraron. Entonces, la cosa de dejar el calendario a medio hacer pudo haber sido más o menos como sigue:

Astrólogo Maya 1 (no tengo ni idea de cómo podría ser un nombre maya, así que me ahorro hacer un mal chiste): Puff, nos tenemos que ir de la ciudad y tenemos el calendario a medio hacer. ¿Cómo vas con tu parte? ¿Crees que acabaremos antes de que nos tengamos que ir?
Astrólogo Maya 2: Pues creo que no. El cacique dijo que teníamos que tenerlo todo recogido y listo para irnos a eso de las doce. Y entre recoger y tal, no me dio tiempo a terminar el calendario. ¿Pero qué más da, si con lo que tenemos hecho ya llega hasta dentro de más de mil años?
AM1: Ya, pero es que la idea es hacer tanto como podamos...
AM2: Y con todo el trajín no nos dio tiempo a hacer más, leñe. Que siempre hay que andar con prisas. Que ésa es otra. Ahora les dio por que tenemos que largarnos de aquí. Como si en medio de la selva fuéramos a estar mejor que aquí.
AM1: Algún motivo habrá.
AM2: Sí, tocarnos las narices. Ése es el motivo. ¿O de verdad piensas que va a servir para algo?
AM1: A lo mejor volvemos algún día.
AM2: No sé yo. Entre que el cacique cada vez dice cosas más estúpidas y que nadie le lleva la contraria para no acabar sacrificado a los dioses, ya verás como nos quedamos en medio de la jungla sólo por seguirle la corriente al jefe.
AM1: Pues no sé. Lo que sí sé es que igual era buena idea terminar el calendario.
AM2: Pues yo me niego. Cuando volvamos, lo terminamos. Y si no, pues que le den. Hombre, ya.
Soldado maya, llamando desde fuera: A ver, los astrólogos que vayan saliendo de una puñetera vez, que tenemos el carro en doble fila y hay que ir saliendo, que luego nos pilla todo el atasco.
AM2: Venga, vámonos. Y no quiero volver a oirte hablar del calendario. Si al final, nadie se va a acordar de él nunca más.
AM1: Supongo que tienes razón. No se van a acordar de él ni en mil años.
AM2: Pues eso.

Y si no fue así, pues puede que tampoco fuera muy diferente. O sí, qué se yo. Eso sí, si por un casual el fin del mundo nos pilla por aquí, yo pienso quedarme a ver los créditos. Por eso de enterarme con seguridad de quién lo hizo.
Nos vemos.

1 comentario:

Javier Bayón Iglesias dijo...

Dudo mucho que el mundo se acabe el año que viene, más que nada porque sino se acabo siendo Aznar y Bush presidentes de sus respectivos paises,la verdad es que ya estamos preparados para cualquier cosa.