martes, junio 09, 2009

No me equivocaba

No me equivocaba, maldita sea, no me equivocaba. Al final, mis previsiones del sábado se cumplieron. Las elecciones europeas fueron un descalabro para la izquierda. Y ahora, me gustaría dar mi opinión sobre estas elecciones pero no en clave nacional, porque para eso ya hay políticos, periodistas, tertulianos y radiopredicadores varios. Prefiero hacerlo en clave europea, porque, no en vano, eran unas elecciones europeas:
a) Más de la mitad de los ciudadanos llamados a las urnas no votaron. Eso significa que más de la mitad de la población de la Unión Europea no valora el Parlamento Europeo en su justa medida y no se da cuenta de que es allí donde se cuecen cada vez más cosas que nos afectan. Y es mucho más grave en el caso de España (y más en particular en Asturias), donde estuvimos años recibiendo los Fondos de Cohesión.
b) Los partidos más beneficiados fueron los conservadores, la derecha, los que, con su exacerbada defensa del neoliberalismo extremo nos metieron en esta crisis. Supongo que será con la esperanza de que nos saquen de ella. Aunque, si lo pensamos fríamente, igual no es tan absurdo. En definitiva, son los partidos que más saben de la crisis. A fin de cuentas, la crearon ellos.
c) Si los beneficiados son los partidos que apoyan el neoliberalismo, es de suponer que sus recetas contra la crisis no consistirán en hacer cambios en el sistema, sino ponerle parches para que siga tirando como buenamente se pueda, hasta que vuelva otra vez a explotar. Y entonces, como siempre, que vuelva Papá Estado al rescate. Luego llegará la semana de 65 horas y habrá quejas y crujir de dientes.
d) La corrupción no pasó factura a los que están acusados de ella. De hecho, tanto en Italia como en España, esos partidos crecieron. ¿Estaremos empezando a ver la corrupción como algo normal? ¿Acabaremos por acostumbrarnos a ella e incluso por perdonarla?
e) La izquierda cayó. La socialdemocracia no es vista como una ideología viable en Europa. Eso debería llevarnos a hacernos la pregunta de por qué, cuando se supone que debería crecer y aparecer como una alternativa de cara a afrontar la crisis ante el descalabro en el que nos metió la derecha, no son capaces de presentarse así.
f) Y lo más peligroso: El enorme crecimiento de los partidos de ultraderecha. De momento son sólo treinta diputados en el Parlamento Europeo y su poder es muy limitado. Pero pueden hacer mucho ruido.
Y sobre todo, deberían hacernos pensar en cuál es la Europa que queremos.
Por cierto, ahí os dejo algunas reflexiones de José Saramago que deberían hacernos pensar (es el mismo artículo que recomendaba Pilar en los comentarios de mi texto del sábado).

2 comentarios:

dijo...

Hoy ahorrar es reaccionario. Endeudarse en lo que mola. Y es un acto solidario, como el de consumir, ya que mantiene en marcha la economía. Sobre esta y otras motos habla el libro La economía no existe, el cual he reseñado.Lo mejor que puedes haces la próxima vez, como dice el autor del libro, es decir no, gracias.

Pablo Folgueira Lombardero dijo...

Hola a los dos, y gracias por pasaros por este blog.
Es cierto, nos convencen de que hay que gastar siempre, aunque no tengamos con qué, sin decirnos que, si necesitamos pedir dinero prestado al banco es, precisamente, porque eso en lo que queremos gastarlo está fuera de nuestras posibilidades.
Tenemos que ser conscientes de nuestras posibilidades económicas y actuar en consecuencias, y, lógicamente, gastar sólo lo que podemos.
Un saludo.