Empiezo este texto agradeciendo a mis (escasos) lectores sus amables palabras en los comentarios del texto anterior. Aún así, sé que me lee alguna persona más, pero no escribió (a ver si me voy a tener que mosquear...). Dicho esto, empiezo.
Como bien sabéis, queridos lectores, por fin se conoce la sentencia por los atentados del 11-M. En ella se han dejado claras unas cuantas cosas, y, sobre todo, se ha conseguido por fin quitar la razón a los que hablaban de conspiraciones.
Pero ha sucedido algo realmente curioso: Resulta que ahora, por supuesto, lo de las conspiraciones nunca existió, que quienes decían que las bombas eran de ETA jamás lo dijeron, que los que cuestionaron el trabajo de la policía ahora son miembros del Club de Fans de la Madera y que todos sabían de antemano que los atentados eran cosa de islamistas. Hay que ver qué desagradecidos somos los españoles... Mira que ellos ya sabían que no había sido ETA y vamos nosotros y los sacamos del Gobierno porque pensábamos que nos querían engañar. Si es que...
Bueno, también hay otra cosa que comentar, y es que ésos que nunca apoyaron teorías de la conspiración y que nunca cuestionaron el trabajo de la Policía ahora se enfrentan a una querella interpuesta por el Sindicato Unificado de Policía por difamación y esas cosas. Creo que ahora sería el momento de que muchos de los responsables de esa teoría que nunca existió se plantearan la posibilidad de dejar la vida pública y ser, no sé... porteros de bares de alterne, que es para lo que muchos valdrían si tuvieran lo que hay que tener. Pero, como ya dije una vez, la autocrítica es difícil si creemos que todos los demás son los que están equivocados.
Pero claro, todavía alguien dirá que no se sabe qué estalló en los trenes (por cierto, los peritos no lo dijeron a la ligera, un investigador serio, sea del campo que sea, antes de hablar busca pruebas y es entonces cuando habla) o que lo de Leganés todavía no está claro (como si nunca nadie hubiera aplicado aquello de "no me cogeréis vivo"). Pero eso, ya se sabe, no se relaciona con la teoría de la cospiración.
Y tampoco se relacionará con ella eso que dijo Mariano de que hay que seguir buscando a los "autores intelectuales". Eso me lleva a dos reflexiones. La primera, la postura neocolonial desde la que ese tío habla, ya que insinúa que los islamistas no pudieron ser, seguramente porque, según él, no tendrán capacidad para esas cosas (como si para poner bombas hiciera falta un doctorado en Química o como si los etarras tuvieran todos ellos premios Nobel de Física). La segunda es más bien una pregunta: ¿por qué cuando hay un atentado de ETA no se busca a "autores intelectuales" y cuando son otros sí? ¿Tal vez porque sólo aceptarán la verdad cuando sea la que les conviene?
Pensad en ello.
Pero, afortunadamente siempre queda gente coherente. Ahí tenemos a Aznar manteniendo contra viento y marea sus antiguas mentiras (bienvenidos al pasado). Menos mal que siempre nos quedará él...
Nota: Ilustrando este texto, la viñeta de Forges publicada en El País el día 1 de este mes.
Como bien sabéis, queridos lectores, por fin se conoce la sentencia por los atentados del 11-M. En ella se han dejado claras unas cuantas cosas, y, sobre todo, se ha conseguido por fin quitar la razón a los que hablaban de conspiraciones.
Pero ha sucedido algo realmente curioso: Resulta que ahora, por supuesto, lo de las conspiraciones nunca existió, que quienes decían que las bombas eran de ETA jamás lo dijeron, que los que cuestionaron el trabajo de la policía ahora son miembros del Club de Fans de la Madera y que todos sabían de antemano que los atentados eran cosa de islamistas. Hay que ver qué desagradecidos somos los españoles... Mira que ellos ya sabían que no había sido ETA y vamos nosotros y los sacamos del Gobierno porque pensábamos que nos querían engañar. Si es que...
Bueno, también hay otra cosa que comentar, y es que ésos que nunca apoyaron teorías de la conspiración y que nunca cuestionaron el trabajo de la Policía ahora se enfrentan a una querella interpuesta por el Sindicato Unificado de Policía por difamación y esas cosas. Creo que ahora sería el momento de que muchos de los responsables de esa teoría que nunca existió se plantearan la posibilidad de dejar la vida pública y ser, no sé... porteros de bares de alterne, que es para lo que muchos valdrían si tuvieran lo que hay que tener. Pero, como ya dije una vez, la autocrítica es difícil si creemos que todos los demás son los que están equivocados.
Pero claro, todavía alguien dirá que no se sabe qué estalló en los trenes (por cierto, los peritos no lo dijeron a la ligera, un investigador serio, sea del campo que sea, antes de hablar busca pruebas y es entonces cuando habla) o que lo de Leganés todavía no está claro (como si nunca nadie hubiera aplicado aquello de "no me cogeréis vivo"). Pero eso, ya se sabe, no se relaciona con la teoría de la cospiración.
Y tampoco se relacionará con ella eso que dijo Mariano de que hay que seguir buscando a los "autores intelectuales". Eso me lleva a dos reflexiones. La primera, la postura neocolonial desde la que ese tío habla, ya que insinúa que los islamistas no pudieron ser, seguramente porque, según él, no tendrán capacidad para esas cosas (como si para poner bombas hiciera falta un doctorado en Química o como si los etarras tuvieran todos ellos premios Nobel de Física). La segunda es más bien una pregunta: ¿por qué cuando hay un atentado de ETA no se busca a "autores intelectuales" y cuando son otros sí? ¿Tal vez porque sólo aceptarán la verdad cuando sea la que les conviene?
Pensad en ello.
Pero, afortunadamente siempre queda gente coherente. Ahí tenemos a Aznar manteniendo contra viento y marea sus antiguas mentiras (bienvenidos al pasado). Menos mal que siempre nos quedará él...
Nota: Ilustrando este texto, la viñeta de Forges publicada en El País el día 1 de este mes.
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