Hola a todo el
mundo:
El otro día estuve
escuchando parte de la entrevista que le hicieron al que los medios
llaman “El pequeño Nicolás”. Y, al margen de lo delirante de
todo lo que dijo, empecé a pensar en el poder que los medios de
comunicación tienen a la hora de encumbrar a gente así.
Pensemos un poco en
esto. Estamos viendo que cada día tienen más éxito programas de
cotilleo, realitiy shows y demás, en los que lo único que importa
es que aparezcan personajes a los que los medios van a dar una
relevancia muy grande, haciendo que entren en las casas de los
telespectadores a casi cualquier hora del día, hasta convertirlos
casi en “parte de su familia”, como en el caso de Belén Esteban.
Y con el pequeño Nicolás va a terminar pasando lo mismo. Con
entrevistas como las que le hicieron en Telecinco y en El Mundo se le
está empezando a presentar como un personaje más de la prensa
amarilla, un personaje al que, de nuevo, no se le conoce ninguna
actividad que justifique esa relevancia (casi omnipresencia)
mediática.
Estos personajes no
son sino una creación de los medios de comunicación, que deciden a
quién dan presencia en las parrillas televisivas o en las páginas
de los periódicos. Y la presencia de esos personajes no tiene otra
explicación más allá de su utilidad a la hora de desviar la
atención de cuestiones verdaderamente importantes.
Así, los medios de
comunicación sirven para crear unos contenidos que nos distraen de
los problemas verdaderamente importantes de la sociedad, porque el
tiempo que estamos hablando de Belén Esteban o de Francisco Nicolás
no lo dedicamos a hablar de la corrupción o de los datos de
desempleo.
Y los medios son,
así, más poderosos por lo que callan que por lo que dicen.
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