viernes, marzo 28, 2014

Para cabrearse (mucho)

Hola a todo el mundo:
Supongo que ya habréis escuchado eso de que se ha cambiado el nombre del Aeropuerto de Barajas por el de Adolfo Suárez, como homenaje al primer presidente de la democracia. Y también que le va a tocar al Estado (o sea, a nosotros), pagar para que se rescate a las autopistas de peaje. Y no sé a vosotros, pero a mí me parece mal.
Sobre lo del nombre al aeropuerto, por dos motivos. Uno, porque es una medida que no es más que un mero golpe de efecto. Ahora que se ha muerto, a todo el mundo le cae bien Adolfo Suárez, incluso a aquellos que lo insultaban. Pero, la verdad, ponerle su nombre a un aeropuerto no es la mejor forma de homenajearlo, porque supondría un gastar un dinero que sería mucho mejor dedicar a otras cosas. Por ejemplo, a la investigación contra el Alzheimer, que sí sería un buen homenaje.
Luego está lo del rescate de las autopistas de peaje, que, como siempre, supone que papá Estado (o sea, nosotros) tenga que hacerse cargo de los negocios ruinosos de las grandes empresas.
Y todos estos grandes gastos inútiles nos los comunican la misma semana en la que hemos sabido que España es, según un informe de Cáritas, el segundo país de la Unión Europea en pobreza infantil, sólo superado por Rumanía.
¿Es para cabrearse o no?

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