martes, febrero 25, 2014

Golpe de Estado en la tele

Hola a todo el mundo:
Tal vez hoy debería hablar de la falsa entrega de armas de ETA. O al menos, eso sería lo esperable en un blog como este. Sin embargo, hoy me apetece más hablar de otra cosa: del programa de Jordi Évole del domingo.
Supongo que a estas alturas no hace falta que os cuenta de qué iba. Era una ficción en la que se presentaba el golpe de Estado del 23-F como si hubiera sido una enorme farsa en la que estaban implicados políticos, periodistas, militares e incluso un cineasta como Garci que habría sido el encargado de planificar toda la dramatización. Pero al final de este programa, a diferencia de muchos otros de la televisión actual, se nos dijo que todo lo que acabábamos de ver había sido mentira.
Después de ese programa, ayer pudimos escuchar y leer un montón de opiniones, a favor y en contra del programa. Mucha gente lo alabó como un ejemplo de televisión dirigida a un público maduro que vive en un país con una democracia muy consolidada. Pero también mucha gente lo criticó.
¿Sabéis? Yo creo que esa gente no lo criticó sólo porque sembrara dudas sobre un episodio muy importante de nuestra Historia reciente, o ni siquiera por su carácter de engaño. Sino porque con él se demostró lo fácil que es engañarnos, porque nos hizo preguntarnos cuántas veces nos habrán engañado antes y no nos lo dijeron al final. Y, sobre todo, porque al abrirnos los ojos, ahora nos insta a estar atentos, a aplicar el sentido crítico y a reflexionar sobre todo lo que escuchemos.
Y eso, a veces, puede doler.

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