domingo, diciembre 15, 2013

Polémicas innecesarias

Hola a todo el mundo:
Resulta que estos días hemos conocido por fin la fecha de la consulta sobre la independencia de Cataluña y las preguntas que se van a hacer en ella. Será el próximo nueve de noviembre, y las preguntas que se van a hacer son si quieren que Cataluña sea un Estado y, en caso afirmativo, si se quiere que ese Estado sea independiente.
Y, claro, entonces, pues se inició la polémica. Que si es algo inconstitucional, que si no se puede permitir, que si esto, que si lo otro, que si lo de más allá… Total, una movida ideal para atragantarnos los turrones.
Y qué queréis que os diga, yo creo que la cosa habría que enfocarla con un poco más de calma. En primer lugar, porque la pregunta es parcial y, de tan parcial que es, es falaz. Porque no se debería preguntar si se quiere que Cataluña sea independiente o no. Lo que habría que preguntar es si se quiere que Cataluña sea independiente aun sabiendo que esa independencia implicaría salir de la Unión Europea y del euro, que es lo que no se dice, porque Mas y compañía están hablando de una Cataluña dentro de la Unión Europea, sin hacer caso a las declaraciones que se están haciendo desde la Unión, en las que se les recuerda que, si salieran de España, saldrían también de ella. Y no hacen caso porque saben que esa aclaración supondría que mucha menos gente diría que sí.
Como ya dije en otro texto anterior, a mí no me parece mal que la consulta se celebrase, porque, sabiendo la base social que tiene el independentismo, sabríamos también como actuar para responder a esa realidad.
Sin embargo, en este caso, casi me da la sensación de que toda esta polémica se monta para distraernos de lo que de verdad importa. Porque tanto los partidos que abogan por el independentismo (en su Comunidad) como el Gobierno de España (en todo el país) están llevando a cabo unos recortes salvajes y suicidas que están haciendo que la ciudadanía cada vez esté más descontenta. Y así, unos envolviéndose en banderas y aglutinando el independentismo, y otros fomentando el odio a los catalanes, conseguirán que olvidemos, al menos hasta el día nueve de noviembre, que las cosas están muy lejos de mejorar.
A lo mejor les está saliendo sin querer, pero es la sensación que me da a veces…

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