Muy buenas, queridos lectores:
Este año, desgraciadamente, no leí tanto como me hubiera gustado. Resulta que era verdad eso de que para leer hace falta tiempo, y yo tuve poco. Pero con todo, conseguí echar mano de varias decenas de ellos. Algunos los leía por vez primera, como varios de Paul Auster, y alguno de Steinbeck o de Kafka, y otros los releí, pero en inglés, como El hobbit o El retrato de Dorian Gray.
De entre todos ellos, me ha costado mucho decidirme. Durante buena parte del año, decidí que el libro que más me había gustado era Las uvas de la ira, de Steinbeck, un libro duro sobre la supervivencia en épocas de crisis, muy apropiado, salvando las distancias, para la situación actual. Sin embargo, el otro día cayó en mis garras La metamorfosis, de Kafka, muy original, y corto, tanto que en un par de ratos muertos me lo terminé. Me encantó por la sencillez de la narración, que sirve para que una historia extraña y grotesca nos parezca lo más normal del mundo, y también por las distintas lecturas que se pueden extraer del relato.
Por eso, este año no tiene un ganador, sino dos: Las uvas de la ira y La metamorfosis.
Disfrutadlos.
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