lunes, agosto 03, 2009

Ella no es lo que pensáis

Los dos amigos salieron del bar un tanto achispados porque habían tomado varias cervezas cada uno. Entonces, el de menor estatura dijo al otro:

- Esa camarera nos tiene calados.

- ¿A qué te refieres?

- No estoy seguro. Simplemente creo que sabe o cree saber cosas de nosotros.

- No tiene sentido, no nos conoce.

- Lo sé, pero es algo que siento, llámalo una corazonada o lo que quieras, pero creo que… no sé, que ve a través de nosotros.

- ¿Y eso es bueno o es malo?

El que había empezado a hablar se quedó callado, pensando. ¿Es bueno o malo que esa chica pueda saber algo de ellos sólo fijándose en cómo se dirigen a ella cuando les sirve? No puede ser malo. A fin de cuentas, ellos no tienen ninguna mala intención, ni nada que ocultar.

Se fueron de allí en silencio, sin saber que, justo en ese mismo momento, en la mente de una camarera tan atractiva como inteligente se desarrollaban las ideas siguientes:

“Soy guapa y lo sé. Y aunque no lo supiera, la manera en la que me tratan los babosos que tengo que aguantar ocho horas al día me serviría para saberlo. Pero estos dos chavales son distintos. Distintos a esta pandilla de fracasados que pueblan la barra y distintos entre ellos, aunque no tanto como les gustaría.

El más alto cuida su aspecto, pero no quiere que se note, y por eso se sirve de una estudiada y falsa apariencia de intelectual bohemio. Seguro que otras circunstancias se pondrá trajes muy elegantes. El otro cuida más su aspecto, pero de otra forma, buscando una imagen más desenfadada aunque cuidando los detalles.

Sus conversaciones son intelectuales, pero parece que no quieren que se note, y su manera de sentarse, en el lugar más alejado y con uno de ellos de espaldas a la barra, parece algo estudiada, como si quisieran diferenciarse del resto de la fauna de este bar.

Y claro que son distintos. Si lo sabré yo, que no soy sólo lo que los tíos de la barra piensan.”

2 comentarios:

Anónimo dijo...

Juas, juas, ese intelectual bohemio, esa camarera estupenda y resalada del barrio, esos dos chavales de conversacion culta... me encantaria que ella leyera esto.
Un abrazo
Pedro

Pablo Folgueira Lombardero dijo...

Espero que no, jeje.