viernes, junio 19, 2009

Misterio desvelado

Queridos lectores:
Hoy os dejo aquí mi último relatillo. Se trata de uno que elaboré para un concurso que, evidentemente, no gané (anda que para una vez que no escribo sobre asesinatos, pactos con el diablo, traficantes ni canibalismo...). Por cierto, que precisamente al no ganarlo no tengo que hacer el viaje del que había hablado con una de vosotros. El tema era libre, pero había que hacer alguna mención a la radio (porque lo organizaba un programa de radio), a las bibliotecas (porque lo patrocinaba la Biblioteca Nacional) y a la Astronomía (porque estamos en el Año Internacional de la Astronomía). Que llegados a este punto diréis, igual que lo dije yo, "Vaya tema libre de mis coj...". Bueno, que ahí va:

- ¡Doctor Erin! ¡Doctor Erin! - dijo el joven Ramst, excitado, entrando en la inmensa biblioteca del Instituto de Investigación Astrofísica en busca de su director de tesis -. Por fin he terminado de traducir la última transmisión de radio.
La cara del anciano doctor Erin se iluminó al escuchar que por fin su dicípulo había logrado descifrar las misteriosas ondas de radio que, desde hacía décadas, llegaban de un lejano planeta situado al otro extremo del Universo, y que ningún científico había sido capaz de identificar todavía.
Erin recordó que él mismo había intentado descifrarlas años atrás, pero había tenido que dejarlo por imposible. Ahora, el viejo profesor miraba a Ramst con esa mezcla de orgullo y envidia con la que miran los maestros cuando son conscientes de que sus alumnos los superan.
- ¿Y ha llegado ya a alguna conclusión sobre esas transmisiones? - preguntó.
- Creo que sí. - repuso el joven.
Ramst, intentando recuperar el aliento, apoyó su mano izquierda en una estantería repleta de libros de Astronomía, combando uno de sus anaqueles un poco más. Rápidamente, volvió a erguirse y rebuscó entre los papeles que llevaba en la derecha y, cuando hubo encontrado el dato que buscaba, tomó aire antes de comunicar a su maestro su descubrimiento más interesante.
- Se trata de transmisiones en varios idiomas diferentes, pero todas proceden del mismo punto de la Vía Láctea. Parecen programas radiofónicos de noticias - parpadeó rápidamente justo antes de añadir -. Por lo que he podido traducir, en las transmisiones en las que se menciona el nombre del planeta del que proceden, se refieren a él - volvió a tomar aire - como la Tierra.

7 comentarios:

Anónimo dijo...

Lindo relato, aunque se hace un poquito corto. Me recuerda a Borges (esos ancianos y sus bibliotecas infinitas). Los directores de tesis también pueden ser personas entrañables.
Un abrazo.
Pedro.

Pablo Folgueira Lombardero dijo...

Hola, Pedro.
Gracias por tus palabras.
Lo de que sea corto se debe a algo muy sencillo: resulta que había un límite de 300 palabras. El primer borrador solucionaba toda la trama con menos de doscientas, así que luego me dediqué a añadir cosas para que quedara más logrado, pero sin añadir nada a la trama en sí misma.
Lo de que los directores de tesis pueden ser entrañables, no sé... igual discrepo un poco, jeje.
Un abrazo.

dijo...

muy bien, hay que hacer justicia a los directores de tesis.

Rukia dijo...

Me gusta^^. Sencillo y nada pesado, parece mentira, pero hay veces que incluso menos de 300 palabras se hacen pesadas, en tu caso no, felicidades!

Pablo Folgueira Lombardero dijo...

Hola a los dos:
Que yo hiciera justicia a los directores de tesis (tesina en mi caso) igual implicaba hacer cosas ilegales, jeje, así que mejor lo dejamos.
Rukia, muchas gracias por tus palabras.
Un saludo.

Irène dijo...

Por un momento me recordó a "Contact" o "Frequency" que me encantan por su temática del adelante o hacia atrás en el tiempo, o en otra vía del tiempo y el espacio.
Enhorabuena, eres un buen narrador.

Pablo Folgueira Lombardero dijo...

Muchas gracias, Iréne.
Un saludo.