Después de que mi blog sufriera censura por vez primera en su historia, vuelvo a la acción.
El otro día escuché por la tele una notica un poco tonta pero que me llamó la atención: Parece ser que a partir de la próxima temporada, los futbolistas y entrenadores que vayan a trabajar a equipos ingleses van a tener que aprender inglés. Los periodistas (de Cuatro o de La Sexta, no lo recuerdo bien) decían que si eso se hiciera aquí, las cosas serían muy distintas.
Porque aquí un futbolista puede perfectamente no saber ni una palabra de español. Y cobrar una millonada, claro. Y todo el mundo lo ve normal.
Cuando yo escuché la noticia recordé que para hacer cualquier otro trabajo, por simple sentido común, hay que saber español. Y si encima es en una Comunidad Autónoma con idioma propio, pues hay que aprender otro idioma más.
Todos sabéis ya mi postura sobre los futbolistas y su maravillosa vida, así que voy a dejar las reflexiones aquí y que cada uno las continúe, no vaya a ser que diga alguna impertinencia.
Pero lo de los idiomas tiene otra lectura. Ayer comentaba con algunos de vosotros tomando unas cervezas que ahora es muy habitual que un chaval llegue a la Universidad poniendo faltas de ortografía. Entonces me indigné, rediós. Me acuerdo cuando aquellas maestras del colegio que nos hacían copiar doscientas veces cada palabra que escribíamos mal, y recuerdo que gracias a ellas la última tilde que se me fue de manera consciente fue cuando tenía diez años (hubo otra con dieciocho, pero ésa fue un despiste, igual que habrá muchos en este blog).
Y ahora seguro que si decimos a los chavales de Segundo de Bachillerato (o incluso de la Universidad) que no los aprobamos por las faltas, nos buscamos la ruina.
Luego nos quejaremos.
El otro día escuché por la tele una notica un poco tonta pero que me llamó la atención: Parece ser que a partir de la próxima temporada, los futbolistas y entrenadores que vayan a trabajar a equipos ingleses van a tener que aprender inglés. Los periodistas (de Cuatro o de La Sexta, no lo recuerdo bien) decían que si eso se hiciera aquí, las cosas serían muy distintas.
Porque aquí un futbolista puede perfectamente no saber ni una palabra de español. Y cobrar una millonada, claro. Y todo el mundo lo ve normal.
Cuando yo escuché la noticia recordé que para hacer cualquier otro trabajo, por simple sentido común, hay que saber español. Y si encima es en una Comunidad Autónoma con idioma propio, pues hay que aprender otro idioma más.
Todos sabéis ya mi postura sobre los futbolistas y su maravillosa vida, así que voy a dejar las reflexiones aquí y que cada uno las continúe, no vaya a ser que diga alguna impertinencia.
Pero lo de los idiomas tiene otra lectura. Ayer comentaba con algunos de vosotros tomando unas cervezas que ahora es muy habitual que un chaval llegue a la Universidad poniendo faltas de ortografía. Entonces me indigné, rediós. Me acuerdo cuando aquellas maestras del colegio que nos hacían copiar doscientas veces cada palabra que escribíamos mal, y recuerdo que gracias a ellas la última tilde que se me fue de manera consciente fue cuando tenía diez años (hubo otra con dieciocho, pero ésa fue un despiste, igual que habrá muchos en este blog).
Y ahora seguro que si decimos a los chavales de Segundo de Bachillerato (o incluso de la Universidad) que no los aprobamos por las faltas, nos buscamos la ruina.
Luego nos quejaremos.
4 comentarios:
Hola
Pablo, yo también oí la "noticia"
No sé en qué va a quedar ésto, pero la verdad es que me parece una bobada.
Lo que de verdad debemos de tener en cuenta , no es si un futbolista sabe el idioma o no, lo que no debemos olvidar es que es un FUTBOLISTA, sólo un tío que juega a darle patadas a un balón. Con más maña, más arte o más puntería unos que otros, pero sólo un jugador
La verdadera tristeza es cuando en los telediarios ( que sí pagamos todos), en los debates llamados culturales,o en presentaciones de noticias, sale alguien que dice tener un título universitario (que sí casi pagamos todos)y no sepa expresarse, que diga frases como:
"ha quedao en tercero lugar", ha jugao bien, se ha quema toda la casa, y perlas así.
Éso sí que es penoso, no el que un jugador, que lo que tiene que hacer es darle patadas a un balón, sepa hablar en Castellano o cualquier otro idioma.
No estamos hablando de opositores,de profesores de educación, estamos hablando de jugadores con contratos cortos y que por sistema cambian de empresa cada año poco más o menos
En cuanto a lo que dices que los chavales de hoy, los más chavales ( tú eres un chaval) comenten más faltas de ortografía de las consideradas aceptables es otra de las muchas manifestaciones del bajo nivel académico que se exige , que se imparte, que se adquiere hoy en día.
También hay chavales que se expresan divinamente, que saben contar lo que piensan, que tienen una gran inventiva y la saben exponer.
Sólo hay que leer tu blog.
Venga niño, un biquiño desde Coruña.
Diana.
La verdad es que la noticia de que van a obligar a los futbolistas a aprender el idioma no deja de ser una anécdota, no va más allá. Pero lo que yo quería decir (y ya dije en algún texto anterior) es que lo que debería ser normal para cualquier trabajador (conocer el idioma del sitio en el que están), para los futbolistas no lo es, porque a ellos se les considera de otra manera.
Y sobre lo de las faltas de ortografía, como les decía ayer a los colegas con los que estaba, si yo fuera profesor de la Universidad, lo primero que diría a mis alumnos es que si ponen faltas de ortografía, se vayan mentalizando a suspender (y lo que me fastidia es que eso no lo puedo decir en el instituto).
Un beso.
Yo lo tengo claro, cuando sea profesora... 0'25 menos por falta de ortografia y adaptacion curricular al canto para los más reincididentes: DICTADOS jejejeje
Es broma. Pero yo tampoco puedo con las faltas de ortografía, es que me puedennnnn...grr
Estoy haciendo un repaso a tu blog, se nota? :DDD Tienes reflexiones curiosas, y lo mejor, breves y concisas, que el tiempo no sobra!
Agradezco que vayas leyendo mis textos, siempre es un placer recibir nuevos lectores.
Besos.
Y lo de penalizar las faltas yo también lo pensé, pero no sé si nos dejarán hacerlo...
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