Hola a todo el
mundo:
Todos los que me concoen saben que me gusta mucho la música, y también que, de entre los
grupos españoles (y asturianos) uno de mis favoritos es Avalanch. En este mismo
blog podéis leer las crónicas de varios conciertos suyos (seis, creo recordar),
e incluso alguna reseña breve de un disco suyo. Pero además, como redactor de
MetalCry he podido entrevistar a Alberto Rionda en dos ocasiones (una de ellas
fue en persona y fue muy interesante) y cubrir tres conciertos de Alquimia, su
nuevo proyecto. A todo esto, se suma que el año pasado estuve en una
masterclass de Rionda, que acabo de ver al grupo abriendo para los Scorpions en
Torrelavega y que, también para MetalCry, hice una crítica de su disco El Ángel Caído como clásico.
Sin embargo, hoy
no me apetece hablar de nada de esto, sino de la nueva versión que el grupo ha
publicado de El Ángel Caído este mismo año, de la que por cierto, mi compañero
Quim Heras realizó una crítica muy currada para MetalCry.
Vaya por delante
que me gusta mucho la música de Avalanch y también la capacidad de Rionda para
rodearse de grandes músicos, de modo que no es muy raro que diga que el disco
me gustó. Pero eso sí, con matices.
La versión
original de El Ángel Caído, como dije en MetalCry, me pareció uno de los
mejores discos de 2001, uno de los mejores álbumes del Metal español y, por
supuesto asturiano, y es uno de mis discos favoritos. Precisamente por eso, me
parecía que si Alberto Rionda había reclutado a nuevos músicos para Avalanch
(tan grandes que le ha añadido la coletilla de All Star Band a este nuevo
proyecto), lo mejor sería grabar temas nuevos, y por eso no me acababa de
convencer que regrabasen un disco antiguo. Sin embargo, decidí dar un voto de
confianza, colaborar en el crowfunding y esperarme lo mejor de un proyecto en
el que había grandes músicos involucrados. Cuando lo recibí, me acerqué a él
con ilusión y con mucha expectación.
Me puse a
escucharlo y, como os podéis imaginar, me encontré a un Alberto magistral, a un
Jorge Salán que es de lo mejor que se puede escuchar en nuestro país, a un Mike
Terrana que es una auténtica apisonadora, a un Magnus Rosen que toca de manera
brutal, a un José Paz que no se lucía demasiado (y que acaba de ser sustituido
por Manuel Ramil), y, desgraciadamente, a un Israel Ramos que pone lo mejor de
sí mismo, pero que, desde mi punto de vista, pierde en la comparación con
Víctor García.
No me entendáis
mal. El disco está muy bien, los músicos son muy buenos y el sonido es mucho
más actual y muy correcto. Pero solo eso. Le falta la magia de la versión original.
Le falta “verdad” en algunos momentos, como en “Xana” o en “Corazón negro”, que
parecen interpretados sin el sentimiento necesario. Sigo emocionándome con
canciones como “Levántate y anda” o “Tierra de nadie”, pero también siento que
les falta algo.
En el disco se
incluyen dos bonus tracks, que son otro clásico del grupo, “Torquemada”, que
suena muy bien, pero algo carente de garra, y “Crisálida”, una canción nueva
que nos da idea de por dónde pueden ir los tiros en sus próximos lanzamientos. En
este caso se trata de una canción que recuerda mucho a las que el grupo grabó
con Ramón Lage a la voz, y de hecho, como pude ver no hace tanto en
Torrelavega, estas canciones son las que mejor canta Isra, frente a otras como
las de El Ángel Caído, que, aunque él lo da todo, no terminan de quedar tan
bien como nos gustaría.
No obstante,
prefiero esperar a que el grupo grabe un disco compuesto solamente por canciones nuevas para
pronunciarme sobre esta nueva versión de Avalanch.
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