Hola a
todo el mundo:
Anoche,
en la Sala Acapulco del Casino tuvimos la ocasión de disfrutar de un
concierto de Saratoga, en primero en Gijón en casi cinco años,
dentro de la gira de presentación de su último disco, Némesis,
que es ya el tercero de esta formación de la banda.
Con
algo de retraso, a eso de las diez y cuarto, Niko del Hierro y sus
compañeros se subieron al escenario para empezar la descarga con
“Juicio final”, ante un público no muy numeroso pero entregado.
Continuaron con “Dueño del aire”, “A morir” (primer
acercamiento a la etapa anterior del grupo y primera vez que el
guitarrista Tony Hernando cambia los solos que había compuesto Jero Ramiro; a ver si me voy a tener que mosquear…) y “Contigo, sin
ti”.
El
grupo se ve muy suelto en el escenario, con un Tete Novoa cada vez
más cómodo en su labor de cantante, con un Andy C. genial a la
batería y con un Tony Hernando que demuestra sobradamente su calidad
a las seis cuerdas; no en vano, se había ganado por méritos propios
el derecho a tener una entrada a su nombre en el Diccionario de
Heavy Metal Latino. Mención aparte merece el bajista, Niko del
Hierro, único músico original que queda en la banda, que se muestra
durante toda la actuación sonriente y bromista con sus compañeros,
contrastando claramente con lo que habíamos visto en giras como la
de Tierra de lobos.
Sigue
la noche con temas como “Revolución” y con una “Mi ciudad”
que sonó demasiado pronto.
El
sonido de la Sala Acapulco no era esa noche tan limpio como otras
veces, haciendo en ocasiones que resultase difícil entender las
voces de Tete. No obstante, el grupo siguió dando caña con
canciones como "Sigues estando (en mi vida)", "Luna llena", "Hasta el día más oscuro", "La última frontera", “Las puertas de cielo”, “Perro traidor” o
“Ángel de barro”, que fue la elegida para cerrar antes de los
bises. Es interesante comentar que esta vez, Andy no tocó los teclados durante el concierto, sino que se centró sólo en su papel de batería, "disparando" las partes de teclado desde su ordenador.
No
tardaron en volver a subirse a las tablas con tres temas
imprescindibles, que fueron los recientes “No sufriré jamás por
ti” y “El planeta se apaga”, y para terminar la inevitable
“Vientos de guerra”. Al bajarse del escenario, una de las púas
de Tony acabó en mi bolsillo.
En
resumen, un concierto que no fue demasiado largo (no llegó a las dos
horas), pero que fue intenso y vibrante, con un grupo entregado y con
un público que lo dio todo, aunque tal vez mereciera alguna canción
más (dejar fuera “Maldito corazón” o “Con mano izquierda”
me parece una chapuza enorme; ¿sería por falta de visión del grupo, o por falta de voz de Tete?).
En
conclusión: una buena forma de empezar la noche del sábado.
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