Acabo
de terminar una de mis lecturas “ligeras” de verano. Se trata de
un libro en inglés sobre mis amados Guns n’ Roses, lo escribió
Stephen Davis, se titula Watch you bleed. The saga of Guns n’
Roses, y lo editó Penguin en 2008 (no sé si hay edición en
castellano).
Es un
libro muy interesante, incluso divertido en algunos momentos, que nos
cuenta la historia de este grupo, haciendo especial hincapié en su
ascenso a la fama gracias a ese genial, a la par que controvertido, Appetite for destuction, y usando como hilo conductor la
figura de Bill Bailey, el que pasaría a la Historia de la música
como W. Axl Rose, o sea, como el cantante de los Guns.
A
través de las más de cuatrocientas páginas de este libro viajamos
por los primeros momentos del grupo, cómo se van uniendo los cinco
músicos que darían luz al Appetite, y cómo desde ese inicio
se produce la evolución del grupo, que ha acabado derivando en algo
que poco tiene que ver con lo que se vio en los ochenta (la etapa a
la que presta más atención, por cierto).
De la
lectura de este libro me surgieron dos ideas. La primera, lo claro
que queda que las drogas primero y, sobre todo, el ego desmedido de
Axl después fueron las que acabaron con el grupo tal y como se había
concebido en un principio. Y la segunda, que lo mucho que se pensaron
el disco que siguió al Appetite (el Use your illusion)
hizo que los Guns parecieran fuera del momento en el que vivían e
incluso anquilosados, porque no olvidemos que cuando salió el
Illusion, la música más de moda era el Grunge, que
poco tenía que ver con el sonido de los Guns, y lo mismo sucede con
la manera en la que se planteó la gira siguiente, que con toda su
espectacularidad resultaba ajena a lo habitual en ese momento. Esa
imagen de grupo fuera de su tiempo es algo que ya seguirían teniendo
durante los años siguientes y casi hasta la actualidad.
Con un
estilo claro, cercano y no exento a veces de cierta mala leche (eso
de llamar a los actuales Guns “La mejor banda de homenaje a Guns n’
Roses del mundo” en el último capítulo es un ejemplo), el autor
nos cuenta claramente cuáles fueron los hitos en la historia del
grupo y cómo cada uno de esos hitos tuvo consecuencias que afectaron
al posterior devenir de la banda. Sin embargo, si bien Davis
demuestra un profundo conocimiento de la música norteamericana,
sobre todo de la de los años ochenta, su conocimiento de la música
europea es más limitado (¿cómo puede decir que Helloween son el
clon alemán de Kiss? ¿Es que está sordo? Y lo que es peor, ¿está
ciego?).
Con
todo, es una lectura muy recomendable para todos los que queráis
conocer cómo se forjó uno de los grupos más influyentes de la
Historia del Rock, cómo la confluencia de cinco tipos malencarados que ningún padre querría como novio para su hija, pero que estaban en
el lugar apropiado en el momento adecuado sirvió para que se grabara
uno de los mejores discos de las últimas décadas, y también cómo
se puede mandar al traste todo esto con sólo dejar que el ego sea el
que domine la evolución del grupo.
Por
cierto, para los que sois de Gijón: el libro volverá a estar en la
Biblioteca Jovellanos durante la próxima semana, cuando yo lo
devuelva.
Nos
vemos.
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