sábado, septiembre 08, 2012

Reflexiones sobre el derecho a la intimidad

Muy buenas, queridos lectores:
Supongo que a estas alturas de la semana ya sabréis que a Olvido Hormigos, una concejala que le quiso hacer un regalo especial a un "amigo" en forma de vídeo erótico, fue pirateada por algún indeseable que hizo circular el vídeo entre la concurrencia.
Pero entonces se montó la polémica. Que si tendría que dimitir, que si no dimite porque no cometió ningún delito, que si vaya descuidada, que si a quién se le ocurre…
Y qué queréis que os diga. Yo creo que no tiene por qué dimitir, porque si alguien cometió un delito, fue la persona que difundió el vídeo, pasándose por el forro el derecho a la intimidad de Olvido y buscando, claramente, hacerle daño. Si al final ella hubiera dimitido, hubiera reconocido tácitamente qué había hecho algo malo.
Hombre, podríamos entrar a debatir si es moral o no que haga ese tipo de cosas o que las haga para un tipo que no es su marido, pero no estamos hablando de eso. Estamos hablando de que hay gente muy mala que utiliza ese tipo de material sensible para hacer daño. Que subir el vídeo a internet fue algo hecho con muy mala idea. Y, luego, que el hecho de que unos energúmenos fueran al pleno del Ayuntamiento a insultar a la conceja fue algo que se hizo con una idea todavía peor.
En un país en el que políticos imputados no dimiten ni a tiros, en el que otros se permiten el lujo de insultar a los parados o amenazar de muerte a arquitectos, o en el que banqueros ladrones fundan partidos, que una persona adulta se masturbe es lo que menos importante me parece.
Nos vemos. 
P. D.: En realidad este texto pensaba colgarlo hace dos días, pero primero no tuve tiempo, y después no tuve acceso a internet, así que igual ha perdido algo de frescura y de novedad.


No hay comentarios: