Hola a todo el mundo:
Supongo
que sabéis que hay un profesor español nominado al Global Teacher Prize, el que
está considerado como el premio Nobel de la educación. Se trata de David Calle,
un profesor cuya labor se centra en realizar vídeos en internet en los que
explica conceptos de Matemáticas, Física, Química y Tecnología.
Desde
luego, soy consciente del trabajo que supone hacer vídeos para internet (yo
mismo quise hacerlos y lo dejé por el trabajo que suponía) y la labor tan
enorme que supone explicar conceptos tan complejos de forma clara y concisa, y
sólo por eso ya me parece que es una persona digna de respeto e incluso de
cierta admiración como profesional. Sin embargo, no estoy seguro de que estemos
hablando de un profesor al uso.
¿Por
qué digo esto? Pues porque, aunque lo más conocido y llamativo de la labor
docente es precisamente la parte de explicar, la labor de un profesor incluye
mucho más que eso. Supone hacer adaptaciones curriculares, buscar actividades
para motivar a alumnos que no quieren estar en clase, pasar horas haciendo
labores administrativas, tener reuniones y juntas de evaluación que se
eternizan porque todos los docentes quieren tomar las decisiones más justas
posibles… Y todo eso es, precisamente, lo que le falta a David.
No
voy a criticar su labor como divulgador, que me parece encomiable, ni su capacidad
a la hora de explicar, que también me lo parece. Pero un profesor debe hacer
muchas más cosas, y precisamente por eso, si se le premia, se estará despreciando todo el trabajo que se exige al resto de los profesores del mundo y que él no hace, premiándolo justamente por no hacer lo que los demás profesores debemos hacer como parte de nuestra obligación.
O,
al menos, eso es lo que yo creo.
Imagen de dominio público tomada de aquí.
Por cierto, ya que hablamos de educación, aquí os dejo un artículo muy interesante elogiando la educación pública.
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