Hace algo más de un año, escribí en
este mismo blog un texto en el que reflexionaba sobre el papel que la
pornografía está teniendo en la “educación sexual” de nuestros jóvenes, y decía
que había que educar para que fueran conscientes de la necesidad de tener
sentido crítico si algún día la veían. En los últimos meses, he tenido que
hablar de esos mismos temas con jóvenes y, sobre todo, he tenido la oportunidad
de hablar con psicólogos y profesores que saben más que yo de lo que pasa por
la cabeza de los adolescentes. Y me he dado cuenta de que, cada vez más, los
adolescentes ven como algo normal el porno.
Volví a reflexionar sobre estos
temas al conocer la noticia de que unos conocidos jugadores de fútbol han sido
mencionados en el sumario del caso de un productor porno especializado en
escenas extremas, al que se acusa, entre otras cosas, de servirse de menores
para realizar sus vídeos.
Entonces me pregunté, como otras personas se preguntaron antes que yo, qué puede llevar a unos chavales jóvenes, con
dinero y guapos, que podrían “ligar” cuando quisieran, no ya a contratar los
servicios de prostitutas, sino a hacerlo a través de un individuo como Torbe.
¿Tal vez lo que buscaban no era sexo convencional, sino algo más extremo? No lo
sé, pero, si era ese el caso, me hago una segunda pregunta: ¿de dónde sacaron
la idea? ¿Tal vez de un consumo habitual de ese tipo de vídeos que, en muchos
casos, muestran no solo relaciones sexuales que no son realistas, sino que
muchas veces van a resultar desagradables para, al menos, una de las partes?
Creo que es algo sobre lo que
deberíamos reflexionar.
No hay comentarios:
Publicar un comentario