Una de las noticias de estos días
es la detención de los responsables de la compañía de títeres “Títeres desde
abajo” por enaltecimiento del terrorismo en su actuación en el Carnaval de
Madrid. El hecho de que un personaje de la obra, un policía corrupto, colocase
una pancarta en la que se podía leer “Gora Alka-ETA” para incriminar falsamente
a otro personaje no fue entendido como sátira sino como enaltecimiento por
muchas personas, lo que llevó a que los titiriteros hayan dormido en la cárcel varias noches.
Desde luego, estoy de acuerdo con
que la obra no sea para niños, pero tampoco lo son programas de televisión como
Los Simpson o Gran Hermano y se emiten a horas en las que hay niños viendo la tele.
Estoy de acuerdo con que no era un espectáculo apropiado para menores, pero
tampoco lo son las corridas de toros y hace poco que vimos a un torero toreando
con su bebé en brazos. Lo que no acabo de ver claro es que merezcan ser
acusados de “enaltecimiento del terrorismo” ni mucho menos que deban acabar en
la cárcel, sobre todo cuando hay tertulianos que dicen que les gustaría
disparar a la gente de Podemos y siguen en la calle.
Desde mi punto de vista esto crea
un peligroso precedente, por el cual vamos a vernos obligados a autocensurarnos
porque la sátira y la ironía no van a ser entendidas.
Y eso sí que será un problema.
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