Hola otra vez:
Hace algunos meses
tuve la oportunidad de ver Remine, el documental sobre las
movilizaciones mineras que hubo allá por el año 2012 en nuestro
país. Y desde entonces llevo reflexionando profundamente por el
mensaje que se nos transmite con ese rato de película.
Por un lado, desde
el punto de vista técnico se trata de un documental en el que se
hace uso de un recurso muy poco habitual: se prescinde de la voz en
off para no dirigir las conclusiones del espectador. Eso nos permite
también escuchar la voz de los protagonistas de la historia sin
intermediarios, escuchando su testimonio directamente sin filtro
alguno.
Pero por otro lado,
el mensaje está muy claro: se nos habla de lucha, sí, pero también
de compromiso, de compromiso con la realidad de unas comarcas y de
una región consciente del peso que la minería ha tenido en su
Historia. Se nos habla de dignidad, la de quienes no quieren
renunciar a lo que (consideran que) es suyo. Se nos habla también de
la camaradería entre los trabajadores, y además del valor de la
lucha a la hora de hacer que sus reivindicaciones sean escuchadas. La verdad, viéndolo pensaba que las cosas serían muy diferentes si todos los gremios estuvieran igual de unidos y de cohesionados como los mineros.
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Y para hacerlo,
Remine puede ser un buen punto de partida.
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