Hola a todo el mundo:
Últimamente, he tenido que acercarme más que de costumbre a los centros comerciales. Y supongo que, por las fechas que se avecinan, me va a tocar acercarme varias veces más. Y claro, como la cabra siempre tira al monte, una vez hecho lo que tengo que hacer en el sitio en cuestión, me dedico a deambular entre productos que me interesan: aparatos electrónicos, material deportivo, películas, discos... y libros.
Y desde hace algún tiempo, en las secciones de librería me encuentro mucho más de lo que me gustaría con el libro de Belén Esteban, que en dos días llegó a la tercera edición.
Una persona que acabara de llegar al país podría preguntarse quién esta señora. Pues es, simplemente, ni más ni menos, que una tipa cuyo único mérito consistió en casarse con un torero y que, desde su divorcio, lleva ganándose la vida a base de salir por la tele, siendo un ejemplo de lo que podríamos llamar "telebasura".
Pero claro, el término "telebasura" puede resultar ofensivo a ciertas personas, que se apresurarán a decir que, en realidad, en la tele se programa lo que la gente quiere ver. Lo cual, por cierto, es falso.
Porque luego echan por la tele como Salvados, de Jordi Évole, y resulta que la gente lo ve, y que hasta le dan premios y todo. Y eso que no es un programa fácil de ver, porque hace que cualquier persona con un mínimo de sentido común se cabree.
Así que yo no veo tan claro eso de que se ponga telebasura en la tele porque es lo que la gente quiere ver. Más bien lo que encuentro son motivos para preguntarme cuál es la razón por la que interesa más programar espacios televisivos protagonizados por gente como la Esteban que otros formatos que, como ya se ha demostrado, también atraen a los telespectadores.
Y las razones que se me ocurren son muy malas.
Habrá que seguir investigando.
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