Hola a todo el
mundo:
El viernes pasado me
acerqué hasta el Casino con Pedro y Miguel el Garry para ver algo
que podía haber sido un concierto pero que fue mucho más. Y es que
los Blues & Decker, de los que ya os había hablado en otra
ocasión y en otro lugar, montaban, como ya hicieran el año pasado,
su Extravaganzza. Por eso, como no fue un concierto al uso, yo
tampoco voy a hacer una crónica al uso. Y si ellos quisieron hacer
algo parecido a un baile de graduación del instituto, yo voy a
intentar contarlo como si hubiera sido precisamente eso:
Soy Paul Iommi, y el otro día fue el baile de graduación de mi instituto, el Thomas Jefferson, pero como no tenía pareja (ni falta), decidí irme con Mike y Peter al baile de nuestro instituto rival, el Alan Freed, a ver si les montábamos un poco de bulla a esos estirados. Además, los muy desgraciados iban a tener tocando a Phillip Dascombe & The
Blue Drills, que hacen unos sonidos muy actuales, parecidos a Chuck
Berry, Little Richard o al chico este que va a tener tanto futuro, Eddie Cochran. Y su guitarrista, que es muy
bueno, se parece a Buddy Holly.
Mike y yo pasamos de
maquearnos, de hecho yo fui con toda mi chulería con mi chaqueta de
cuero, pero Peter se quiso vestir bien, a ver si conseguía bailar
con alguna chica del Alan Freed. Creo que quería intentar ganarles
el concurso de baile en sus narices.
Con mucho cuidado,
para que los profesores no se dieran cuenta, metimos unas cervezas e
hicimos alguna que otra diablura que no se esperaban (¿quién creéis
que echó alcohol en las poncheras?).
La música estaba
muy bien, ya os digo que Phillip Dascombe y sus chicos son muy
buenos, y además contaban con la colaboración de muchos músicos
más. Pero lo mejor fueron los solos de Guzmán, tan buenos y tan
agresivos que en un momento tuve que salir corriendo a buscar un
teléfono para llamar a casa, porque allí estaba mi primo Tommi, que
vive en Inglaterra, pero que está de vacaciones aquí estos días,
para que lo escuchara, porque estoy seguro de que le dará ideas para
su grupo.
Mike y yo tomamos
varias cervezas, siempre escondiéndonos de los profesores, y Peter
bailó con algunas chicas, pero no consiguió destacar en el
concurso.
Pero lo mejor del
baile fue cuando unas chicas de mi instituto que se habían colado,
igual que nosotros, se apropiaron de la pista para demostrar que en
el Thomas Jefferson sabemos muy bien lo que es bailar. Pero muy
pronto las echaron.
Al final el premio
del concurso de baile se lo llevaron Matthew y Peggie Sue, el
quarterback del equipo y la jefa de animadoras. Eso estaba amañado,
seguro.
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