Hola a todo el
mundo:
Después de algún
tiempo, hoy vuelvo a escribir algo para vosotros. Y tengo preparada
alguna cosilla más que iré escribiendo en los próximos días,
aunque de un tema que no tiene nada que ver. Y es que, si lo próximo
sobre lo que voy a escribir es sobre música, hoy quiero hablaros de
política. Concretamente de la presentación a la que asistí ayer. A
la presentación de Conversaciones sobre la III República, el nuevo
libro de Julio Anguita, que escribió junto a la periodista Carmen Reina.
La presentación,
organizada por el Partido Comunista, tuvo lugar en el salón de actos
del Centro Municipal Ateneo de La Calzada, o sea, en mi barrio. Y no
hace falta que os diga que era uno de esos actos a los que hay que
asistir sí o sí, independientemente de que estemos a favor o en
contra de lo que el ponente dice.
Sí, porque Anguita,
que hizo más una conferencia que una intervención al uso en una
presentación, es un gran orador, de ideas claras y mucha lucidez,
que, lejos de intentar convencer, lo que buscaba era mover a la
reflexión.
Cuando llegó, a mí
me dio la sensación de que tenía cara de cansado, de que los años
ya no solo pasan, sino que también pesan. Sin embargo, cuando empezó
a hablar, lo hizo con fuerza, con brillantez y con vehemencia,
adoptando una postura que superaba la mera militancia y apelaba a argumentos complejos que explicaba con sencillerz.
Y de todo lo que
dijo, me quedo con dos ideas. La primera, que para hablar de la
Tercera República no tenemos que remontarnos a la Primera o a la
Segunda, al pasado, sino que tenemos que plantear propuestas de
futuro, líneas de actuación que hagan que la República pueda ser
una realidad en el mundo actual.
Y la segunda, que
hay que buscar propuestas que unan a todos los espectros políticos
(porque, amig@s mí@s, ser republicano no equivale necesariamente a
ser de izquierdas), dejando de lado los símbolos y las etiquetas, y
partiendo de lo que nos une, no de lo que nos separa.
Qué bien nos iría
con si en vez de tanto salvapatrias tuviéramos políticos así,
lúcidos y comprometidos, tanto en lo intelectual como en lo
sociopolítico.
1 comentario:
El problema de la política, amigo mío, es que corrompe. Y Anguita bien lo sabe.
Por eso, decide hablar desde la distancia que marcan los años y mover a la reflexión sabiendo que ya no tiene nada que perder.
Y qué bueno que lo haga, oiga...
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