Hola a todo el mundo:
Por mucho que esta semana haya habido bastantes noticias de interés,
la más relevante sigue siendo la huelga del miércoles. Y como
siempre, pues nos encontramos con valoraciones diferentes. Unos nos
dicen que fue un fracaso y otros que fue un éxito. Todo depende del
medio de comunicación que leamos. Algunos hasta se olvidan de que hubo movilizaciones en otros países.
Ya antes de la huelga nos decían que no era oportuna, que no era el
momento de hacerla o que perjudicaba la imagen del país. La verdad, yo creo que era el mejor momento. Lo
que no creo es que hiciera falta hacer una huelga en tiempo de
bonanza.
Luego, mucha gente decía que no hacía huelga porque la convocaban
los sindicatos (¡!). Cuando alguien me decía esto, yo contestaba
que seguramente molaría más que la convocaran Messi y Cristiano,
pero que no se ponían de acuerdo con la fecha. Ahora en serio, si
algún día el mundo tuviera la mala suerte de que yo me reprodujera
y mis hijos me preguntaran qué hacía yo cuando nos robaban el
futuro, creo que me sentiría mejor diciendo que estaba protestando
que diciendo que no protestaba porque estaba demasiado ocupado
criticando a los sindicatos.
Y ahora, fijémonos en las cifras:
Sí es cierto que el seguimiento de la huelga es difícil de
cuantificar, porque no hay estándares claros. Se usa mucho el del
consumo eléctrico, pero eso no es muy fiable, sobre todo porque si
alguien aprovecha que está en casa para cocinar a gusto y enciende
el horno, seguramente consumirá más electricidad que si hubiera ido
a trabajar y hubiera encendido el ordenador. Además, se dice que en
ciertas ciudades se encendieron las farolas de día para “equilibrar”
ese consumo, con lo que las cifras estarían falseadas.
Mucho se habla sobre que los piquetes obligaban a ciertos negocios a
cerrar. Puede que en algunos casos sea verdad, y de hecho yo tuve la
oportunidad de ver alguno de ellos con mis propios ojos. Pero no se
habla tanto de esos empresarios que amenazan a sus trabajadores si
van a la huelga, que, según el CIS, harían que hubiera el doble de
gente que no hace huelga porque le obligan a trabajar que gente que
la hace porque le obligan a cerrar.
Y luego están los datos estúpidos. Que si con lo que se perdió
durante el día de huelga se podrían evitar el 80% de los
desahucios, dijo alguien. Claro, que eso sería así si el Producto
Interior Bruto de nuestro país fuera del doble de lo que tenemos. Y
lo dijo uno de los que aseguraba que la huelga había sido un
fracaso. No quiero ni pensar lo que habría pasado si hubiera sido un
éxito…
O lo que descuentan del sueldo a cada persona que hace huelga. Que
digo yo que si por cada día trabajado se cobrara lo mismo que se
descuenta por día de huelga, vaya sueldazos que tendría la gente…
Y después estuvieron las manifestaciones. Y ahí hay que pensar que
mucha gente no haría huelga, pero iría a la manifestación. En
Madrid nos decían que había 35.000 personas manifestándose. Justo
en el mismo sitio en el que decían en la anterior huelga había
60.000 o donde decían que durante las manifestaciones del Foro de la
Familia había más de un millón. A la Delegada del Gobierno de
Madrid: Si vas a mentir, que no se note tanto. Que hasta la CEOE
reconoció que en la manifestación había un número de personas muy
elevado.
Pero lo verdaderamente relevante de la huelga y las manifestaciones
no es si hubo más o menos gente, o si tuvieron mayor o menor
seguimiento. Lo que verdaderamente importa es que se hicieron porque
fue necesario hacerlas, porque era necesario un medio para canalizar
el descontento de una población cada día más asfixiada por la
política errática de un Gobierno superado por las circunstancias.
Porque sí, fue una huelga política, como políticas son las medidas
que la provocaron.
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