Hola a todo el mundo:
Hoy me gustaría comentar
dos cosas que me preocupan mucho de las últimas acciones de este
Gobierno.
La primera, esa
ocurrencia que tuvieron (y que, afortunadamente, ya rectificaron) de
impedir que las personas de más de 26 años que no hubieran cotizado
al menos durante nueve meses a la Seguridad Social no pudieran
beneficiarse de la Sanidad Pública en las mismas condiciones que
antes.
Evidentemente, lo lógico
es que una tontería así no pasara de ser una mera ocurrencia, un
hablar por no callar. Pero ahora, imaginemos por un momento que la
cosa hubiera salido adelante. En nuestro país, con más de un 50% de
paro juvenil, y sabiendo que con 26 años muy poca gente tiene una
vida asentada, ¿qué consecuencias tendría?
Vamos a ver. Con 26 años,
mucha gente no ha terminado de estudiar. Unos porque sus carreras son
más difíciles que las que estudian los políticos. Otros porque
siguen con postgrados, másteres o doctorados. Luego, hay gente que
se pone a estudiar unas oposiciones, y gente que, sin hacer nada de
esto, todavía no ha podido incorporarse, por lo que sea, al mercado
laboral. Entonces, ¿cómo se les va a negar el tener acceso a los
servicios sanitarios a través de la tarjeta de sus padres? ¿No
sería un despropósito?
La segunda preocupación
ya os la había comentado hace algunos días. Es la de la amnistía
fiscal que nuestro amado Gobierno está sacando adelante. Con ella,
gente que se ha enriquecido con el tráfico de drogas, con el tráfico
de personas, con la trata de blancas y, en general, con la
destrucción de vidas de otras personas, podrán legalizar su dinero,
por un módico precio. ¿Qué moral subyace en esta iniciativa? Pues
ninguna, porque esta medida es total y absolutamente inmoral. Eso sí,
las mafias de todo el mundo estarán encantadas.
Ya está. Alguien tenía
que decirlo.
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