Supongo que ya lo sabéis,
pero ayer en el Congreso se votaba una ley para que pitar al himno
sea un delito. Como si ésa fuera la cuestión más importante que
tenemos. Como si himnos, banderas, y demás fueran algo más que
elementos externos de un patriotismo que en realidad debería ir
mucho más allá de envolverse con los colores rojo y amarillo. Pero
bueno, esa iniciativa nos da medida de las prioridades de nuestro
Gobierno. No olvidemos que en su momento nuestro Ministro creo que de
Asuntos Exteriores dijo que la prima de riesgo subía por los silbidos al
himno. Qué cosas.
Y resulta que sin
embargo, ayer la prima de riesgo se desbocó, pese a todos sus
intereses porque la gente no pite al himno y a todo el rescate.
No sé. ¿No será que la
prima de riesgo depende de cosas un poco más importantes? ¿De cosas
como la fiabilidad de nuestras entidades financieras, por ejemplo?
Hace cosa de un año, o
puede que poco más, nos decían que por qué no nos hacíamos
“bankeros”, o sea, accionistas de Bankia. Y ahora resulta que
Bankia es uno de los mayores agujeros negros de nuestra economía
financiera. Y por mucho que nos quieran decir que la culpa de todo la
tiene Miguel Ángel Fernández Ordoñez, como dirigente del Banco de
España, o incluso Zapatero, que para eso era el Presidente del
Gobierno cuando se inició esta estafa (no hay otra palabra para
definirlo), yo creo que igual hay algún otro responsable más.
A ver, pensemos un poco
(sé que duele, pero a veces hay que hacer el esfuerzo): Bankia
surgió de la fusión de dos Cajas de Ahorros: Caja Madrid y Bancaja,
que es una caja valenciana. Como sabemos, en las Cajas de Ahorros hay
participación de los Gobiernos autonómicos. Y resulta que los
Gobiernos de las Comunidades de Madrid y Valenciana eran, y siguen
siendo, del Partido Popular. Pero bueno, igual no eran muy
responsables de su gestión, démosles un voto de confianza (lo
siento, pero en este momento se me está soltando la risa floja).
Luego, al frente de
Bankia se puso a Rodrigo Rato. Un tipo que algo debe de saber de
Economía. No en vano, fue Ministro de Economía en tiempos de Aznar.
Y también fue Director Gerente del Fondo Monetario Internacional (ya
sabéis, esa organización que, con todo lo listos que son sus
miembros, no supo o no quiso ver que se nos venía encima una crisis,
pese a que economistas como Santiago Niño Becerra llevaban avisando
desde 2006).
Y con todo, al final
Bankia resultó un fracaso. Sus acciones valen cada vez menos. Y, por
supuesto, al final nadie va a ser responsable de eso.
Pero yo creo que igual
hay más responsables de los que nos quieren hacer creer.
Y también creo que eso
puede ser más relevante para nuestro futuro que el hecho de que se
silbe al himno.
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